UDI_1_SOCIAL_teoria
PMAR 2º ESO. ÁMBITO SOCIAL
UDI 1. España. Características.
UDI 1. España. Características.
1. La población
Entendemos por población el número de personas que habitan en un territorio. La población se caracteriza por su dinamismo y está determinada por una serie de factores (natalidad, mortandad y migraciones), que determinaron una constante evolución de la población a lo largo de la historia.
Actualmente, en el momento que se está escribiendo este texto, la población del mundo es de 6,704,758,663 personas, y está en constante crecimiento. Para saber cuantos habitantes tiene España en este momento, podemos visitar la página web Reloj de la Población (http://countrymeters.info/es/Spain), un servicio ofrecido por la Oficina del Censo de los Estados. En este momento la población española asciende a 45929564 habitantes.
La población se distribuye de una manera muy desigual: hay lugares muy poblados (Asia, que concentra el 60 % de la población mundial, donde destacan China y la India; Europa y la costa Atlántica de América del Norte). Otras zonas, por el contrario, son verdaderos vacíos demográficos (zonas frías próximas a los polos, zonas desérticas, como el Sáhara, Arabia, Kalahari etc., y las regiones cálidas húmedas próximas al ecuador, como las cuencas del Congo y del Amazonas).
Densidad de población: es la relación entre la población total de un área y su superficie. Se expresa en habitantes por kilómetro cuadrado y se obtiene dividiendo la población total de un lugar entre la superficie media expresada en kilómetros cuadrados.
Existe una serie de factores que explican la distribución de la población: factores físicos y factores humanos.
Hasta hace poco, la mayoría de la población vivía en las aldeas y en las villas, dedicada a la agricultura, a la ganadería y a la pesca. La industrialización provocó la concentración de la población en las ciudades.
La dinámica de la población mundial está determinada por el crecimiento vegetativo y por los movimientos migratorios.
La población mundial tuvo un notable crecimiento vegetativo en el siglo XX, debido al descenso de la mortandad (mejoras higiénico sanitarias, en la alimentación, etc.). Este crecimiento es en la actualidad muy desigual. En los países ricos es muy escaso, por las bajas tasas de natalidad: la fertilidad no alcanza 2,1 hijos por familia. En los países pobres, el crecimiento sigue siendo alto, por las elevadas tasas de natalidad y la bajada de las tasas de mortandad. En ellos existe mucha población nueva.
La variación de la población a lo largo del tiempo está determinada por dos movimientos: el natural de la población (diferencia entre la natalidad y la mortalidad) y los movimientos migratorios.
La natalidad: expresa el número total de niños y niñas que nacen en un lugar concreto durante un año. La natalidad se analiza a través de la tasa de natalidad y de la tasa de fecundidad.
Tasa de Natalidad (TN): relaciona el número de nacimientos por cada mil habitantes con la población de un territorio.
Tasa de Fecundidad (TF): relaciona el número de nacimientos por cada mil habitantes con la población femenina en edad fértil (15 a 49 años).
La mortalidad indica el número total de personas que mueren en un lugar concreto durante un año. La mortandad se analiza a través de la tasa de mortandad y de la tasa de mortandad infantil.
Tasa de mortalidad: indica el número de personas fallecidas por cada mil habitantes respeto a la población total de un lugar.
Tasa de mortalidad infantil: relaciona el número de niños y niñas que fallecieron antes de cumplir un año, por cada mil habitantes, con el total de nacidos vivos en un territorio.
Esperanza de vida: expresa la edad media que una persona puede vivir al nacer. La esperanza de vida varía de países desarrollados (más alta) a países subdesarrollados (más baja) y entre sexos (las mujeres viven menos en los países subdesarrollados y más en los desarrollados).
Al mismo tiempo, el crecimiento natural y vegetativo es diferente en los países desarrollados (crecimiento natural muy bajo, de un 0,3 %, ya que la natalidad es muy baja) y en los países pobres (crecimiento natural muy alto, de un 2 % o de un 3 %, debido a las altas tasas de natalidad y a la bajada de las tasas de mortalidad).
Muchos gobiernos intentan intervenir en la evolución de la población de sus países, por lo que existen países desarrollados con políticas pronatalistas, en tanto que algunos países pobres desarrollan políticas antinatalistas.
1.1. La población de España
España no es un país muy poblado (sobre 45 925 897 millones de habitantes el día 09/10/2017), con una densidad media baja de 88 habitantes/km2 (el promedio de la Unión Europa es de 116 hab/ km2). Su distribución es muy desigual: la costa y la Comunidad de Madrid están más pobladas (densidad media de 120 habitantes por km2) y el centro del territorio está menos poblado (densidad media de 20 habitantes por km2). Esto se debe al desigual desarrollo económico. Dentro de una misma comunidad autónoma puede haber fuertes desigualdades (caso de Galicia).
La población española se caracteriza por una serie de rasgos: el descenso constante de la natalidad, la tendencia al envejecimiento, nombradamente en las zonas rurales (lo que genera mayores gastos sociales), aumento de la esperanza de vida, mayor número de mujeres que de hombres (especialmente a partir de los 65 años) y el impacto de una inmigración cada vez más creciente.
La mortalidad disminuyó de manera espectacular a lo largo del siglo XX y la tendencia se mantiene favorecida por una serie de factores (reducción de la mortalidad infantil y mejoras en la alimentación y higiénico-sanitarias) que tienen mucho que ver con la universalización de la sanidad.
La tasa de natalidad es muy baja. Comenzó a descender a partir de 1914, en paralelo al desarrollo urbano y económico (es una das más bajas de Europa: 10,7 %). Esta bajada se debió a la incorporación de la mujer al mundo laboral, a las dificultades económicas y a la precariedad de los empleos, junto con la falta de ayudas para hacer compatible con el trabajo de la mujer con los deberes familiares y el alto precio de las viviendas. El ligero incremento de la tasa de natalidad en estos últimos años se debe a la llegada de población inmigrante, con tasas más elevadas.
1.2. La población de Galicia

Según el Instituto Nacional de Estadistica, la población de Galicia es de 2.718.525 habitantes en diciembre de 2016 (http://www.ine.es/jaxiT3/Datos.htm?t=2853), lo que supone el 6,5 % de la población española. Su densidad es de 92,5 habitantes por km2 y las áreas más pobladas son las comarcas de la franja costera atlántica. Las provincias menos pobladas son las interiores (Lugo y Ourense), que presentan una caída progresiva de la población.
Galicia se caracteriza por la escasa vitalidad demográfica:
- Caída constante de la tasa de natalidad, por el envejecimiento de la población y por el descenso del número de hijos por familia.
- Estabilidad de la tasa de mortandad y aumento de la esperanza de vida, que provoca el envejecimiento.
- Crecimiento natural de la población negativo: las defunciones superan los nacimientos, sobre todo en las zonas del interior de Lugo y de Ourense, donde en muchas poblaciones (como Sober) la pirámide de población es invertida.
- Las tasas de mortalidad y de natalidad (10,37 % y 7,2 % respectivamente) se fueron reduciendo a lo largo del siglo XX. La composición por sexos muestra un predominio femenino, y por edades presenta un envejecimiento. Las personas mayores de 65 años suponen ya un 20,24 % de la población gallega.
- Predomina el sector terciario.
2. España. Organización territorial
El Reino de España es un país cuyo territorio está situado fundamentalmente en la Península Ibérica, en el extremo suroccidental de Europa. Su extensión total es de 504.642 km² e incluye tanto el territorio peninsular e islas adyacentes como los archipiélagos canario y balear, las ciudades de Ceuta y Melilla y las llamadas Plazas de Soberanía en el norte de África.
Por su posición geográfica, España ha sido escenario de una variada y rica historia. Los primeros humanos modernos se instalaron en su territorio hace más de 35.000 años. La conquista romana se inició en 218 a. C. e inició un profundo proceso de asimilación cultural cuyas repercusiones seguimos sintiendo hoy en día. Tras la caída del Imperio de Occidente, el territorio de Hispania fue conquistado por tribus germánicas (visigodos, suevos y vándalos) y posteriormente por los árabes. La presencia musulmana en la península se extendió hasta 1492 con la caída del reino nazarí de Granada. El matrimonio de los reyes católicos llevó a la unión dinástica entre los territorios de la Corona de Castilla y de la Corona de Aragón. España, tras el descubrimiento y conquista de América, se convirtió en la principal potencia europea y formó un gran imperio que se extendió por cuatro continentes. La presencia española en América forjó fuertes lazos entre ambas orillas del Atlántico, haciendo del español la lengua común de más de 500 millones de personas.
En la actualidad, España forma parte del grupo de países con un nivel de desarrollo más avanzado. Participa activamente en los principales foros y organizaciones internacionales como la ONU, la OTAN, la OCDE y el G-20. España es, además, estado miembro de la Unión Europea, el principal bloque económico del mundo, y mantiene su firme compromiso de avanzar en la integración del continente.
2.1. Municipios y provincias
La Constitución establece que la estructura territorial de España se compone de municipios, provincias y comunidades autónomas. Cabe señalar que España es un Estado unitario descentralizado políticamente, ya que existe una única soberanía pero se reconoce la existencia de instituciones políticas territoriales con capacidad para autogobernarse en el marco de las competencias transferidas por el poder central.
La administración municipal es la unidad administrativa más pequeña. Su órgano de gobierno es el ayuntamiento, dirigido por la alcaldía y las concejalías. Los alcaldes son escogidos por la ciudadanía en las elecciones municipales.
Los ayuntamientos prestan una serie de servicios básicos a los vecinos, tales como la elaboración de la normativa urbanística o la limpieza de las calles. También suelen desarrollar políticas de promoción económica y laboral y de asistencia social. En nuestro país existen más de 8.100 municipios.
En cuanto a la administración provincial en España hay 50 provincias, formadas por una agrupación de municipios.
2.2. Comunidades autónomas
Las comunidades autónomas son entidades político-administrativas que se crearon a raíz de la Constitución de 1978 con el objetivo de garantizar la autonomía de las distintas nacionalidades históricas y territorios de España. Existen 17 autonomías y dos ciudades autónomas, Ceuta y Melilla. Cada comunidad autónoma tiene su Estatuto de Autonomía, que recoge sus competencias y la organización de sus instituciones propias: gobierno, parlamento, tribunal de justicia...
Las competencias de las comunidades autónomas son amplias y variadas: educación, sanidad, ordenación territorial, turismo... En algunos casos también existen competencias de orden público o competencias fiscales específicas.
El proceso de creación de comunidades autónomas establecido por la Constitución se llevó a cabo, en su mayor parte, en el período de 1979 a1983. En 1995 culmina el mapa autonómico con Ceuta y Melilla convertidas en ciudades autónomas.
2.3. Un país de contrastes. Las diferencias territoriales
Desde una perspectiva territorial se aprecian las siguientes diferencias en España:
·Dos comunidades son insulares: Canarias y las Islas Baleares.
·Existen dos ciudades autónomas situadas en el continente africano: Ceuta y Melilla.
·Siete comunidades están formadas por una sola provincia: Asturias, Cantabria, Comunidad de Madrid, Comunidad Foral de Navarra, Islas Baleares, La Rioja y Región de Murcia.
·La extensión de las comunidades autónomas es muy variada, de forma que los 93.814 kilómetros cuadrados de Castilla y León, la comunidad más extensa, contrastan con los 4.992 kilómetros cuadrados de Islas Baleares, la de menor extensión. Por su parte, las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla poseen una superficie respectiva de 19 y 13 kilómetros cuadrados.
2.3.1. Las diferencias demográficas
En España existen notables desequilibrios demográficos. A nivel autonómico las mayores densidades se concentran en Madrid y en las comunidades costeras mediterráneas, situación que contrasta con la progresiva despoblación de las comunidades interiores. Buena muestra de ello es que todas las comunidades autónomas costeras superan la media española de densidad poblacional (92 hab/km2), mientras que las comunidades interiores se sitúan lejos de esa media.
Estos contrastes demográficos se acentúan con los movimientos migratorios, ya que las áreas de mayor densidad poblacional, debido a su mayor dinamismo económico, son el destino tanto del éxodo rural, que contribuye a la despoblación de las comunidades interiores, como de la inmigración.
El 96,6% de la población española se concentra en el 39,7% de los municipios, lo que supone que dos de cada tres municipios están casi despoblados.
2.3.2. Las diferencias socioeconómicas: áreas de mayor desarrollo
Al igual de lo que sucede con los aspectos demográficos, se puede establecer como principio general que las comunidades con indicadores socioeconómicos más elevados son las periféricas.
Las comunidades que poseen un nivel socioeconómico superior a la media española son las que comenzaron antes el proceso de industrialización del siglo XIX, esto es, Cataluña y el País Vasco. A ellas se sumará también Madrid por el impulso económico derivado de ser la capital del país.
En un segundo nivel se sitúan las comunidades autónomas de la zona Mediterránea y del valle del Ebro (Valencia, Islas Baleares, Aragón, La Rioja, Navarra) que han desarrollado una economía basada en el aprovechamiento de productos agrarios, en la reciente industrialización o en el turismo.
2.3.3. Las diferencias socioeconómicas: áreas de menor desarrollo
Dentro de las comunidades autónomas más desfavorecidas desde una perspectiva socioeconómica hay que señalar dos espacios:
· El entorno cantábrico, en el que Galicia, Asturias y Cantabria han sufrido el efecto de una dura reconversión de sus industrias tradicionales, y en las que se mantiene un sector agropecuario con problemas de competitividad.
· Las comunidades del interior (Castilla y León, Castilla-La Mancha y Extremadura) y Andalucía en las que las que, al igual que en el área anterior, se mantiene un sector primario poco competitivo.
La reconversión industrial fue el proceso de desmantelamiento de parte de la industria pesada que tuvo lugar en los años 80 y 90 del siglo XX, y que golpeó determinadas regiones (Asturias, Galicia, Andalucía...) provocando un incremento en los índices de desempleo.
Dentro de las comunidades autónomas más desfavorecidas desde una perspectiva socioeconómica hay que señalar dos espacios:
· El entorno cantábrico, en el que Galicia, Asturias y Cantabria han sufrido el efecto de una dura reconversión de sus industrias tradicionales, y en las que se mantiene un sector agropecuario con problemas de competitividad.
· Las comunidades del interior (Castilla y León, Castilla-La Mancha y Extremadura) y Andalucía en las que las que, al igual que en el área anterior, se mantiene un sector primario poco competitivo.
La reconversión industrial fue el proceso de desmantelamiento de parte de la industria pesada que tuvo lugar en los años 80 y 90 del siglo XX, y que golpeó determinadas regiones (Asturias, Galicia, Andalucía...) provocando un incremento en los índices de desempleo.
2.4. La solidaridad regional
Con la finalidad de mitigar los desequilibrios socioeconómicos existentes entre las comunidades autónomas, la Constitución establece el denominado Fondo de Compensación Interterritorial, de forma que, en los presupuestos generales del Estado, se destina expresamente una cantidad de fondos suplementaria a las comunidades con peores indicadores socioeconómicos.
Esta política presupuestaria llevada a cabo por el estado se acompaña de las políticas europeas. La entrada de España en la Unión Europea en 1986 supuso que las comunidades autónomas en una peor situación económica se hayan beneficiado de los fondos estructurales destinados a las áreas de la UE con índices de desarrollo inferiores a la media europea y ejemplificados en el FEDER (Fondo Europeo de Desarrollo Regional).
3. España. La acción humana sobre el territorio
El Artículo 45 de la Constitución española establece que:
1. Todos tienen el derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado para el desarrollo de la persona, así como el deber de conservarlo.
2. Los poderes públicos velarán por la utilización racional de todos los recursos naturales, con el fin de proteger y mejorar la calidad de la vida y defender y restaurar el medio ambiente, apoyándose en la indispensable solidaridad colectiva.
3.1. El medio ambiente
Las características ambientales de España dependen, por una parte, de un conjunto de factores (relieve, clima, etc.) y procesos naturales (geodinámica terrestre, dinámica atmosférica, etc.) y, por otra, de la relación que los seres humanos han mantenido con la naturaleza a lo largo del tiempo. Por su parte, los factores y procesos naturales están muy condicionados por la posición geográfica que ocupa España. Así, por ejemplo, su relieve es el resultado del choque entre la placa africana y la placa euroasiática; una buena parte de sus características climáticas se explican por su localización entre la zona templada y la subtropical, así como por la posición de la Península Ibérica entre el océano Atlántico y el mar Mediterráneo. El clima, a su vez, condiciona la disponibilidad de agua y la organización de la vegetación. La interrelación de estos factores, a lo largo de un dilatado periodo de tiempo, ha dado lugar una gran diversidad natural en España.
El relieve peninsular se organiza en grandes unidades en torno a una altiplanicie interior, la Meseta, que está situada a más de 600 m sobre el nivel medio del mar. Ésta, a su vez, aparece dividida en dos submesetas por el Sistema Central: Submeseta Norte y Submeseta Sur. En conjunto, la Meseta ocupa una superficie que representa el 45% del total de España. En torno a ella se localizan los rebordes montañosos, las depresiones exteriores y las cordilleras exteriores. A todo ello se suma que España también cuenta con dos archipiélagos: Baleares y Canarias. En la construcción del relieve intervienen tanto los procesos vinculados a la dinámica interna (tectónica, vulcanismo, etc.) de la Tierra, como otros que dependen de los agentes externos (agua, viento, etc.) y dan lugar a diferentes geoformas. La actividad humana ha sabido adaptarse a las distintas posibilidades que ofrecía cada tipo de relieve, aunque en ocasiones ha alterado negativamente su dinámica natural.
La diversidad climática es otro de los rasgos que caracteriza las condiciones naturales de España. Esta diversidad se debe a un conjunto de factores: su localización en un área del planeta que unas veces es afectada por las masas de aire frío procedentes del norte, y otras por las cálidas del sur, lo que da lugar a marcados contrastes estacionales; la influencia el mar, que explica las diferencias entre el clima del interior peninsular y el del litoral; así como la existencia de un relieve compartimentado, que modifica localmente las condiciones climáticas generales. En la vida cotidiana, la observación de fenómenos meteorológicos nos permite percibir cómo van cambiando los tipos de tiempo a lo largo del año. Pero en las últimas décadas, y como consecuencia de la actividad humana, se están produciendo cambios de otra índole -que los científicos denominan cambio climático-, de cuyas consecuencias negativas es necesario tomar conciencia.
España, en su conjunto, no puede considerarse como un país seco en el contexto mundial. No obstante, los recursos hídricos disponibles muestran enormes diferencias entre unas regiones y otras, debidas a la diversidad climática de su territorio. El acceso al agua constituye uno de los problemas territoriales más importantes. La incertidumbre sobre la disponibilidad de agua, en gran parte del territorio español, ha obligado a crear importantes infraestructuras para su captación y transporte. Estas actuaciones se han combinado con la creación de una organización administrativa específica: las confederaciones hidrográficas.
Los seres vivos, los ecosistemas y, con ellos, los paisajes naturales españoles también presentan una importante diversidad. Ésta se debe a la gran variedad de climas, tipos de relieve, sustratos y suelos de su territorio. En función de lo anterior, y teniendo en cuenta las características de la flora española, se pueden diferenciar tres grandes regiones biogeográficas: la Eurosiberiana, la Mediterránea y la Macaronésica. Cada una de las regiones presentaba, antes de su alteración histórica por las actividades humanas, una vegetación en equilibrio con las condiciones ecológicas de cada lugar. Sin embargo, la sustitución de la vegetación preexistente por tierras de cultivo, pastos o espacios edificados ha supuesto una importante reducción de la superficie forestal y, en general, de los ambientes naturales.
Las relaciones entre los seres humanos y la naturaleza unas veces son de signo positivo pero otras, cuando se generan problemas ambientales, los son de signo negativo. En el análisis de la problemática ambiental se combina por una parte, el estudio de los riesgos naturales y, por otra, las alteraciones de los procesos naturales inducidas por las actividades humanas. Sólo una visión global de ambos aspectos, y de sus interacciones, permite responder de forma adecuada y prevenir o minimizar los daños.
Los procesos naturales capaces de generar riesgo son muy diversos aunque, en España, los que causan mayores pérdidas son de origen climático (viento, temperaturas extremas, tormentas) o hidrológico (inundaciones). Las actuaciones humanas susceptibles de dañar el medio son aún más diversas, aunque en nuestro territorio destacan algunas como la deforestación, la erosión del suelo y los incendios forestales. A todo ello se suman diversos tipos de contaminación producidos por un manejo incorrecto de vertidos, por la emisión de contaminantes a la atmósfera, o por una inadecuada gestión de los residuos. No obstante, en los últimos años las políticas ambientales intentan afrontar estos problemas, y se están mejorando algunos procesos como, por ejemplo, el tratamiento de residuos urbanos.
Entre las acciones humanas de signo positivo, destacan las realizadas para conservar el patrimonio natural y cultural, ámbito en el que España posee importantes recursos. La red nacional de espacios naturales protegidos es una de las más amplias de Europa y, si fuese gestionada adecuadamente, proporcionaría los medios necesarios para garantizar la conservación de una muestra representativa de nuestros ecosistemas, especies, paisajes u otro tipo de elementos del patrimonio natural y cultural español. Cada vez existe una mayor sensibilidad por compatibilizar la conservación con el disfrute público, por lo que la superficie protegida se ha incrementado notablemente en las últimas décadas, tanto en España como en el resto del mundo.
3.2. Los espacios naturales protegidos

Desde principios del S. XX se han creado en España trece parques nacionales, más de un centenar de parques naturales y más de medio millar de espacios protegidos de diversas características. También la UNESCO ha reconocido en España más de 20 reservas de la biosfera, el 2% del territorio nacional.
En 1971 se creó ICONA (Instituto de Conservación de la Naturaleza) y en 1975 se publicó la ley de Espacios Naturales Protegidos, actualmente denominada de Conservación de Espacios Naturales y de la Flora y Fauna Silvestres. Sus objetivos son la conservación de los espacios naturales y las medidas necesarias para evitar su deterioro. Se establecieron también distintos tipos de espacios naturales protegidos.
Tipos de espacios naturales protegidos
- Al hablar de parques nacionales nos referimos a espacios de gran extensión, poco alterados por la acción humana y, por ello, de alto valor ecológico. Se declaran de interés nacional por presentar características peculiares desde el punto de vista geológico, hidrográfico, de flora o de fauna. Las actividades económicas que se realizan en ellos están muy controladas y limitadas. El enfoque educativo del parque está garantizado con las visitas de turismo organizadas.
- Los parques naturales son de un rango inferior a los anteriores. Son también de menor extensión. Son compatibles con las actividades tradicionales del sector primario y las relacionadas con el turismo y son competencia exclusiva de las comunidades autónomas.
- Las reservas naturales no constituyen grandes superficies. Sin embargo, se declaran espacios protegidos por encontrarse en peligro algunos elementos de su ecosistema.
- Los monumentos nacionales son por lo general de pequeña extensión y de naturaleza geológica. Se protegen por motivos estéticos o por presentar alguna peculiaridad, rareza o curiosidad.
- Los paisajes protegidos son zonas de gran valor valor paisajístico y cultural. Suele tratarse de paisajes agrarios de gran belleza a los que se considera la necesidad de protegerlos para evitar la explotación económica.
3.3. El cambio climático
El cambio climático es el mayor reto ambiental al que se enfrenta la comunidad internacional con efectos sobre la economía global, el bienestar social y la salud. A la vez, la lucha contra el cambio climático puede considerarse como una magnífica oportunidad para implantar nuevas formas de producción y consumo más eficientes, y en el uso de los recursos naturales, en particular recursos energéticos, que permita alcanzar el objetivo ambiental a la vez que contribuir a una mayor seguridad e independencia energética.
La política de lucha contra el cambio climático requiere de un planteamiento integral que refuerce su carácter transversal, con el objetivo de que el componente climático quede recogido en todas las actuaciones de carácter sectorial.
El cambio climático debe ser abordado tanto a nivel multilateral y global con acciones concertadas y solidarias, como a nivel individual, transformando nuestros patrones de consumo y de vida hacia opciones más respetuosas con el medio ambiente.
En el ámbito de la Unión Europea, el Consejo Europeo adoptó en 2014 el Marco sobre Clima y Energía a 2030 con tres objetivos vinculantes:
La política de lucha contra el cambio climático requiere de un planteamiento integral que refuerce su carácter transversal, con el objetivo de que el componente climático quede recogido en todas las actuaciones de carácter sectorial.
El cambio climático debe ser abordado tanto a nivel multilateral y global con acciones concertadas y solidarias, como a nivel individual, transformando nuestros patrones de consumo y de vida hacia opciones más respetuosas con el medio ambiente.
En el ámbito de la Unión Europea, el Consejo Europeo adoptó en 2014 el Marco sobre Clima y Energía a 2030 con tres objetivos vinculantes:
a) 40% de reducción de emisiones de CO2 a nivel doméstico
b) alcanzar el 27% de energías renovables en el consumo energético y
c) lograr el 27% de mejora en eficiencia energética.
Completaremos el estudio consultando las unidades didácticas y la información contenida en la página web de la CCEOU de Galicia Climántica: Proyecto de educación ambiental sobre cambio climático:
4. España. Medio ambiente
4.1. Los problemas medioambientales
4.1.1. El medio natural de España como recurso
El medio natural es la principal fuente de recursos de que disponemos para satisfacer nuestras necesidades. Ese medio natural tiene dos condicionantes: el relieve y el clima.
El relieve condiciona de forma directa la actividad agraria, a la que favorecerá o dificultará según las condiciones del terreno sean favorables o adversas. En España el relieve es ayoritariamente desfavorable debido a las fuertes pendientes de la mayor parte del territorio español (que favorecen la erosión del suelo) y a la elevada altitud media, que supone temperaturas más altas.
El clima condiciona de forma directa la actividad agraria. En España las condiciones climáticas para la agricultura no son favorables, ya que o en la mayor parte de la Península las temperaturas son extremas, produciéndose frecuentes olas de frío o calor.
o las precipitaciones son muy irregulares, tanto temporalmente a lo largo del año, como espacialmente en el territorio peninsular.
Hay zonas con condiciones climáticas privilegiadas por las suaves temperaturas, como el litoral mediterráneo. Sin embargo, tampoco estas áreas están exentas de problemas por la escasez de precipitaciones, las lluvias torrenciales, las inundaciones, las sequías y las olas de calor en verano.
El medio natural es la principal fuente de recursos de que disponemos para satisfacer nuestras necesidades. Ese medio natural tiene dos condicionantes: el relieve y el clima.
El relieve condiciona de forma directa la actividad agraria, a la que favorecerá o dificultará según las condiciones del terreno sean favorables o adversas. En España el relieve es ayoritariamente desfavorable debido a las fuertes pendientes de la mayor parte del territorio español (que favorecen la erosión del suelo) y a la elevada altitud media, que supone temperaturas más altas.
El clima condiciona de forma directa la actividad agraria. En España las condiciones climáticas para la agricultura no son favorables, ya que o en la mayor parte de la Península las temperaturas son extremas, produciéndose frecuentes olas de frío o calor.
o las precipitaciones son muy irregulares, tanto temporalmente a lo largo del año, como espacialmente en el territorio peninsular.
Hay zonas con condiciones climáticas privilegiadas por las suaves temperaturas, como el litoral mediterráneo. Sin embargo, tampoco estas áreas están exentas de problemas por la escasez de precipitaciones, las lluvias torrenciales, las inundaciones, las sequías y las olas de calor en verano.
4.1.2. Las posibilidades de energías naturales
En función del relieve y del clima pueden encontrarse fuentes de energía limpias no contaminantes. Así, por su relieve llano, la meseta peninsular presenta condiciones favorables para obtener energía del viento y transformarla en electricidad en las centrales eólicas.
La energía solar puede conseguirse prácticamente en todo el territorio nacional, si bien el rendimiento es mayor en las regiones meridionales, por disfrutar de más días de sol al año.
Las abundantes precipitaciones del norte de España, por otra parte, favorecen la existencia de ríos caudalosos donde se han instalado centrales hidráulicas que transforman la fuerza del agua en energía eléctrica.
4.1.3. Los problemas del medio ambiente en España
Debemos distinguir entre riesgos naturales, y riesgos inducidos, o causados por la acción humana.
Los riesgos naturales
Un riesgo natural es una situación de peligro para el medio ambiente, debido a mecanismos naturales. Pueden ser de dos tipos:
- Riesgos geológicos, relacionados con los terremotos, el vulcanismo y los desprendimientos de tierra. Los riesgos sísmicos en España son bastante altos debido a su situación entre dos placas tectónicas, la africana y la euroasiática. Afecta de forma directa al sur y sureste de la Península, por encontrarse más cerca de la zona de contacto de ambas placas.
- Riesgos climáticos, que tienen que ver con las devastaciones que provocan ciertos fenómenos atmosféricos: olas de frío y calor, tormentas, vendavales, inundaciones y sequías. lLas heladas afectan en mayor medida a la zona sur mediterránea ya que debido a la suavidad de las temperaturas de este clima, las especies vegetales son poco resistentes al frío. Las olas de calor, sin embargo, afectan a las zonas de mayor vegetación, ya que en verano contribuyen a propagar los incendios forestales. La zona mediterránea es también la más afectada por las lluvias torrenciales: Andalucía, Murcia, Valencia y especialmente las provincias semiáridas de Murcia y Alicante.
Los riesgos inducidos
Son los peligros causados por la acción directa del ser humano. Entre ellos podemos citar:
- La desertización, o pérdida de productividad del suelo, de su capa de vegetación y la degradación de las tierras en zonas áridas, semiáridas o incluso totalmente desérticas.
- Los incendios forestales, una verdadera plaga en los periodos estivales, que afectan en mayor medida a las zonas con más vegetación del país (norte de España) y a las más secas y calurosas (franja mediterránea).
En España, los datos sobre incendios son alarmantes: desde 1985 se ha quemado más del 8% del territorio nacional. Los más peligrosos son los incendios de la franja costera mediterránea, desde Tarragona hasta Málaga. Una de las causas de la facilidad con la arden los bosques españoles es porque el 87% de las especies repobladas son especies exóticas muy propensas al fuego como el pino y el eucalipto. Las especies autóctonas son más resistentes a los incendios.
4.1.4. El problema del agua en España

El agua es un recurso básico, porque se usa en muchas actividades humanas: regadío, producción de energía eléctrica en las centrales hidráulicas, consumo humano, evacuación e desechos y numerodsas actividades recreativas.
En España hay grandes desigualdades en la disponibilidad de agua, dada la diferencia de precipitaciones. Analizando las cuencas fluviales, hay algunas con excedente de agua, como las del Duero, Tajo y Ebro, otras donde se produce un equilibrio entre la cantidad de agua y la demanda (cuencas del Guadiana y Guadalquivir (y cuencas con déficit de agua, como las cuencas del Túria, Júcar y Segura.
El principal problema del agua en España es la diferencia que existe entre la disponibilidad y la demanda, es decir, el consumo es muy superior a la oferta. La demanda de agua sigue creciendo constantemente por la producción agrícola e industrial, las ciudades y la actividad turística que aumenta la población de muchas zonas del sur del país; sin embargo, los recursos hídricos se mantienen limitados.
Una de las acciones de los Planes Hidrológicos son los trasvases entre los ríos con déficit y los ríos con exceso de agua. Estos trasvases se llevan a cabo siempre bajo regulaciones muy estrictas, para compensar los déficits de alguna cuenca con aportaciones de otras.
El único río que sufre verdadero déficit es el Segura. Por eso las grandes destinatarias de los trasvases son las provincias de Murcia y Alicante, así como algunas zonas secas del interior y Andalucía.
4.1.5. La grave situación de los humedales
A esta categoría pertenecen los lagos, lagunas, charcas y zonas pantanosas, todas ellas sustentadoras de ecosistemas biológicos muy valiosos, siendo además reservas de recursos hídricos. A pesar de su gran importancia, la superficie de los humedales españoles se ha reducido a más de la mitad en el último siglo y los pocos que quedan se encuentran en situación de alto peligro y deterioro. La gravedad de la situación reside en el hecho de que han llegado a una situación tan extrema que son prácticamente irrecuperables.
4.1.6. El suelo
El suelo es la lámina más superficial de la tierra de la que dependen todos los seres vivos. Él sustenta a las plantas y vegetales que son la base de la alimentación animal y humana, pero al mismo tiempo es un elemento muy frágil y vulnerable por estar expuesto tanto a la erosión natural del viento y agua como a la humana. El 18% del territorio español sufre procesos de erosión muy graves: España pierde al año 5 mm. de su capa superficial, es decir, medio metro cada siglo. De forma grave afecta a la zona del Mediterráneo, y en especial a las provincias de Almería, Granada, Murcia, Castilla la Mancha y Valencia. También sufren este peligro las cuencas del Guadiana, Guadalquivir y la depresión del Ebro.
La consecuencia más inmediata de la erosión es la desertización, es decir, la pérdida de la fertilidad del suelo. Las zonas más afectadas en España son la cuenca del Guadalquivir, el litoral levantino y algunas zonas áridas del centro de la Península.
4.1.7. La contaminación de las aguas
Las zonas más afectadas en España por la contaminación industrial son los ríos cercanos a las industrias: la ría del Nervión (Vizcaya), el delta del Llobregat (Barcelona), el golfo de Cádiz y el último tramo del río Segura (Alicante). Estos ríos sufren una contaminación muy concentrada, ya que la evacuación de vertidos se produce en un espacio muy reducido y con una intensidad de contaminación muy grande.
4.1.8. Los residuos sólidos
Se producen debido al crecimiento de la población, las ciudades y la industria. La mayoría de estos residuos no son biodegradables y se producen básicamente en los centros de población, siendo los más contaminantes los de las grandes ciudades. En las periferias de ciudades y pueblos se crean los vertederos de basuras que inciden en el medioambiente con los gases y lodos que generan. En muchos casos no están controlados por las autoridades lo cual añade alteración paisajística al impacto medioambiental que suponen.
Se ha llegado a la conclusión de que la mejor manera de afrontar el problema de los residuos sólidos es el reciclaje, de forma que los materiales como el plástico, papel, vidrio, madera u hojalata se recuperen.
4.1.9. La contaminación agraria
El desarrollo espectacular en España de la agricultura en los años 60 produjo rendimientos altísimos en la economía nacional pero también ha mostrado, con los años, la otra cara de la moneda del progreso. La transformación de los hábitos agrícolas tradicionales hacia los modernos ha supuesto un impacto ambiental que en ocasiones ha repercutido negativamente sobre la propia agricultura:
- El mal uso del riego ha agotado las aguas subterráneas y ha desecado zonas.
- La construcción de embalses y trasvases de unas cuencas a otras para solucionar el problema de la escasez de agua en las zonas áridas ha ocasionado muchos impactos medioambientales.
- Los abonos y fertilizantes químicos para reponer los nutrientes de los suelos junto con los insecticidas para luchar contra las plagas son productos que quedan en las aguas y las han contaminado.
- Los sistemas de canalización del agua han modificado los paisajes.
- La ampliación de terrenos de cultivo más rentables han reducido el hábitat natural, su flora y su fauna, además de que han transformado los cultivos de secano en regadío, forzando así el cultivo de especies no autóctonas que necesitan más agua que los cultivos de secano. Todo ello ha alterado los agroecosistemas y ha supuesto la pérdida de las prácticas tradicionales en las que se basa la cultura de un país.
El probema ecológico más grave de España es, sin embargo, el abandono del suelo agrícola y la consiguiente crisis del mundo rural. Los agricultores venden sus productos a precios muy bajos mientras que el mantenimiento de las tierras y sus impuestos son muy costosos.
Por falta de rentabilidad económica o por el atractivo de la vida urbana, el campo ha sido abandonado y los jóvenes no quieren trabajar la tierra. El abandono de estos territorios los ha dejado expuestos a los agentes naturales y a la erosión.
5.2. El proceso de urbanización en España
5.2.1. La ciudad preindustrial
La urbanización en España se llevó a cabo en varias etapas:
* Los primeros núcleos urbanos datan del siglo IX la.C (colonias fenicias y griegas, junto con núcleos indígenas).
* En el siglo II la.C. comienza a extenderse una red urbana de ciudades romanas comunicadas por un sistema de calzadas.
* En la Edad Media existe una regresión de las ciudades en la zona cristiana y un mantenimiento y una vitalidad en la zona musulmana de Al-Andalus.
* En el camino de Santiago se desarrolló una importante red de ciudades.
* En el Renacimiento (siglos XV y XVI) las ciudades crecen superando los núcleos medievales.
* Se construyen plazas de planta regular y edificios nuevos, como casas de ayuntamiento, hospitales, pazos y conventos.
* El siglo XVIII y la ilustración traen un nuevo concepto urbano, con paseos rectos embellecidos con edificios monumentales. Se planean nuevas ciudades racionales de nueva planta, como es el caso de Ferrol.
5.2.2. La urbanización en España en los siglos XIX y XX
En el siglo XIX surge la nueva ciudad industrial con una serie de cambios: crecimiento de las propias ciudades y de las industrias. La zona histórica se moderniza y se edifican viviendas en altura con nuevas plazas y alargamentos (Barcelona, Madrid, etc.).
Entre 1900 y 1939 se amplían las ciudades con nuevos alargamentos en la periferia (ciudades jardín, la Ciudad Lineal de Arturo Soria, en Madrid, etc.).
A partir de la segunda mitad del siglo XX se produce una reconstrucción de las ciudades tras la guerra. El éxodo rural hacia las ciudades va a propiciar la aparición de infraviviendas y la planificación y la creación de viviendas de protección oficial.
Los cascos históricos comienzan una fase de abandono y deterioro, y aparecen barrios periféricos y polígonos industriales.
Actualmente se intenta revitalizar las ciudades rehabilitando los cascos históricos. Aparecen parques temáticos. El urbanismo descontrolado provoca el desarrollo de municipios limítrofes con las ciudades, carentes de las infraestructuras necesarias.
5.2.3. Las áreas metropolitanas
Durante los años setenta del siglo XIX se desarrolló una serie de cambios:
Los municipios que rodean una ciudad crecieron formando las áreas metropolitanas.
- La actividad industrial se localizó en estas áreas metropolitanas.
- Estas zonas tienen un importante peso económico y demográfico, lo que acentuó los desequilibrios territoriales.
- Actualmente, las áreas metropolitanas tienden a la expansión sobre los territorios circundantes.
- El precio de la vivienda se incrementó, igual que los problemas de tráfico, la contaminación, etc.
5.3. Evolución histórica de las ciudades gallegas

Las ciudades gallegas nacieron con la romanización. El mejor ejemplo es la ciudad de Lugo. Con la caída del mundo romano se produjo una ruralización.
Durante la Edad Media se desarrollaron pequeñas ciudades y comarcas en torno al Camino de Santiago.
El crecimiento urbano entre los siglo XVI y XIX fue muy lento, y destacan Santiago, Pontevedra, A Coruña y las sedes episcopales.
A partir de 1833, con la nueva división del territorio en cuatro provincias, se desarrollan las ciudades capitales. El gran desarrollo de Vigo, A Coruña, Ferrol y otras villas costeras se produce por la industrialización y el desarrollo de la actividad portuaria.
Durante el primer tercio del XX las ciudades se consolidan, pero la guerra civil va a paralizar el proceso.
Será en los años sesenta y setenta el momento del gran crecimiento de las ciudades gallegas, pero de manera descontrolada.
En los años ochenta se desarrolla el proceso de urbanización de las Rías Baixas y del golfo Ártabro. Las comarcas del interior reciben la población rural de la provincia, que sufre un proceso acelerado de envejecimiento.
Algunos ayuntamientos próximos a las ciudades cobran importancia.
Durante la Edad Media se desarrollaron pequeñas ciudades y comarcas en torno al Camino de Santiago.
El crecimiento urbano entre los siglo XVI y XIX fue muy lento, y destacan Santiago, Pontevedra, A Coruña y las sedes episcopales.
A partir de 1833, con la nueva división del territorio en cuatro provincias, se desarrollan las ciudades capitales. El gran desarrollo de Vigo, A Coruña, Ferrol y otras villas costeras se produce por la industrialización y el desarrollo de la actividad portuaria.
Durante el primer tercio del XX las ciudades se consolidan, pero la guerra civil va a paralizar el proceso.
Será en los años sesenta y setenta el momento del gran crecimiento de las ciudades gallegas, pero de manera descontrolada.
En los años ochenta se desarrolla el proceso de urbanización de las Rías Baixas y del golfo Ártabro. Las comarcas del interior reciben la población rural de la provincia, que sufre un proceso acelerado de envejecimiento.
Algunos ayuntamientos próximos a las ciudades cobran importancia.
5.4. La red urbana gallega
Galicia tiene un elevado número de núcleos de población, pero la gran mayoría de los núcleos son aldeas dispersas.
Están después las villas, que son núcleos de tamaño medio, cabezas de comarca e importantes por sus mercados.
Las principales ciudades son siete: Vigo, A Coruña, Ourense, Santiago de Compostela, Lugo, Pontevedra y Ferrol. En ellas se produjo un crecimiento importante en la periferia (ciudad difusa), donde se instalan polígonos industriales y servicios públicos, que precisan redes viarias especializadas.
La estructura urbana está xerarquizada así en estos tres niveles citados, según el tamaño de los núcleos.
La población gallega vive hoy mayoritariamente en núcleos urbanos.
Se está produciendo el desarrollo de la Eurorregión Atlántica, zona de gran urbanización, con una fuerte cooperación entre Galicia y el Norte de Portugal.
Están después las villas, que son núcleos de tamaño medio, cabezas de comarca e importantes por sus mercados.
Las principales ciudades son siete: Vigo, A Coruña, Ourense, Santiago de Compostela, Lugo, Pontevedra y Ferrol. En ellas se produjo un crecimiento importante en la periferia (ciudad difusa), donde se instalan polígonos industriales y servicios públicos, que precisan redes viarias especializadas.
La estructura urbana está xerarquizada así en estos tres niveles citados, según el tamaño de los núcleos.
La población gallega vive hoy mayoritariamente en núcleos urbanos.
Se está produciendo el desarrollo de la Eurorregión Atlántica, zona de gran urbanización, con una fuerte cooperación entre Galicia y el Norte de Portugal.
6. España. Migraciones
Las migraciones se deben a las desigualdades entre los países. La pobreza y la falta de trabajo obligan muchas personas a dejar su país de origen y a buscar lugares para trabajar y vivir.
Cada día, millares de personas emigran y no todos los países viven de igual manera estos desplazamientos: algunos son países receptores de inmigración y otros son emisores de emigrantes.
Según la duración, las migraciones pueden clasificarse en:
* Estacionales.
* Transitorias.
* Definitivas.
Según la formación de los emigrantes podemos diferenciar:
* Emigración cualificada.
* Emigración sin formación.
Según su situación laboral y política, los emigrantes pueden ser:
* Inmigrantes legalizados.
* Refugiados.
* Indocumentados (o sin papeles).
Por el lugar de desplazamiento hay dos tipos de inmigración:
* Inmigración nacional.
* Inmigración internacional.
6.1. Las rutas de las migraciones
La globalización acentuó más las diferencias entre los países pobres y los ricos, y estas diferencias son hoy el principal motor de los flujos migratorios.
Hasta hace poco, países desarrollados o en vías de desarrollo organizaban la inmigración por la necesidad de mano de obra barata para hacer los trabajos menos cualificados.
Actualmente, muchos de estos países pusieron un límite a la emigración e intentan legalizarla.
Pero muchos inmigrantes siguen acudiendo la estos países sin permisos legales de trabajo (son los "sin papeles").
En Europa, desde la caída del comunismo, se produce una fuerte afluencia de inmigrantes del este hacia el occidente europeo. Para los ciudadanos de algunos países que entraron en la UE es más fácil, ya que tienen documentación legal para desplazarse por el territorio de la UE.
Existe también una migración de personal muy cualificado y con fuerte nivel económico (directivos de empresas, técnicos, investigadores, jubilados, etc.).
Existen zonas que suponen un fuerte foco de atracción de población: Europa occidental, América del norte, Australia, Japón y países del Golfo Pérsico.
Países emisores de emigración son a China, la India, Pakistán, las islas Filipinas, los países del sureste asiático, México, los países de América central y del sur, el Magreb y numerosos países de la África subsahariana.
6.2. Consecuencias de las migraciones
Las migraciones internacionales tienen importantes consecuencias económicas:
- Parte de los ahorros de los emigrantes se transfieren a los países de origen, que ven favorecida su economía y su desarrollo.
- Los países de destino tienen abundante mano de obra para su economía, por lo que aumenta su desarrollo. La economía se reactiva, pagan impuestos y se transforman en un nuevo grupo consumidor que dinamiza la economía.
Consecuencias sociales y culturales de la inmigración:
- La inmigración cualificada beneficia el país receptor y perjudica el país emisor.
- En algunos países viejos modifican las pautas demográficas, ya que incrementan las tasas de natalidad (caso actual de España y, caso que nos interesa, de Galicia).
- Los emigrantes nuevos tienen generalmente más hijos, lo que influye en el incremento de las tasas de natalidad.
- La inmigración permite el contacto entre diversas culturas, lo que favorece la diversidad cultural y el intercambio.
Efectos de la globalización:
- La información global influye en el flujo de población de los países pobres a los ricos.
- Países que siempre fueron de emigración se convierten ahora también en un foco de atracción de inmigrantes, como es el caso de España y, más concretamente, de Galicia.
- Las migraciones ilegales.
Los flujos ilegales de inmigrantes cada vez son mayores y llevan a la creación de mafias para las que son un negocio muy rentable.
6.3. Las migraciones en España
España fue tradicionalmente un lugar de emigrantes (durante siglos se emigró a América latina y a Europa), pero se produjeron algunos cambios significativos:
* La emigración a Latinoamérica se inicia con mayor fluidez a mediados del siglo XIX y se incrementa en el siglo XX, hasta finales de la década de los 50 (países nuevos como Argentina, Cuba, el Brasil y, posteriormente, Venezuela demandaban mano de obra poco cualificada).
* A partir de la década de los 50, se inicia la emigración hacia los países de Europa occidental en plena expansión económica, como Alemania, Suiza o Francia. Era una emigración eminentemente rural y temporal.
* A partir de 1974 comienza un proceso de retorno de muchos emigrantes debido a la crisis económica.
* Durante los siglos XIX y XX se inició el éxodo de población rural hacia las ciudades industriales (Barcelona, Madrid, País Vasco y Valencia). La población se fue concentrando en su periferia, atraída por el desarrollo industrial desde mediados del siglo XIX.
* A partir de la década de 1950 se intensifica el éxodo rural hacia los grandes núcleos industriales, lo que provocó un envejecimiento de las áreas rurales y una renovación de las urbanas.
* Hoy, España se convirtió en un país de inmigrantes, donde viven más de tres millones y medio de extranjeros, lo que supone casi el 10 % de la población total.
* Hombres, mujeres y sus descendientes vienen en busca de un trabajo, en muchas ocasiones como emigración clandestina y llena de dificultades.
* Existe un tipo de inmigrantes que son jubilados de países del norte de Europa y que procuran un clima benigno.
* Existe también una serie de inmigrantes que son personas de gran cualificación laboral.
Actualmente en España el número de inmigrantes supera lo de los emigrantes. Algunas consecuencias de este hecho son:
- Desde 1985 la inmigración tiene un papel creciente.
- Provienen de América latina, países del este europeo, del norte de África y de la África subsahariana (mano de obra no cualificada). Además existe una inmigración de los países del norte europeo formada por jubilados y profesionales cualificados.
- Contribuyen al crecimiento de la población: de los más de los 45 millones de habitantes que tiene España, más de cuatro millones son extranjeros (el 10% de la población). Esto se debe en parte al alta tasa de fecundidad de la población inmigrante, lo que frena el envejecimiento de la población general, llena las escuelas y asegura la población activa necesaria para el futuro.
- La población inmigrante trabaja sobre todo en la agricultura y en el sector de servicios (tareas domésticas, cuidado de dependientes, a lo que se dedica la mayor parte de las mujeres inmigrantes, servicios de restauración, vigilancia urbana, etc.). Perciben salarios bajos y muchas veces carecen de papeles.
- Contribuyen a mantener el sistema de pensiones, la seguridad social y la educación, ya que pagan sus impuestos.
- La llegada de inmigrantes puede en ocasiones provocar problemas de integración, debido a las diferencias culturales. En momentos de crisis, esos problemas se disparan. Los emigrantes encuentran dificultades para encontrar viviendas o para se integrar en la sociedad. Los más jóvenes tienen problemas de integración en las escuelas y en el sistema educativo.
6.4. Las migraciones en Galicia
Galicia fue tradicionalmente una región de emigrantes (hasta 1950 predominó la emigración hacia América y, a partir de los años 60, a Europa: Alemania, Francia y Suiza).
Al mismo tiempo, se produjo un éxodo desde las zonas rurales hacia las ciudades gallegas, hacia la costa y hacia las ciudades industriales del resto de España (Barcelona, Madrid y Bilbao).
Actualmente, el movimiento emigratorio, aunque no desapareció totalmente, se frenó y Galicia comenzó a vivir un nuevo fenómeno: la recepción de inmigrantes procedentes de Latinoamérica, norte de África, África subsahariana y países de Europa del este.