Son muchos los tópicos literarios, pero va a ser imposible que los estudiemos todos ahora. Hemos seleccionado siete de ellos, pero antes de analizarlos no está de más que retengas estos otros nombres:
Trabajaremos siete que hemos ordenado alfabéticamente.
Aurea mediocritas (dorada medianía)
Se elogia la vida sosegada y tranquila, que se aleja de los excesos.
Traten otros del gobierno
del mundo y sus monarquías,
mientras gobiernan mis días
mantequillas y pan tierno,
y las mañanas de invierno
naranjada y agua ardiente,
y ríase la gente.
Coma en dorada vajilla
el Príncipe mil cuidados,
como píldoras dorados,
que yo en mi pobre mesilla
quiero más una morcilla
que en el asador reviente,
y ríase la gente.
Cuando cubra las montañas
de blanca nieve el Enero,
tenga yo lleno el brasero
de bellotas y castañas,
y quien las dulces patrañas
del Rey que rabió me cuente,
y ríase la gente.
Góngora, L. (1993). Antología poética. Castalia..
Beatus ille (dichoso aquel)
Se alaba la vida retirada en el campo, lejos del bullicio de la ciudad.
A mis soledades voy,
de mis soledades vengo,
porque para andar conmigo
me bastan mis pensamientos.
No sé qué tiene la aldea
donde vivo, y donde muero,
que con venir de mí mismo,
no puedo venir más lejos. [...]
Sin ser pobres ni ser ricos,
tienen chimenea y huerto;
no los despiertan cuidados,
ni pretensiones ni pleitos,
ni murmuraron del grande,
ni ofendieron al pequeño;
nunca, como yo, firmaron
parabién, ni Pascuas dieron.
Con esta envidia que digo,
y lo que paso en silencio,
a mis soledades voy,
de mis soledades vengo.
Vega, L. de. (1983). Obras poéticas. (Planeta).
Carpe diem (atrapa el día)
Se incita a disfrutar del instante presente.
Gozad vuestras frescas mocedades, que quien tiempo tiene y mejor le espera, tiempo viene que se arrepiente, como yo hago ahora, por algunas horas que dejé perder cuando moza, cuando me preciaba, cuando me querían. Que ya, ¡mal pecado!, caducado he, nadie no me quiere, que sabe Dios mi buen deseo. Besaos y abrazaos, que a mí no me queda otra cosa sino gozarme de verlo.
Rojas, F. de (2022). La Celestina (Cátedra).
Collige, virgo, rosas (coge, doncella, las rosas)
Formulación metafórica del carpe diem, instando a la joven a aprovechar la belleza y la juventud antes de que desaparezcan con el tiempo.
Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera,
por no hacer mudanza en su costumbre.
Vega, G. de (2020). Poesía. Cátedra.
Locus amoenus (lugar ameno)
Se describe la naturaleza de forma idealizada como lugar apropiado para el amor. Son elementos indispensables la presencia de un fresco prado, rodeado de sombra de los árboles y del frescor del río, arrullado por el canto de los pájaros.
En las mañanicas
del mes de mayo
cantan los ruiseñores,
retumba en campo.
En las mañanicas,
como son frescas,
cubren ruiseñores
las alamedas.
Ríense las fuentes
tirando perlas
a las florecillas
que están más cerca.
Vístense las plantas
de varias sedas
que sacar colores
poco les cuesta.
Los campos alegran
tapetes varios,
cantan los ruiseñores
retumba el campo.
Vega, L. de (1983). Obras poéticas. Planeta.
Tempus fugit (el tiempo huye)
Se advierte de la fugacidad de la existencia humana. El tiempo todo lo termina.
¿Qué tienes que contar, reloj molesto,
en un soplo de vida desdichada
que se pasa tan presto?
¿En un camino que es una jornada
breve y estrecha de este al otro polo,
siendo jornada que es un paso solo?
Quevedo, F. de (1989). Poemas escogidos. Castalia.
Ubi sunt? (¿dónde están?)
Se pregunta por el destino de personalidades ilustres y de sus bienes terrenales, con el objetivo de enfatizar que el tiempo todo lo ha destruido.
Fabio, si tú no lloras, pon atenta
la vista en luengas calles destruidas,
mira mármoles y arcos destrozados,
mira estatuas soberbias, que violenta
Némesis derribó, yacer tendidas,
y ya en alto silencio sepultados
sus dueños celebrados.
Así a Troya figuro,
así a su antiguo muro,
y a ti, Roma, a quien queda el nombre apenas,
¡oh patria de los dioses y los reyes!
Y a ti, a quien no valieron justas leyes,
fábrica de Minerva sabia Atenas,
emulación ayer de las edades,
hoy cenizas, hoy vastas soledades:
que no os respetó el hado, no la muerte,
¡ay! ni por sabia a ti, ni a ti por fuerte.
Caro, R. (1986). Antología de poesía barroca. Anaya.