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La naturaleza como refugio

Además de los tópicos clásicos que hemos visto, tan habituales en la historia de la literatura, existen otros motivos muy habituales para las escritoras que incluyen la naturaleza como elemento fundamental de sus obras.

Hablaremos de dos de los más habituales: la naturaleza como refugio y el medio como condicionante para la vida.

Lee y analiza

Chica leyendo plácidamente en la naturaleza

La naturaleza como refugio

La naturaleza como refugio ha sido un motivo recurrente en la literatura a lo largo de los siglos, sirviendo como un espejo de las emociones humanas y un santuario ante las adversidades del mundo exterior. Desde tiempos inmemoriales, los seres humanos han buscado consuelo en los paisajes naturales, ya sea en la serenidad de un bosque, la majestuosidad de una montaña o la inmensidad del océano. En la literatura, este recurso se ha utilizado para representar la búsqueda de paz interior, la huida de conflictos o simplemente la admiración por la belleza intrínseca del mundo natural.

Grandes obras, como Walden de Henry David Thoreau, reflejan la vida en la naturaleza como una forma de introspección y autodescubrimiento. Otros autores, como Terry Tempest Williams, entrelazan la narrativa personal con su militancia en el ecologismo.

Walden, de Henry David Thoreau

Walden, publicado por primera vez en 1854, no es simplemente un libro: es más bien un reflejo filosófico sobre la vida, la naturaleza y la sociedad. Thoreau relata sus experiencias cuando decidió retirarse del mundo y vivir en una cabaña que él mismo construyó cerca del estanque Walden, en Massachusetts, que da nombre al libro. Vivió allí durante dos años y como resultado dio unas páginas que son una mezcla de observación, meditación, introspección y crítica social en las que se exploran temas como la sencillez, la autosuficiencia, la relación del individuo con la naturaleza y la capacidad del ser humano para vivir el aquí y ahora.

Es considerado uno de los textos fundamentales de la literatura americana y sigue siendo relevante en discusiones contemporáneas sobre sostenibilidad, minimalismo y la búsqueda de un propósito en la vida.

Lee el siguiente texto y responde a las preguntas a continuación:

Fui a los bosques porque, después de una cuidadosa reflexión, quería vivir solo, deliberadamente, para afrontar los hechos esenciales de la existencia y ver qué podía aprender de la vida, lo que ella tenía que enseñar. No quería vivir lo que no era vida. Quería sentir profundamente y extraer toda la médula a la vida, vivir de una forma tan intensa y espartana que pudiese prescindir de todo lo que no era auténtico.

En los bosques, encuentro fascinante poder estar solo la mayor parte del tiempo. Estar en compañía, incluso aun en la mejor compañía, rápidamente acaba desgastando y desmoralizando. Me encanta estar solo. Nunca he encontrado una compañía mejor que la soledad.

Aprendí al final [de mi retiro] que si uno avanza confiado en la dirección de sus ensueños y acomete la vida que se ha imaginado para sí, hallará un éxito inesperado en sus horas comunes.

Henry David Thoreau, Walden.

1. Responde por escrito a las siguientes preguntas:

  • Elabora un resumen del texto. Además, describe brevemente cuál es el la idea principal que se plantea en él.
  • ¿Qué crees que significa "extraer toda la médula a la vida"?
  • Para ti ¿qué significa "vivir deliberadamente"? ¿Cómo aplicarías este concepto en tu vida diaria?

2. Reflexiona e intenta responder a estas preguntas para establecer un debate sobre el contenido del texto:

  • ¿Estás de acuerdo con la idea de Thoreau de que estar en compañía, incluso la mejor, puede ser desgastante? ¿Por qué sí o por qué no?
  • Si tuvieras la oportunidad de retirarte a un lugar como el bosque de Thoreau, ¿lo harías? ¿Por cuánto tiempo? ¿Qué esperarías lograr con esa experiencia?

Refugio, de Terry Tempest Williams

Terry Tempest Williams es una autora, conservacionista y activista estadounidense conocida por su profunda conexión con la naturaleza y su habilidad para entrelazar la narrativa personal con cuestiones más amplias relacionadas con el medio ambiente y la sociedad. En Refugio, publicado en 1991 se combina la relación de su autora con el Gran Lago Salado en Utah y la historia de su familia, especialmente las mujeres de su familia y su lucha contra el cáncer.

A lo largo de la obra, el paisaje y la vida silvestre del lago representan un espacio de sanación en medio de las crisis personales y familiares que enfrenta la autora. A pesar de los desafíos y las tragedias que enfrenta, encuentra consuelo, fuerza y esperanza en el paisaje y la vida silvestre del Gran Lago Salado. 

Lee el siguiente texto y responde a las preguntas a continuación:

Llegamos a la carretera de acceso al refugio y cogimos los prismáticos, dispuestas a observar aves. La mayoría de las aves acuáticas habían emigrado, pero aún quedaban unos pocos malvasías canelas, porrones americanos y cu- charas comunes. La ciénaga espejeaba como el topacio. Cuando ya estábamos a unos ocho kilómetros al oeste del refugio, y a poco menos de dos del montículo de los mo- chuelos de madriguera, empecé a hablar de ellos, de los Athene cunicularia. Le conté a Sandy el día en que mi abuela y yo los descubrimos. Fue en 1960, el año en que me regaló la Guía de campo de las aves occidentales de Peterson. Lo sé porque feché la imagen de los mochuelos en el libro. Desde entonces, venimos todos los años para presentarles nuestros respetos. Aquí se han criado generaciones enteras de mo- chuelos de madriguera. Me volví hacia mi amiga y le conté que cuatro mochuelillos habían sobrevivido a las crecidas. Estábamos deseando verlos.

A unos setecientos metros de distancia aún no distin- guía el montículo. Levanté el pie del pedal y avancé en punto muerto. Fue como si me encontrara en un territorio desconocido.

El nido había desaparecido. Lo habían eliminado. En su lugar, a unos quince metros, había una construcción de hormigón con un letrero, club de caza de barnacla canadiense . Una valla nueva aplastaba la hierba con una advertencia escrita a mano: prohibido pasar . Nos bajamos del coche y fuimos hasta el lugar donde había estado el montículo desde que yo tenía memoria. Nada. No había ni rastro.

Una camioneta azul se detuvo a nuestro lado.

—Buenas. —Se tocaron la visera de las gorras de béis- bol—. ¿Buscan ustedes algo? No dije nada. Sandy no dijo nada. Entorné los ojos. —No nos los hemos cargado. Los muchachos del de- partamento de carreteras vinieron y echaron la grava. Lo hicieron en dos patadas. Hay que reconocer que los mochuelos esos eran más guarros que el copón, dejando cagarros por todos lados. Y suerte al que pretenda dormir con los bichos esos dando chillidos toda la noche. Había que largarlos. De todas formas nos hemos apostado con los del condado que el año que viene por estas fechas ya se habrán colocado en algún otro sitio por aquí cerca. Los tres nos miraron desde el asiento delantero y vol- vieron a tocarse la visera. Y se marcharon.

La contención es la línea de acero que separa una men- te racional de una violenta. Ya sabía lo que era la rabia. Era un fuego en el estómago.

Fui al refugio otro día. Supongo que mi deseo era volver a ver el montículo en su sitio, con la familia de mochuelos encima. Lógicamente, no fue así.

Me senté en la gravilla y me puse a tirar piedras. Casualmente, la misma camioneta azul con los mismos tres tipos se paró a mi lado: los autoproclamados dueños del recién erigido club de caza de barnacla canadiense. —Buenas, señora. ¿Todavía anda buscando los mo- chuelos? ¿O eran gorriones?

Uno de ellos guiñó un ojo.

De pronto, volví a ver el montículo de los mochuelos de madriguera, el puño cubierto de tierra que se alzaba sobre las llanuras salinas. El mismo que aquellos tipos de barriga cervecera habían arrasado.

Me acerqué tranquilamente a la camioneta y me apoyé en la portezuela. Levanté el puño a escasos centímetros de la cara del conductor y con mucha calma levanté el dedo corazón.

—Esto es para vosotros: de mi parte y de parte de los mochuelos.

Refugio, de T. T. Williams

1. Responde por escrito a las siguientes preguntas:

  • Elabora un resumen del texto. Además, describe brevemente cuál es el conflicto principal que se plantea en él.
  • Si tuvieras que darle un título a este texto, ¿cuál sería y por qué?
  • ¿Cómo interpretas la frase "La contención es la línea de acero que separa una mente racional de una violenta" en el contexto del texto?

2. Reflexiona e intenta responder a estas preguntas para establecer un debate sobre el contenido del texto:

  • El texto muestra un conflicto entre el desarrollo (representado por el club de caza) y la conservación (el montículo de los mochuelos). ¿Hasta qué punto es necesario sacrificar la naturaleza por el desarrollo? ¿Dónde deberíamos trazar la línea?
  • ¿Quién es responsable de proteger lugares como el montículo de los mochuelos? ¿Es una responsabilidad individual, comunitaria, gubernamental o una combinación de todas?

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