Presentamos 10 recomendaciones para que trabajar en un grupo de investigación escolar en tu IES, CPI o Colegio funcione bien y se asemeje a la forma correcta de trabajar en un grupo de investigación profesional, por ejemplo, en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa de Madrid o en el Instituto Oceanográfico de Vigo.
 

Revisa las recomendaciones con calma.

1. Tened siempre claro el objetivo principal de la investigación y los objetivos más específicos del trabajo durante el proceso.
   Antes de empezar, aseguraos de que todos y todas tengan claro el propósito del proyecto y lo que se quiere alcanzar como grupo. Tener una meta común ayuda a mantener el enfoque y la motivación.
2. Dividid las responsabilidades.
   Analizad las tareas que implica el trabajo y asignad roles específicos a cada miembro. De este modo, todos sabréis cuál es vuestra parte y se evitará que alguien tenga que hacer todo el trabajo. Anotad estas responsabilidades en el cuaderno de trabajo. Algunas funciones importantes son: coordinarse con el profesor o profesora, asegurarse de que el material esté siempre preparado, registrar resultados e incidencias, documentar en fotografías o vídeos si el proyecto lo requiere, etc. Lo ideal es definir estas responsabilidades y repartirlas. A lo largo del proyecto, las responsabilidades pueden cambiar.
3. Estableced un plan de trabajo.
   Acordad un calendario con fechas límite para cada tarea o etapa del proyecto. Esto ayudará a mantener el trabajo organizado y a evitar problemas de última hora.
4. Organizad un primer encuentro para planificar.
   Reuníos antes de empezar a trabajar para conocer las ideas de cada uno y acordar cómo abordaréis el proyecto. Este primer encuentro sirve para establecer una visión compartida y resolver dudas.
5. Pactad reglas básicas de trabajo en equipo.
   Decidid algunas normas para el grupo, como horarios de reuniones, plazos de entrega y formas de comunicación. Tener reglas claras ayuda a que todos se comprometan de la misma manera. Decidid qué método de comunicación usaréis dentro del grupo. Valorad el uso de un documento compartido.
6. Distribuid el liderazgo.
   Acordad que todos tengan la oportunidad de liderar alguna parte del proyecto o de moderar alguna reunión. Esto permite que todos participen de forma activa y se sientan involucrados.
7. Planificad momentos para revisar el progreso.
   Decidid cuándo os reuniréis para evaluar el avance del proyecto, preparar material, tomar datos, resolver problemas y ajustar tareas si es necesario. Estos momentos de revisión ayudan a mantenerse en el camino correcto.
8. Escuchad las ideas de todos y todas.
   Permitid que cada miembro exprese sus opiniones y sugerencias. Respetar y valorar las ideas de todos y todas, ya que fortalece el trabajo en equipo y mejora la calidad del proyecto.
9. Mantened una actitud positiva y solidaria.
   El trabajo en grupo puede ser desafiante, pero con una actitud positiva y de apoyo, todo es más fácil. Aseguraos de ayudaros mutuamente, de estar abiertos a la crítica constructiva y de centraros en los objetivos. Los conflictos pueden surgir, es algo normal en cualquier actividad humana, pero lo importante es aprender a afrontarlos. Aquí tendréis oportunidades de hacerlo.
10. Mantened contacto permanente con el o la docente.
    El profesor o profesora guía la investigación. No dejéis de comentarle cualquier incidencia.

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Siguiendo estos consejos, podréis comenzar el proyecto de manera organizada y con un ambiente de colaboración que aumentará las posibilidades de éxito.

¡A trabajar, equipo!

Pensar en posibles preguntas para investigar puede parecer fácil. Otra cosa es que podamos utilizarlas para desarrollar un proyecto de investigación viable (posible) en el instituto o colegio.

Llamamos preguntas investigables a aquellas que sí podemos investigar en nuestro contexto.

Pero, ¿cómo distinguir preguntas investigables?

Vamos a aplicar una rúbrica sencilla, es decir, una herramienta muy fácil que nos indicará si nuestra pregunta es investigable.

Criterios para seleccionar preguntas investigables para proyectos posibles:

1. ¿El resultado de nuestra pregunta ya se conoce porque el mismo proyecto o experimento ya ha sido realizado muchas veces?
2. ¿La respuesta a la pregunta es solo SÍ o NO?
3. ¿La respuesta es una simple comprobación o un dato? Por ejemplo, saber la temperatura corporal del alumnado de la clase, conocer la longitud de las plantas del jardín o registrar las temperaturas mensuales de la localidad.
4. ¿Tengo tiempo durante lo que queda de curso para realizar la investigación o, de acuerdo con el docente, hay tiempo suficiente para desarrollarla dentro del plazo indicado?
5. ¿Cuento con el material y los recursos necesarios para investigar y dar respuesta a esa pregunta?
6. ¿El proyecto implica relacionar variables? Por ejemplo, la influencia de la Luna en el crecimiento de las plantas o la presencia de ruido y la concentración para estudiar.

Cómo interpretar las respuestas:
Si las respuestas a las preguntas 1, 2 y 3 son NO, y las respuestas a las preguntas 4, 5 y 6 son SÍ, la pregunta es investigable y el proyecto es viable. Si no es así, debemos pensar en otra opción.

Ejemplos:
¿Cuál es la estatura media del alumnado de mi clase?
      La respuesta al criterio 3 es SÍ, por lo tanto, no es investigable.
¿Cómo influye el lugar de nacimiento en la estatura media del alumnado de mi clase?
      Las respuestas a las preguntas 1, 2 y 3 son NO, y las respuestas a las preguntas 4, 5 y 6 son SÍ, por lo tanto, es investigable.
 

Dejo algunos consejos para buscar buenas preguntas de investigación. Recordad siempre hablar de ello con el profesor o la profesora.

1. Elegid un tema que os interese de verdad
Pensad en algo que despierte vuestra curiosidad. Si el tema os gusta, será más fácil trabajar en él y mantener el interés a lo largo del proyecto. Por ejemplo: ¿cómo afecta la música a la concentración para estudiar?

2. Haced preguntas específicas y no demasiado amplias
Evitad formular preguntas muy generalizadas, como: ¿qué es el cambio climático? Mejor centraos en aspectos concretos: ¿cómo varía la temperatura en distintas zonas del patio del instituto o junto al río de mi pueblo? Esto facilitará encontrar respuestas claras, originales y enfocadas.

3. Aseguraos de que podéis recoger datos y medir algo (cuantificar)
Una buena pregunta investigable debe permitir recoger información mediante observaciones, experimentos o encuestas. Por ejemplo: ¿cuántas horas de luz solar recibe el jardín del colegio cada día y cómo influye la posición en el jardín en el crecimiento de una especie de planta?

4. Formulad preguntas que impliquen relaciones entre variables
Las preguntas investigables, como ya hemos visto, no solo piden datos simples, sino que buscan conexiones. Por ejemplo: ¿cómo afecta el uso de auriculares a la capacidad de recordar palabras? Estas preguntas permiten análisis más interesantes. Intentad incluir más de dos variables.

5. Tened en cuenta los recursos y el tiempo disponibles
Aseguraos de que podéis realizar la investigación con el tiempo y los materiales que tenéis. Preguntas como: ¿cómo influye el uso de fertilizantes en el crecimiento de las plantas en 6 años? no son realistas, ya que no disponéis de ese tiempo. Intentad buscar proyectos de bajo coste.