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AUTOBIOGRAFÍA POÉTICA

https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Rosa_Chacel.jpg
Rosa Chacel

 

Yo soy así

como me estáis viendo.

Yo soy así,

con nariz pinochil,

con hermosa nariz

(de pequeña no podía

jugar al "orí")

Flequillo y entrecejo

acusado

-no me acuso de haber amado.

Vestida de soltera,

mi moda es no ir a la moda,

mi guerra es no ir a la guerra.

Soy más pacifista que artista

más humanista que feminista,

más alta que baja,

mis músculos

más fuertes que García.

Soy tímida y no lo parece,

soy poeta y sí lo parece,

soy gorda y sí lo parece,

soy soltera y no lo parece,

soy viuda y sí lo parece,

soy niña y no lo parece.

Soy así...

Como me estáis leyendo.

   (GLORIA FUERTES, Mujer de verso en pecho)

MI MEZCLA

Pienso que Dios se complació conmigo

y agitó su probeta sabiamente.

Me hizo habladora. Necia. Inteligente.

Un labio generoso. Otro, mendigo.

 

No sé si me desnudo o si me abrigo.

Marmórea me mantengo. Soy ardiente.

Cobarde un punto. Y otros mil, valiente.

Al amor le desprecio y le persigo.

 

Soy tímida. Coqueta. Silenciosa.

Plancho. Cocino. Barro. Sé bordar.

Me conmueve la más pequeña cosa.

 

Sonrío. Me entristezco. Sé cantar.

Incrédula. Pasiva. Fervorosa.

Perdono. Sé sufrir. ¡Y sé llorar!

       (SAGRARIO TORRES, Catorce bocas me alimentan)

 

 

He sido una sencilla profesora de química.

En una ciudad luminosa del sureste.

Después de las clases contemplaba el ancho mar.

Los dilatados, infinitos horizontes.

Y los torpedos grises de guerras dormidas.

He quemado mis largas horas en la lumbre

de símbolos y fórmulas. Junto a crisoles

de arcilla al rojo vivo hasta encontrar la plata.

No tengo ningún premio.

A Congresos no asistí.

Medallas y diplomas

nunca me fueron dados.

Minúscula sapiencia para tan grandes sueños.

Pequeñez agobiante para inquietudes tantas.

Y rebelde ha surgido, como agua en desierto,

el manantial jugoso, intenso, apasionado,

-dulce herencia entrañable- que tiene la riqueza

de llenar de poesía tan honda desolación.

Y, del resto salvado, rebrotar lo necesario.

       (MARÍA CEGARRA, Desvarío y fórmulas)