¡Edison, Edison!... Veintiuno de octubre; año setenta y nueve de este siglo, cien años de tu invento. Olvido fue tu nombre en ese día, tu noticia aplastada. Las imprentas que alumbras echaron su betún sobre tu nombre. Me engalané esa noche en tu memoria y solo mi aliento, como el tuyo, fue de dulces y fruta. Coloqué en el atril el libro de tu vida con tu imagen. Ramas de colio y de jazmín te puse. Encendí lamparillas, encendí el gas doméstico, encendí siete velas y diecisiete luces -tuyas- de mi casa. Hasta las doce en punto te alumbraron. Edison: Una sola mujer, en todo el mundo, rezó tu nombre y te dio su verso. (SAGRARIO TORRES, Regreso al corazón)
La química lo afirma; pero se engaña. No existe la saturación. (MARÍA CEGARRA, Cristales míos)
Hidrocarburos que dais la vida: Sabed, que se puede morir aunque sigáis reaccionando; porque no tenéis risa, ni aliento, ni mirada, ni voz. Solo cadenas. (MARÍA CEGARRA, Cristales míos)
Quiero con 32 megas de memoria y ni mi inteligencia artificial, ni mis circuitos integrados pudieron con tu sistema operativo y saliéndome del esquema te mandé a la mierda. (MARÍA ELOY-GARCÍA, Diseños experimentales) |
Galileo/Newton y aquel año 1642 que propició el salto de un giro diverso y fue el sol y fueron movimiento y velocidad que se diferenciaron quedó la flecha inquieta perplejos los cuerpos en su caída en cada punto distinta y dividida al infinito hasta que la luz arrebató todas las medidas (CLARA JANÉS, Orbes del sueño)
La siniestra oficina se humanizaba por las noches se oía un leve teclado. Las máquinas se escribían -unas a otras- cartas de amor. (GLORIA FUERTES, Historia de Gloria) |
LA POESÍA Y LAS POETAS. BANCO DE TEXTOS.
CIENCIA Y TECNOLOGÍA
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