ARTE

Nastagio degli onesti

Botticelli

Una escena de caza
en que el amante
azuza hacia la amada los mastines,
abre en canal su espalda
y arrojando a las bestias
las vísceras sangrantes
da de nuevo comienzo, como un sueño
-ella expía y consiente y habita
el mismo sueño-, a la persecución.

    (OLVIDO GARCÍA, Exposición)

LAS TRES GRACIAS

Posan graciosamente enlazadas las tres

y apenas descomponen el verdor de una yerba

que va, ladera abajo, junto al cauce de un río.

Hace sol, y hacen gloria y juventud las tres,

y son la gracia misma de su luz en la foto

hasta que se me pierden alma adentro, y aun más,

y anochece en la yerba y en el río

para que yo no sepa, con días transitorios,

a quiénes dimos vida, a quiénes dimos muerte.

       (MARIA VICTORIA ATENCIA, El fruto de mi voz)

Todos somos el hombre de metal

de Úrculo en Oviedo:

el equipaje hermético,

el suntuoso gabán

-nuestro atuendo más caro que nosotros-,

las maletas y el cuerpo de la misma sustancia,

un paraguas cerrado y no saber

a qué distancia estamos del destino.

   (AURORA LUQUE, Transitoria)

CONDESA DE CHINCHÓN

Por romper el silencio, mustias espigas roza

un ángel cuando pasa sobre tus bucles jaros;

o porque no has perdido aún -tú, la carente

de todo- una frescura conventual y dócil.

Desde un sillón prestado contemplas la comedia

y, con ausentes brazos, abarcas el juguete

de tu vientre de ocasión por encargos reales.

   (MARIA VICTORIA ATENCIA, El fruto de mi voz)