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3. Coherencia y cohesión

¿Un texto es solo un conjunto de palabras?

Todos los textos tienen una serie de cualidades que nos permiten comprenderlo. Son las propiedades textuales. Un texto es un conjunto de enunciados con sentido completo. En otras palabras, un texto es una unidad comunicativa que no necesita de nada más para transmitir un mensaje, no tiene lagunas o no deja preguntas relevantes sin respuesta. 

Por ejemplo:

Ayer fuimos. 

Este es un enunciado que puede comunicar una información relevante en el seno de una conversación más amplia, pero no es un texto porque no nos da toda la información necesaria para satisfacer la comunicación. 

Veamos otro ejemplo:

En 1921 no había muchos acontecimientos interesantes en mi aldea, más que ir a ver al duende Tomás, un habitante del bosque encantado que, según me contaba mi abuela, se encargaba de encender las luciérnagas todas las noches. Así, se mantenían iluminados todos los caminos. Este es uno de los placeres que se han perdido con el tiempo, pues ahora buena parte del bosque encantado es solo una era y Tomás parece que se ha ido, pues las luciérnagas no se encienden.

Este es un texto, breve, puesto que nos proporciona una información completa.

¿Qué es la coherencia?

Todos los textos cuentan con una serie de cualidades que nos permiten identificarlos como texto, analizarlos y mejorarlos. Son las llamadas propiedades textuales:

Adecuación

La adecuación se refiere a la adaptación de la forma y el contenido al contexto.

Coherencia

La coherencia asegura que el texto se ajusta a un tema, que avanza de forma lógica.

Cohesión

La cohesión es la cualidad por la que las partes del texto están bien ensambladas.

La coherencia hace que el texto sea más claro y la comunicación más efectiva, ya que permite que facilita la comprensión a los receptores. Para que un texto sea coherente deben cumplirse las siguientes premisas:

  • Debe elaborar una misma idea o un mismo tema general, es decir, debemos ser capaces de identificar un solo mensaje claro que se mantiene a lo largo de todo el texto. De este modo, diremos que se cumple la coherencia global.
  • Por supuesto, un texto no se forma alrededor de una sola idea, sino que se relacionan varias. Eso sí, se debe mantener una secuencia lógica de ideas, o sea, cada idea o evento debe estar organizado de manera que tenga sentido en relación con el anterior y el siguiente. Esta es la coherencia lineal
  • Todavía existe un nivel más de coherencia, la coherencia local. Esta se refiere a que las unidades más pequeñas tengan sentido lógico en sí mismas: por ejemplo, un párrafo o una oración deben abordar el mismo tema, es decir, tener unidad temática.

Crea un ejemplo

Hoy, el ejemplo lo vas a crear tú. Un tipo de texto en el que se puede analizar fácilmente la coherencia es la narración cronológica de un viaje. ¡Vamos allá!

Objetivo: escribe un texto de 25 líneas relatando una anécdota sucedida en un viaje. Puede tratarse de un viaje real o inventado. 

1. Escoge el tema de tu texto. 

2. Escribe tu anécdota siguiendo un orden cronológico.

3. Divide el texto en párrafos, asegurándote de que cada uno desarrolla la misma idea.

4. Comprueba que cada oración expresa una idea. Si no es así, modifica la puntuación y usa conjunciones para establecer relaciones entre ideas.

5. Relee tu texto para comprobar que has mantenido la idea central a lo largo de toda la narración.

¿Qué es la cohesión?

La cohesión está muy relacionada con la coherencia. Mientras que la coherencia se refiere a la relación lógica de ideas en un texto, la cohesión se centra en cómo se conectan las palabras, frases y oraciones dentro del texto. Esto es, la cohesión se asegura con el empleo de ciertas palabra que sirven como una especie de pegamento para las distintas partes de un texto. 

Existen varios mecanismos para conectar (cohesionar) un texto. Los más habituales son los siguientes:

Repetición

En un texto se pueden repetir palabras (repetición léxica) o significados (repetición semántica). La repetición léxica consiste en reiterar la misma palabra a lo largo del texto. La repetición semántica se refiere al uso de sinónimos (palabras con el mismo significado), antónimos (palabras con significado opuesto), hiperónimos (término general que incluye otros específicos), hipónimos (término específico que remite a uno general) y la correferencia o paráfrasis (usar expresiones distintas para la misma realidad, como "Santiago de Compostela" y "capital de Galicia").

Sustitución

En los textos empleamos proformas (o palabras gramaticales sin significado léxico) para referirnos a otros elementos presentes en el texto. Estas proformas suelen ser pronombres, determinantes y adverbios. Otro recurso para sustituir elementos es el empleo de palabras baúl (términos con un significado muy general que puede abarcar muchos elementos) como "cosa" o "hacer". 

Elipsis

En español es habitual eliminar elementos del texto, que el receptor sobreentiende. Por ejemplo, 

Los lunes mi hija va a canto. Los miércoles, Ø a tenis. 

En este caso se está eliminando el verbo "va", que se sobreentiende y une el mensaje de la segunda oración con el de la primera. 

Uso de conectores extraoracionales

Los conectores son palabras que sirven para establecer relaciones discursivas entre partes del texto. Pueden ser de distinto tipo, dependiendo del tipo de relación que revelen. Algunos conectores habituales son:

  • Causa: porque, dado que, puesto que...
  • Consecuencia: por tanto, entonces, por consiguiente...
  • Refuerzo: además, incluso, de hecho...
  • Contraste: pero, sin embargo, por el contrario...
  • Ejemplificación: por ejemplo, en concreto...
  • Reformulación: o sea, es decir, en otras palabras...
  • Orden: para empezar, por otra parte, en conclusión...

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