La noche se desgarra a golpes de culata. Extrañeza de pasos irreales. Ciudad en vela. O tal vez es el campo y un moscardón se obstina contra vidrios herméticos. Pero el campo no existe. Hay una fuerza oculta empeñada en destruir lo armonioso y lo puro. (ERNESTINA DE CHAMPOURCÍN, Primer exilio)
Un villancico de metralla silbó mi nombre sobre las banderas yo, vida, entre la muerte estaba, bombardeada, ensordecida, hierta, creciéndome, criándome entre gritos, haciéndome de paz, hartándome de guerra. (GLORIA FUERTE, Ni tiro, ni veneno, ni navaja)
Yo dolía por un hijo. Toda mi entraña se abría en sed de un hijo. ¡Ah, que ya sé por qué mi vigilante espíritu no quiso desgajarse una rama! Pero soy madre crucificada en todos los niños que saltaron en chispas por ímpetu de la ronca metralla enemiga. Y estoy doliendo hasta donde se acaba la sangre de mi vientre. (CARMEN CONDE, Mientras los hombres mueren)
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Yo soy Elisabeth Gille llorando tu marcha: éstas son mis cartas de cumpleaños quemadas. Yo soy tu hija pequeña sin regalos de Navidad. Persiguiendo a los nazis, saltando la valla. Yo soy David Golder arruinado tras tu muerte. Yo soy un acorde de piano cualquiera que, de repente, en Issy-L'Evêque suena. Yo soy Danièle Darrieux tirándose a un ministro nazi. Yo soy la familia Kampf en un baile malogrado. Yo soy las lágrimas que derramaste en una cámara de gas en Auschwitz. Yo soy el espíritu de la mala suerte. Yo soy, como tú, una judía atea. Yo también me exilié por la guerra. Y soy un susurro al oído y un cuento de Chéjov y las moscas del otoño en un suburbio de Moscú y soy un perro y soy un lobo y soy un trago de vino de soledad... Y soy tu todo y soy tu nada. Y soy el cabrón alemán que te mató. Y el germen de la semilla de tu ser. Yo también me marché de Kiev. Yo soy tú y a la vez yo. (ELENA MEDEL, Mi primer bikini ) |
LA POESÍA Y LAS POETAS. BANCO DE TEXTOS.
GUERRA
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