3.4.2 Dos textos en registros diferentes

Para el hablante español medio, la autoridad máxima, algo así como el tribunal supremo del idioma, es la Real Academia Española. Esta institución oficial nació, en 1713, con un carácter exclusivamente técnico (diferente del de hoy, que es en gran parte honorífico) y con una finalidad muy definida, que está de manifiesto en su lema: Limpia, fija y da esplendor.

Es decir, su misión era, basándose en el uso de los mejores escritores, establecer una forma precisa y bella de la lengua, exenta de impurezas y elementos superfluos. Con tal objetivo, compuso la Academia su célebre Diccionario en seis volúmenes llamado "de Autoridades" (1726-1739), y más tarde su Ortografía (1741) y su Gramática (1771). La autoridad que desde un principio se atribuyó oficialmente a la Academia en materia de lengua, unida a la alta calidad de la primera de sus obras, hizo que se implantase en muchos hablantes -españoles y americanos-, hasta hoy, la idea de que la Academia "dictamina" lo que debe y lo que no debe decirse. Incluso entre personas cultas es frecuente oír que tal o cual palabra "no está admitida" por la Academia y que por lo tanto "no es correcta" o "no existe".

En esta actitud respecto a la Academia hay un error fundamental, el de considerar que alguien -sea una persona o una corporación- tiene autoridad para legislar sobre la lengua. La lengua es de la comunidad que la habla, y es lo que esta comunidad acepta lo que de verdad "existe", y es lo que el uso da por bueno lo único que en definitiva "es correcto".

La Academia Española ante el poder de los hablantes. Manuel Seco [extracto]

 

CHUSA.- ¿Te quieres quitar de ahí y dejarlos en paz?

JAIMITO.- ¡Que no me da la gana! ¿Qué pasa, eh? Se mete el tío que te gusta con otra chorva y tú aquí, tan tranquilamente. Es que eres, tía, como la sábana de abajo. ¡Qué pachorra, y qué...!

CHUSA.- ¿Quieres que me ponga a llorar o que llame a los bomberos? Además, ayer se lo pedimos nosotros, ¿no?

JAIMITO.- Ayer era ayer, y hoy es hoy... Estábamos los cuatro... era otra cosa. ¡Así no me da la gana!

Alonso de Santos, José Luis, Bajarse al moro, Anaya, Madrid, 2001

Actividades propostas

Actividades propuestas

S.32. Lea estos dos textos e indique a qué registro de la lengua pertenecen. Explique las características que estén presentes en cada uno de ellos.

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