Cuando creamos un texto, ya sea oral o escrito, nos puede resultar relativamente sencillo mantener la coherencia, pues sabemos qué queremos expresar y cómo queremos hacerlo. Sin embargo, seguro que ya has comprobado que en otros contextos esta tarea se complica. Un caso habitual es la realización de tareas en grupo: al redactar un trabajo entre varios compañeros, debemos revisar con mucho cuidado el producto final, sobre todo si cada uno estaba encargado de una parte, pues corremos el riesgo de repetir ideas, organizarlas de una manera poco lógica o dar por hecho demasiado.

Vamos a poner a prueba nuestra capacidad de crear historias coherentes. Para ello, formaremos grupos de cuatro o cinco miembros. 

1. El primer miembro del grupo escribe la primera oración o párrafo de la historia y debe establecer un personaje, un escenario y una situación inicial. Por ejemplo: "María se despertó una mañana soleada en un pequeño pueblo. Decidió dar un paseo por el bosque cercano."
2. Después, el segundo miembro del grupo debe continuar la historia, desarrollando la trama y conectando su parte con la anterior. 
3. Los miembros restantes del grupo continúan la historia de manera similar, añadiendo detalles, diálogos y otros eventos a medida que avanzan.

Haremos tres rondas, es decir, cada persona escribirá tres veces. 

Al terminar, el grupo revisará el texto y evaluará su coherencia. En el caso de que se hallen fallos en la coherencia, se señalarán cuáles son y cómo se podrían solucionar.