1. Estafas digitales, engaños y "software" malicioso

Uno de los riesgos más comunes en línea es el robo de datos personales a través de técnicas como el phishing. Estos ataques consisten en enviar enlaces maliciosos con la intención de engañar al usuario para que comparta datos sensibles sin saberlo. Una vez conocidos vuestros datos, o los de vuestra familia, podéis sufrir una estafa.

2. Ciberbullying

Las plataformas digitales ofrecen anonimato y, a veces, esconden a personas con malas intenciones. A través de perfiles que parecen inofensivos, como cuentas de humor o entretenimiento, pueden ganarse vuestra confianza y manipularos para obtener información privada o contenidos delicados. Una vez en su poder, estas informaciones, fotos o vídeos pueden ser usados para extorsionaros.

3. Falta de medidas de protección en el entorno digital

Es importante que seáis conscientes de los posibles daños relacionados con el uso excesivo de videojuegos. No olvidéis que además también existen riesgos como los ataques cibernéticos dirigidos a cuentas poco protegidas.

4. Juegos con violencia explícita y chats no supervisados

Los videojuegos con contenido agresivo no son recomendables. Es fundamental que vuestra familia revise la temática y la clasificación por edades. Además, en los juegos en línea, debéis mantener conversaciones con normas de cortesía similares a las que tenéis con vuestra familia o en el instituto.

5. Exposición a contenido no apto para menores

Cada vez más las instituciones educativas aplican herramientas de control digital para asegurar que los menores naveguéis en un entorno seguro. El objetivo no es limitar vuestra libertad, sino prevenir que accedáis a materiales que no estáis preparados para entender.

6. Uso prematuro de redes sociales

Cada red social tiene una edad mínima recomendada. Por ejemplo, se sugiere tener al menos 14 años para usar Snapchat o Facebook, 16 para Instagram, TikTok o YouTube, y 18 para plataformas como LinkedIn o WhatsApp. No respetar estas restricciones puede exponeros a entornos inapropiados e inseguros.

7. Comparaciones dañinas que ponen la autoestima en riesgo

La adolescencia es una etapa de búsqueda personal. En las redes sociales, muchas publicaciones muestran una realidad idealizada. Tendencias como el “Club de las cinco” promueven hábitos intensos y poco realistas, que pueden generar presión y frustración en quienes no logran alcanzarlos. Tenéis que ser conscientes de que la mayoría de las fotografías que se publican están modificadas con filtros. No os comparéis, por favor.

8. Uso comercial de los datos personales

Muchos usuarios desconocen la cantidad de información que entregan al interactuar en redes sociales. Estos datos son utilizados para crear perfiles de consumo y personalizar la publicidad que recibimos, lo que convierte la navegación en una experiencia cada vez más dirigida a que compremos los productos que nos anuncian o a que nuestro ocio se vuelva adictivo.

9. Consecuencias a largo plazo de lo que compartimos en línea

Todo lo que se publica en internet deja una huella, la llamada huella digital. Comentarios, fotos o artículos del pasado pueden reaparecer en momentos cruciales, como una entrevista de trabajo. Es clave que reflexionéis antes de compartir opiniones o contenidos que podrían ser malinterpretados con el tiempo.

10. Información falsa: Cómo os puede afectar

La circulación de noticias sin verificar se ha vuelto común, especialmente en redes sociales o aplicaciones de mensajería. Es esencial que aprendáis a identificar fuentes fiables, a cuestionar lo que leéis y a no contribuir a la difusión de noticias falsas. En un próximo apartado de esta situación de aprendizaje aprenderemos a manejar los bulos o fakenews.