3.5 Literatura barroca

  • Educación literaria

Se designa como barroco a un estilo artístico que se desarrolló en el período histórico posterior al Renacimiento, entre finales del siglo XVI y finales del siglo XVII y que repercutió en todas las artes.

El término deriva del portugués, en que barroco equivale a la palabra castellana barrueco, que significa perla irregular. En italiano, la palabra barocco significa razonamiento retorcido.

El barroco se caracterizó, en líneas generales, por la complicación de las formas y el predominio del ingenio y el arte sobre la armonía y el equilibrio, que constituían el ideal renacentista.

Principales géneros literarios

  • La poesía. En el barroco literario español es muy importante la contraposición entre dos tendencias denominadas conceptismo y culteranismo, cuyos máximos representantes fueron, respectivamente, Francisco de Quevedo y Luís de Góngora.

Los conceptistas se preocupaban esencialmente por el sentido o concepto de las palabras; se centraban en la agudeza mental y daban preferencia a las ideas con el fin de impresionar a la inteligencia diciendo mucho con pocas palabras. Utilizaban sobre todo los contrastes, las elipsis y otras figuras literarias. Por el contrario, los culteranos cultivaban sobre todo la forma de las palabras dejando en un segundo plano su contenido y creaban un mundo de belleza, impresionando para ello los sentidos con los más variados estímulos de luz, color, sonido y con un lenguaje ampuloso y culto.

  • La narrativa. Aunque ya se abordó la figura de Miguel de Cervantes al hablar del período renacentista (unidad 11), hay que recordar que su obra se sitúa entre el Renacimiento y el Barroco. Como ya dijimos, Cervantes es considerado la máxima figura de la literatura española y es conocido universalmente por haber escrito Don Quijote de la Mancha, que muchos críticos han descrito como la primera novela moderna y una de las mejores obras de la literatura universal. Se le ha dado el sobrenombre de «Príncipe de los Ingenios».

  • El teatro. Las representaciones teatrales de la época se efectuaban en sitios abiertos, plazas o corrales fijos: corrales de comedias. Comenzaban hacia las dos de la tarde y duraban hasta el anochecer. Normalmente no había asientos y los espectadores permanecían de pie toda la representación. La nobleza ocupaba los balcones y ventanas de las casas que rodeaban la plaza. La función comenzaba con la ejecución en guitarra de una pieza popular. En los entreactos se ejecutaban bailes o se representaban entremeses.

Los autores más importantes fueron Lope de Vega y Calderón de la Barca.

A finales del siglo XVI Lope de Vega crea la comedia nacional: a una acción de tema amoroso se superpone otra histórica o legendaria, de cautivos o religiosa. Concluía normalmente con un final feliz. Mezclaba lo trágico y lo cómico, y rompía las tres unidades que defendía la escuela italiana, basándose en la Poética de Aristóteles: unidad de acción (que en la comedia se cuente una sola historia), unidad de tiempo (que la acción se desarrolle en 24 horas o un poco más) y unidad de lugar (que transcurra en un solo lugar o en sitios cercanos).

 A Lope de Vega se le atribuyen más de cuatrocientas comedias. De ellas podemos destacar:

    • Peribáñez y el Comendador de Ocaña: es una tragicomedia cuya acción se desarrolla en 1406, en Toledo: Peribáñez comprende que el Comendador de Ocaña le ha colmado de honores para acosar a su mujer. Tras matarlo, gana el perdón real.

    • Fuenteovejuna: muestra los abusos del Comendador Fernán Gómez de Guzmán sobre los vecinos de Fuenteovejuna y sobre Laurencia, recién casada. La obra acaba con el asesinato del Comendador por el pueblo y el perdón de los Reyes Católicos.

    • El Caballero de Olmedo es una tragedia basada en un cantar popular: Don Alonso muere a manos de don Rodrigo, celoso de perder a doña Inés.

    • El mejor alcalde, el Rey plantea de nuevo el tema de la dignidad campesina: el noble Don Tello abusa de Elvira, prometida del campesino Sancho. El rey Alfonso VII restaura su honra, casándola con don Tello, a quien después manda ajusticiar, para desposar a la ya noble viuda con Sancho.

El otro gran dramaturgo español del XVII fue Pedro Calderón de la Barca (1600-1681). Su obra más conocida es La vida es sueño (1635), drama filosófico que presenta a Segismundo, hijo del rey de Polonia, encadenado en una torre, porque los astrólogos reales pronosticaron que sería un tirano terrible y cruel. La agresividad de Segismundo estalla al ser liberado de su torre, adonde vuelve, encadenado, creyendo haber soñado su experiencia de libertad. Cuando un motín lo rescata otra vez, el ejercicio de su libertad vence las predicciones.

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