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UDI_8_LING_teoria

2º ESO PMAR. ÁMBITO LINGÜÍSTICO.

UDI 8. LA DIVERSIDAD LINGÜÍSTICA. EL PLURILINGÜISMO.

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Introducción


Hablar de diversidad lingüística es referirse al gran número de lenguas que se hablan en el mundo: según las distintas estimaciones, hay entre 6.000 y 7.000 lenguas. Salvaguardar hoy en día esta diversidad es una de las tareas más apremiantes con que se enfrenta el mundo, ya que esas mismas estimaciones indican que al menos la mitad de esas lenguas corre peligro de desaparecer en los próximos años. Mientras que algunos países, como por ejemplo Islandia, son lingüísticamente homogéneos, en muchos otros países y regiones hay una riquísima diversidad lingüística: en Indonesia, hay más de 700 lenguas, y en Papúa Nueva Guinea, más de 8002. La distribución de la diversidad lingüística es, a decir verdad, desigual. Más de 70% de todas las lenguas del mundo se encuentran en apenas 20 Estados, y entre éstos se encuentran algunos de los países más pobres del mundo. Por lo general, empero, los contextos bilingües y plurilingües, es decir, la presencia de distintos grupos lingüísticos en el mismo país, es más bien la norma que la excepción en todo el mundo, tanto en el Norte como en el Sur. El bilingüismo y el plurilingüismo, es decir, el uso de más de una lengua en la vida cotidiana, es lo corriente en tales contextos.

Los contextos de diversidad lingüística pueden ser de muy distintos tipos. En términos generales, empero, se trata ya sea de situaciones en las que la diversidad es tradicional, y en las que varias lenguas, o incluso varios cientos de ellas, se hablan en una región desde hace mucho tiempo, ya sea de evoluciones más recientes (en particular en las concentraciones urbanas) debidas a fenómenos migratorios, en las que en algunas escuelas puede haber entre los alumnos hasta 30 ó 40 lenguas maternas diferentes. Sea como fuere, es siempre necesario tomar en consideración las necesidades educativas específicas de los niños en relación con la lengua o las lenguas del hogar y las utilizadas en la escuela.


Lenguas minoritarias y mayoritarias


El concepto mismo de diversidad lingüística es relativo y se suele evaluar teniendo en cuenta las fronteras nacionales, que confieren a determinadas
lenguas la calidad de lengua mayoritaria y a otras la de lengua minoritaria según contextos nacionales específicos. El mandarín, por ejemplo, que es
una de las lenguas más ampliamente difundidas en el mundo, hablada por casi 900 millones de personas, es una lengua mayoritaria en China, pero en otros países, donde sólo una parte de la población es de lengua y cultura chinas, tiene el carácter de lengua minoritaria, con respecto a las lenguas nacionales o mayoritarias de esos países. Asimismo, una lengua minoritaria en un país grande puede considerarse lengua mayoritaria en un país más pequeño. Sin embargo, la mayoría de las lenguas del mundo, incluidos los lenguajes gestuales para los sordos y el braille para los ciegos, son lenguas minoritarias en cualquier contexto nacional. No obstante, el término es a menudo ambiguo y puede interpretarse diferentemente en contextos distintos, ya que puede referirse a aspectos tanto numéricos como sociales o políticos. En algunos casos puede utilizarse simplemente como un eufemismo para hablar de grupos no pertenecientes a las élites, o de grupos subordinados, constituyan o no estos una mayoría o una minoría numérica en relación con algún otro grupo política y socialmente dominante.


Lenguas oficiales y nacionales


Aunque hay más de 20 Estados con más de una lengua oficial (India solamente, por ejemplo, tiene 19 lenguas oficiales, mientras que en Sudáfrica hay 11), la mayoría de los países del mundo son Estados nacionales monolingües, en el sentido en que reconocen, de jure o de facto, una sola lengua oficial como instrumento estatal-administrativo y jurídico. Esto no quiere decir que no sean sociedades bilingües o plurilingües, sino más bien que, aunque puede haber numerosas lenguas ampliamente utilizadas en un país, éstas no tienen forzosamente la fuerza legal de una lengua oficial. En muchos países sometidos anteriormente a regímenes coloniales, la lengua oficial tiende a ser la lengua de los antiguos colonizadores. Además de las lenguas oficiales, algunos países reconocen lenguas nacionales que pueden ser obligatorias en la educación. La elección del idioma en el sistema educativo confiere poder y prestigio gracias a su empleo en la enseñanza formal. Esto reviste no sólo un aspecto simbólico, referente a la condición y la notoriedad, sino también un aspecto conceptual referente a los valores compartidos y la visión del mundo expresados mediante esa lengua.


Lengua(s) de enseñanza


La lengua de enseñanza dentro o fuera de la escuela se refiere a la lengua empleada para la enseñanza del plan de estudios básico del sistema educativo.
La elección de la lengua o las lenguas de enseñanza (las políticas de la educación pueden recomendar el uso de varias lenguas de enseñanza) es
un desafío recurrente para el establecimiento de una educación de calidad.

Si bien algunos países optan por una lengua de enseñanza, a menudo la lengua oficial o mayoritaria, otros han preferido recurrir a estrategias educacionales que conceden un lugar importante en las aulas a lenguas nacionales o locales. Los que hablan lenguas maternas distintas de la lengua nacional o local se encuentran con frecuencia en una situación de clara desventaja en el sistema educativo: es como si recibieran la instrucción en una lengua oficial extranjera.



Enseñanza en la lengua materna


Por lo general, se entiende por enseñanza en la lengua materna el empleo de la lengua materna de los educandos como medio de enseñanza, aunque la expresión pueda también referirse a la lengua materna como asignatura. Se trata de un componente importante de la educación de calidad, en particular en los primeros años. En opinión de los expertos, se debe combinar a la vez la enseñanza de la lengua materna y la enseñanza mediante esta lengua.


Aunque su uso es muy amplio, la expresión “lengua materna” puede referirse a varias situaciones distintas. Las definiciones suelen incluir los elementos siguientes: la(s) lengua(s) que uno ha aprendido primero; la(s) lengua(s) con la(s) que uno se identifica o con la(s) que los demás lo identifican a uno como hablante nativo; la(s) lengua(s) que uno conoce mejor y la(s) lengua(s) que uno utiliza más. “Lengua materna” puede designarse también como “lengua primaria” o “primera lengua”. La expresión “lengua materna” se suele utilizar en declaraciones de política y en el discurso general sobre temas relativos a la educación. De ahí que se utilice también en este documento, aunque cabe señalar que el uso de la expresión “lengua materna” tiene a menudo el inconveniente de no establecer una distinción entre todas las variantes de una lengua utilizada por un hablante nativo, desde las variedades del interior de un país hasta las lenguas urbanas normalizadas empleadas como lengua materna escolar. Las primeras experiencias inmediatas de un niño como hablante nativo no corresponden forzosamente a la versión escolar formal de la denominada lengua materna.

Debería ser algo evidente, aunque no todos lo reconozcan, que la enseñanza en una lengua que no es la propia plantea dos tipos de dificultades: no sólo la de aprender una nueva lengua, sino, además, la de aprender nuevos conocimientos a través de ella. Estas dificultades pueden agravarse aún más en el caso de algunos grupos que se encuentran ya en situaciones de peligro o tensión educacional, como los iletrados, las minorías y los refugiados. Las consideraciones relativas a las disparidades entre los sexos se superponen a estas situaciones de peligro educacional, ya que las niñas y las mujeres pueden encontrarse en una situación particularmente desfavorable. En las sociedades más tradicionales, las niñas y las mujeres son las que tienden a ser monolingües por estar menos en contacto con la lengua nacional, por medio de la escolarización, el trabajo asalariado o la migración, que sus hijos, hermanos o esposos.

Los estudios han mostrado que, en muchos casos, la enseñanza en la lengua materna estimula las competencias lingüísticas en la primera lengua, los resultados en otras asignaturas, y el aprendizaje de una segunda lengua. No obstante, la aplicación del principio de la enseñanza en la lengua materna dista mucho de ser la regla. Enumeramos a continuación algunas de las dificultades con que tropieza el uso de la lengua materna como lengua de enseñanza:

la lengua materna puede ser a veces una lengua no escrita;
la lengua en cuestión, a veces, ni siquiera es reconocida por todos como una auténtica lengua;
tal vez no se haya elaborado aún la terminología apropiada a los efectos de la educación;
puede disponerse de pocos materiales didácticos en esa lengua;
el gran número de lenguas puede hacer que sea realmente muy difícil impartir la educación en todas las lenguas maternas;
puede haber una carencia de profesores debidamente capacitados;
puede haber una resistencia a la escolarización en la lengua materna por parte de los alumnos, los padres de familia y los profesores.


Derechos lingüísticos


La lengua no es sólo un instrumento de comunicación, sino además un atributo fundamental de la identidad cultural y la realización del potencial individual y colectivo. Así pues, el respeto a las lenguas de las personas pertenecientes a comunidades lingüísticas diferentes es esencial para una convivencia pacífica. Esto se aplica a los grupos mayoritarios, a las minorías (ya se trate de las que residen tradicionalmente en un país o de inmigrados más recientes) y a los pueblos indígenas.


Las reivindicaciones lingüísticas forman parte de los primeros derechos que las minorías han defendido, en las situaciones caracterizadas por la evolución y los cambios políticos. Esta defensa de los derechos lingüísticos va de la condición oficial y jurídica de las lenguas minoritarias e indígenas, a la enseñanza y el uso de esas lenguas en las escuelas y otras instituciones, así como su utilización en los medios de comunicación. Con respecto a la educación, los derechos lingüísticos que se han plasmado en los acuerdos internacionales relativos a los grupos minoritarios e indígenas son, entre otros, los siguientes:

la escolarización en sus lenguas para los que lo deseen;
el acceso a la lengua de la comunidad mayoritaria y a la de los sistemas educativos nacionales;
una educación intercultural que promueva actitudes positivas hacia las lenguas minoritarias e indígenas y las culturas que expresan;
el acceso a las lenguas internacionales.

Los derechos educacionales que se han formulado en los acuerdos internacionales relativos a los trabajadores inmigrados y sus familiares estipulan:

que la integración de sus hijos debe facilitarse mediante la enseñanza de la lengua utilizada en el sistema escolar; que se debe brindar la posibilidad de enseñar a los niños su propia lengua y su propia cultura.


Enseñanza de la lengua


La lengua de enseñanza en la escuela es el medio de comunicación para la transmisión de los conocimientos. Esto difiere de la enseñanza de la lengua propiamente dicha, en la que la gramática, el vocabulario y las formas escritas y orales de una lengua constituyen un programa de estudios específico con miras a la adquisición de una segunda lengua distinta de la lengua materna. Aprender otro idioma da acceso a otros sistemas de valores y otras formas de interpretar el mundo, fomenta el entendimiento intercultural y contribuye a luchar contra la xenofobia. Esto se aplica indistintamente a los hablantes de lenguas minoritarias y mayoritarias.

La forma en que se enseñan las lenguas cambia constantemente y puede variar considerablemente de un país a otro, o incluso dentro de un mismo
país. Mucho depende del concepto de lengua que prevalezca y de los paradigmas de la enseñanza de las lenguas, así como de la función que se asigna a la lengua enseñada.

La situación lingüística en Galicia


En Galicia tenemos la suerte de contar con dos lenguas cooficiales, el castellano y el gallego. Y no se escapan de un fenómeno común a todo contacto entre lenguas: las interferencias, es decir, el influjo de una lengua sobre otra con transgresión del sistema de la lengua receptora.


Conocida es de todo el mundo la peculiar manera que los gallegos tenemos de pronunciar y, sobre todo, de entonar el español, lo que da lugar al característico acento gallego. Se debe éste, como es obvio, a influjo, en el nivel fónico, de la lengua autóctona, cuya entonación y realización de fonemas sigue siendo prácticamente la misma al pronunciar el español. El influjo —no hace falta decirlo— se produce también en los otros niveles lingüísticos, esto es, en el gramatical y, sobre todo, el léxico.

Interferencias fónicas

En el nivel fónico, como características del español hablado en Galicia, cabe destacar en primer lugar la adopción del sistema vocálico propio del gallego, lengua que, como es sabido, conserva las siete vocales del latín vulgar occidental, al distinguir, con valor fonológico, entre cerrada y abierta en las series de abertura media tanto anterior (/e/, /?/) como posterior (/o/, /?/). Y así, en el castellano de Galicia, hay palabras homógrafas que, según su diferente pronunciación, tienen sentido diferente, por ejemplo:Te: pronunciado [te] ‘infusión’ / pronunciado [t?] ‘letra t’ o ‘pronombre personal’

Siguiendo con el plano fonológico es propio del gallego occidental el  fenómeno de la geada, de modo que muchos hablantes —incluso expresándose en castellano— dirán jato por gato, rejar por regar, ajua por agua, aljo por algo, etc. Ahora bien, dado que la geada es un fenómeno rústico que ha venido recibiendo la condena prácticamente unánime de los gramáticos gallegos, no sólo es comúnmente evitada por los gallegohablantes, sino también por éstos cuando se expresan en castellano.

Al lado de la geada, hay que tener en cuenta asimismo el fenómeno del seseo, propio también  de la zona más occidental de Galicia:

Dame los sapatos que los llevo a ponerles las tapas.

En Masaricos somos cada ves menos habitantes.

Ya en el nivel fónico más concreto, esto es, en el puramente fonético cabe situar otros fenómenos típicos del español de Galicia como el cierre total de vocales átonas (custumbre, Curuña, visícula, dicir…), la pérdida de ciertas consonantes implosivas (sumarino, astenerse, perfeto...) debidos a influjo del gallego.

Interferencias gramaticales

Desde el punto de vista gramatical el español hablado en Galicia presenta también algunas peculiaridades debidas asimismo a interferencias con el gallego, peculiaridades que, desde el punto de vista morfológico, atañen casi exclusivamente al cambio de género en algunos sustantivos, al uso del sufijo diminutivo -iño, al sistema verbal y poco más, y, desde el punto de vista sintáctico, se refieren a ciertas construcciones y clichés tomados, lógicamente, de la lengua autóctona.

En gallego existen multitud de sustantivos cuyos equivalentes castellanos poseen un género distinto, lo que lleva fácilmente a la confusión, la cual, evidentemente, presenta muy diversos grados según el nivel cultural del hablante. Así, sustantivos como puente, leche, sal, cal, ubre presentan esta peculiaridad, lo que lleva a algunos hablantes a decir la puente, el leche, el cal

Aunque el sufijo diminutivo -iño no posee en gallego ningún contenido tanto de carácter denotativo como expresivo que no tenga en castellano el equivalente -ito, la fuerza expresiva de aquél es indudablemente mucho mayor que la de éste para un gallegohablante, lo que le lleva a utilizarlo a veces cuando se expresa en español. Como es lógico, el uso es especialmente frecuente en el lenguaje de modo que, con frecuencia, pueden oírse expresiones como: ¡Ay, hijiña, no te preocupes!, El pobriño no podía con su alma. Se usa con preferencia en nombres propios de persona: Pepiño, Josefiña.

Los demostrativos este y ese presentan a veces las formas de plural estes y eses, propias del gallego, cuyo uso se encuentra también entre hablantes de cierta formación cultural. Por otro lado, a propósito del demostrativo aquel, cabe destacar el frecuente uso de la expresión de aquella (<gall. daquela) equivaliendo a ‘entonces’ tanto en su sentido temporal como, a veces, consecutivo o continuativo:

De aquella la gente se divertía más que ahora.

Por lo que atañe a los pronombres, en Galicia apenas se dan casos de leísmo ni de loísmo. Característico, sin embargo, es el uso del dativo ético del tipo:

Te estoy muy fastidiado

No te me vayas sin avisar.

Un caso típico de interferencia es el que se da en el uso de las formas verbales que determina la tendencia en el español de Galicia a eliminar dichos tiempos compuestos, y así los pretéritos perfecto y pluscuamperfecto de indicativo suelen ser sustituidos, respectivamente, por el pretérito perfecto simple o indefinido y el pretérito pluscuamperfecto etimológico en -ra. Por eso lo más frecuente es oír expresiones del tipo:

Me dijo que estuviera en el gimnasio

No creo que viniera.

Una interferencia que se convierte en vulgarismo frecuente es el uso de formas como dijistes, vinistes, oístes y también esporádicamente la utilización del infinitivo personal, en contextos del tipo:

Celebramos el patrón para estarmos todos juntos.

Siguiendo con los usos del verbo, hay que señalar también la existencia de ciertas perífrasis desconocidas en el español estándar, como, por ejemplo, dar + participio (de carácter terminativo), tener + participio (frecuentativa), estar a + infinitivo (con sentido progresivo o indicando inminencia), en expresiones como:

Tiene tanto trabajo que no da hecho. (‘no da abasto’)

Ya te tengo dicho que no hagas eso. (‘te lo he dicho muchas veces’)

Felisa está a venir. (‘está a punto de venir’)

En relación con las partículas cabe destacar, finalmente, el uso de luego con valor consecutivo o continuativo, presente sobre todo en la expresión ¿y luego?, junto con el de las preposiciones sobre todo en casos de régimen verbal. Pueden darse varios casos. Se usa distinta preposición que en castellano: Quedó de venir temprano. (en lugar de en), se elimina la preposición en otros casos: Voy trabajar toda esta semana en la biblioteca o  también, se utiliza preposición en contextos que no admite el estándar: Este año el Deportivo quedó de segundo en la Liga, No se dan de cuenta que la vida es muy complicada.

Es típica la expresión para el año en vez de para el año que viene o para el próximo año: Mi tío de Montevideo vendrá para el año.

Interferencias léxicas


Es, no obstante, en el nivel léxico donde se producen las mayores interferencias entre gallego y español, y, obviamente, también en las dos direcciones: por una parte el gallego ha recibido un enorme aporte de palabras castellanas —a veces conviven los dos vocablos, gallego y español, aunque con especialización semántica—, pero a su vez también, aunque en menor medida, el castellano de Galicia presenta un relativamente amplio vocabulario de galleguismos, de los que por cierto la mayor parte de las veces no son conscientes los hablantes y, cuando lo son, su adopción responde a necesidades expresivas o a desconocimiento de la palabra castellana correspondiente..

Los galleguismos del castellano, que, por el contrario, pasan con frecuencia por esa adaptación fonética (y morfológica), de modo que tenemos, por ejemplo, silvera (<gall. silveira) ‘seto’, ‘birojo (<gall. birollo) ‘bisojo’, jurelo (<gall. xurelo) ‘jurel’.

Existen, con todo, múltiples préstamos sin adaptación; pero en ese caso el hablante suele ser consciente del galleguismo, que sin duda mantiene, como he dicho, por razones expresivas o por desconocimiento del correspondiente vocablo castellano: carallada y trapallada ‘tontería’, larpeirada ‘golosina’, larpeiro ‘goloso’, caldeirada ‘guiso de pescado’, carballo  ‘roble’, enxebre ‘típico, castizo’.

El desconocimiento de la palabra castellana se da sobre todo en las nomenclaturas referentes a la fauna y flora, así como también a las herramientas o utensilios del campo, de la pesca e incluso de ciertos oficios. Así, por citar tan solo algunos casos, nombres de árboles y plantas o frutos como pésego y pesegueiro ‘pérsico’, ameneiro ‘aliso’, bimbio ‘mimbre’, xesta ‘retama’, etc. Nombres de pájaros como verderol por verderón, rula ‘tórtola’,  pega ‘urraca’; o de peces como meiga ‘gallo’, robaliza ‘lubina’, parrocha o xouba ‘sardinilla’, escarapote ‘pez sapo’, mincha ‘bígaro’. Finalmente, herramientas utilizadas en el campo, muchas de las cuales, por no existir en Castilla, carecen de denominación equivalente a la gallega; así,  fouce, sacho....

No hace falta acudir al léxico especializado para detectar la presencia de galleguismos léxicos en el castellano de Galicia. Sería prolijo enumerar aquí tan sólo los que se utilizan corrientemente. Nos limitaremos  a señalar tan sólo unos cuantos: colo ‘regazo’,  esmagar ‘chafar, aplastar’, pota ‘olla’, perrencha ‘perra o llanto de un niño’, parvo ‘tonto’, levedar ‘fermentar la masa del pan’, corruncho o recuncho ‘esquina, hueco’, trapallada ‘tontería’, escarallar y escangallar ‘estropear’, esbardallar ‘decir tonterías’, orvallar ‘llover menudo’,  peto ‘hucha’, petar ‘dar golpes’, (pan) reseso ‘viejo, duro’ y un gran etcétera


Historia sociolingüística do galego

Fonte:  http://www.lingua.gal 


A lingua galega pasou por diferentes etapas ao longo da historia. Podemos dicir que existe como lingua propia, diferenciada do latín, falada polos galegos, dende o século VIII, aínda que daquela a Igrexa e a Administración aínda empregaban o latín nos seus textos. Este bilingüismo latín-galego no eido cultural mantívose ata o século XII, no que aparecen os primeiros textos escritos íntegramente en galego. Dende este século e ata o XV, a nosa lingua é a lingua oral de todo o pobo e tamén a lingua escrita de todo tipo de actos (notariais, xudiciais e administrativos), tanto públicos coma privados. Ademais, durante esta época, o galego será a lingua da lírica por excelencia en toda a península. Chamábase galego-portugués, pola propia división administrativa da península e nela compuñan trobadores e mesmo a Corte do rei de Castela, Afonso X o Sabio.

Esta situación verase truncada a partir do século XIV. É de mans dos Reis Católicos cando a nobreza galega autóctona é substituída progresivamente por outra estranxeira, ou ben é asimilada aos intereses da Coroa. De xeito semellante, os cargos civís son ocupados sistematicamente por funcionarios non galegos. Isto, entre outras razóns, significou a liquidación do galego para os usos formais, que se viu substituído polo castelán, e marcou o comezo da situación de anormalidade lingüística, de prexuízos lingüísticos e da menor consideración do galego para ámbitos de formalidade, que aínda chega ata os nosos días.

Con todo, o galego seguiu sendo a lingua habitual de comunicación de toda a poboación ata o século XIX. Ao comezar a agruparse a poboación nas cidades, o castelán comeza a partir deste século a substituír o galego en sectores importantes desa nova sociedade urbana.

A recuperación literaria do galego foi ascendente dende o século XIX e acadou un grao notable de desenvolvemento antes da Guerra Civil, obra dunha elite cultural. Pero a alfabetización exclusivamente en castelán e a falta total de presenza do noso idioma na Administración e na Igrexa fixeron que a situación do galego continuase a deteriorarse. O castelán representaba certo estatus social e o galego era a lingua das clases traballadoras.

Despois da caída da ditadura de Primo de Rivera (1930), instáurase a Segunda República (1931). Durante este período alcanzan un considerable desenvolvemento os movementos a prol da reivindicación de Galicia como identidade diferenciada. Entre as máis importantes reivindicacións, figura a devolución a Galicia dos seus dereitos idiomáticos. Isto atopa a súa formulación legal no Estatuto de autonomía, plebiscitado en xuño do 1936, que no seu artigo 40 establece que “serán idiomas oficiais en Galicia o castelán e o galego”. É o primeiro recoñecemento legal da oficialidade do galego en toda a historia. Pero a Guerra Civil impedirá a entrada en vigor do estatuto, malogrando o traballo dos homes e das mulleres que loitaron pola recuperación idiomática, ben eliminándoos fisicamente ou ben anulándoos co exilio e co silencio. O triunfo do franquismo supuxo a supresión das liberdades e a implantación dun novo ordenamento que exalta a unidade política de España e que reprime calquera manifestación de diferencialismo que non sexa de carácter folclórico.

Rematada a ditadura e instaurada a democracia, o galego volve ser lingua recoñecida no país. Os principais textos legais, a Constitución española e o Estatuto de autonomía de Galicia recoñéceno como lingua oficial do noso territorio e establecen a necesidade de protexelo, ademais de garantir o dereito dos cidadáns e das cidadás galegas de coñecelo e mais de usalo.


A maior presenza do galego en áreas das que estivo tradicionalmente apartado supuxo un cambio na súa valoración. Actualmente, pódese comprobar unha mellora considerable nas actitudes cara ao galego, que se desenvolveron nos últimos vinte anos: o 72% da poboación manifesta unha actitude positiva cara á lingua de Galicia; o 68% pensa que o galego é unha lingua tan ou máis útil ca o castelán e o 66% considera que a lingua propia de Galicia debe ser a lingua usada na escola.


Paralelamente á conquista de áreas de prestixio, a competencia lingüística dos falantes incrementouse considerablemente.



O galego na Constitución española (1978)

Artigo 3

1. O castelán é a lingua oficial de todo o Estado. Todos os españois teñen o deber de coñecela e o dereito a usala.
2. As outras linguas serán tamén oficiais nas respectivas comunidades autónomas, de acordo cos seus estatutos.
3 A riqueza das distintas modalidades lingüísticas de España é un patrimonio cultural que será obxecto de especial respecto e protección.

Artigo 148

1. As comunidades autónomas poderán asumir competencias nas seguintes materias:

17. As comunidades autónomas poderán asumir competencias no fomento da cultura, da investigación e, se é o caso, do ensino da lingua da comunidade autónoma.


O galego no Estatuto de autonomía (1981)

Artigo 5

1. A lingua propia de Galicia é o galego.
2. Os idiomas galego e castelán son oficiais en Galicia e todos teñen o dereito de os coñecer e de os usar.
3. Os poderes públicos de Galicia garantirán o uso normal e oficial dos dous idiomas e potenciarán o emprego do galego en todos os planos da vida pública, cultural e informativa, e disporán dos medios necesarios para facilitar o seu coñecemento.
4. Ninguén poderá ser discriminado por causa da lingua.

Artigo 27

No marco do presente estatuto, correspóndelle á Comunidade Autónoma galega a competencia exclusiva das seguintes materias:

20. A promoción e o ensino da lingua galega.

No ano 1983 entrou en vigor a Lei de normalización lingüística (LNL), onde se garanten e ordenan os dereitos lingüísticos da cidadanía, fundamentalmente no ámbito do ensino e dos medios de comunicación públicos.
Durante os máis de vinte anos de aplicación da Lei de normalización lingüística, producíronse avances importantes no proceso de normalización da lingua. O coñecemento do galego esíxese para o acceso a un posto de traballo na Administración pública, segundo se establece na Lei de réxime local e doutras leis sobre os dereitos lingüísticos dos consumidores, a etiquetaxe de produtos, etc.
En setembro de 2004 o Parlamento de Galicia aprobou, por unanimidade das forzas políticas representadas, o Plan xeral de normalización da lingua galega.
Trátase dun documento que recolle máis de catrocentas medidas para actuar nos diferentes ámbitos da sociedade, co fin de garantir o avance no uso do galego: na Administración, na educación, na familia e na mocidade, na economía, na sanidade, na sociedade e na proxección exterior da lingua.


Fontes desta UDI:

UNESCO Educación (extracto)

http://www.unesco.org/new/es/communication-and-information/resources/publications-and-communication-materials/publications/full-list/education-in-a-multilingual-world-unesco-education-position-paper/

Portal da Lingua Galega: http://www.lingua.gal 


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