Las conclusiones del trabajo

Vamos a redactar las conclusiones del trabajo de investigación. Deben ser frases sencillas, claras y basadas en los datos (evidencias) que habéis obtenido. No se aceptan opiniones, creencias o ideas, solo pruebas demostrables.
Para aprender cómo redactar correctamente las conclusiones, utilizaremos un ejemplo de un experimento donde analizaremos conclusiones correctas (buenas) e incorrectas (malas).
Partimos de un experimento en el que medimos el crecimiento de una planta en el laboratorio del centro, controlando la luz diaria a la que está expuesta. Los resultados obtenidos se resumen en la siguiente tabla.
Teniendo en cuenta los datos, podemos identificar conclusiones verdaderas y falsas. Lo importante, para que la conclusión sea correcta, es que la frase y los datos coincidan. Revisando con calma los datos podemos determinar si cada conclusión es correcta o no.
Conclusiones verdaderas:
Las plantas expuestas a más horas de luz crecieron más que aquellas con menos horas de luz.
El grupo C, con 12 horas de luz diaria, alcanzó la mayor altura (18 cm) al final del experimento.
Conclusiones falsas:
Las plantas del grupo A crecieron más rápido que las del grupo C.
La luz no tuvo ningún efecto en el crecimiento de las plantas.
Esto mismo tendréis que hacer al llegar a las conclusiones, basándoos en los datos obtenidos durante la experimentación.