La vida es conflicto
La vida, como se muestra en las viñetas anteriores, se caracteriza, entre otras cosas, por una sucesión de conflictos y diálogo entre personas. Es importante reflexionar sobre cómo queremos vivir las diferencias.
La visión positiva del conflicto es un enfoque mucho más constructivo para afrontar problemas que verlo como algo negativo. Todos los ámbitos de la vida humana están rodeados de conflictos, entendiendo estos como un desacuerdo motivado por la percepción diferente de una situación por parte de personas o grupos, con una implicación emocional asociada. No puede existir la vida sin conflictos; de hecho, estos nos ayudan a crecer y mejorar. El verdadero problema surge cuando no los resolvemos de forma pacífica o dialogada, optando, en su lugar, por cualquier tipo de violencia o agresividad.
Muchos educadores, como el gallego Xesús R. Jares, han apostado por aprovechar los conflictos que surgen en la escuela como una oportunidad para enseñar y, por lo tanto, aprender a resolverlos.
Si trabajáis en equipo en el grupo de investigación, es normal que surjan conflictos que podéis resolver. De este modo, no solo estaréis aprendiendo a investigar, sino que también estaréis adquiriendo una de las competencias más importantes para la vida: resolver problemas de manera colaborativa.
No hay que tener miedo a los conflictos ni ocultarlos. Debemos afrontarlos con serenidad y constructividad.