Historia de las lenguas en la península
A lo largo de su historia, los habitantes de la península ibérica se han comunicado en diferentes lenguas. Vamos a repasar las que se han empleado de forma mayoritaria.
Dominio y caída del Imperio romano
Antes del siglo II a. C., en la Península habitaban distintas comunidades, que hablan lenguas celtas, griego, fenicio o euskera.
En el siglo II a. C. los ejércitos romanos invaden la península ibérica y la anexionan al Imperio Romano. Se impone el latín como lengua de poder (gobierno y educación) y lengua vehicular de la población. Las lenguas que hablaban las personas van desapareciendo, solo se mantiene el euskera. Además, comienzan a llegar cada vez más judíos procedentes de Palestina, que hablan, además de latín, hebreo.
Esta situación se extiende hasta el siglo V de nuestra era.
En el siglo V, el Imperio romano se está debilitando en toda Europa. En la península ibérica esta decadencia se hace especialmente visible con la entrada de pueblos germánicos, que se hacen con el control del territorio con facilidad. Durante el siglo V, se afianza el control de estos pueblos, pero lo curioso es que estos adoptan el latín como lengua de poder.
A comienzos del siglo VIII, el reino visigodo pasa por una etapa de profunda inestabilidad, lo que propicia que ejércitos árabes del norte de África los derroten y sustituyan como gobernantes. Estos nuevos pueblos traen consigo su lengua, el árabe.
Edad Media
Primeros años...
En el norte se establecen distintos reinos, donde se escribía en latín y se hablaba en distintas variedades de latín, conocidas bajo la etiqueta "latín vulgar". Estas variedades son las semillas de lo que después serán las lenguas romances, es decir, gallego-portugués, asturiano, castellano, aragonés (en el período medieval, navarroaragonés), aranés (variedad del occitano) y catalán. Además, se sigue hablando euskera en su territorio (que no se expande), pero esta lengua vive su período oscuro. Estos reinos comienzan una expansión armada hacia Al-Ándalus, el reino árabe que ocupaba casi toda la península, expandiendo sus respectivos dominios y sus lenguas, con ellos, como puedes ver en esta imagen:
Mientras, en Al-Ándalus se habla árabe y mozárabe, una lengua romance hablada por los hispanovisigodos del territorio. De forma más minoritaria, se sigue hablando hebreo y, de los primeros siglos de la Edad Media, todavía se encuentran algunos pergaminos en griego en territorio árabe.
A lo largo de los diez siglos del período medieval, la situación lingüística cambia. Veamos algunas fotos fijas:
Siglo XII
Los distintos territorios de la península ibérica, con sus lenguas y culturas, se articulan alrededor de cuatro grandes poderes: Al-Ándalus, reino de Castilla (que reúne bajo su dominio el reino de Galicia, el reino asturleonés y parte del reino de Navarra), corona de Aragón y reino de Navarra.
En Al-Ándalus el árabe (considerada lengua de Dios), es la lengua de poder. En los reinos cristianos, se escribe mayoritariamente en latín, pero tanto los gobernantes como el pueblo llano se expresan oralmente en euskera y lenguas romances, según el territorio.
Siglo XIII y XIV
En los reinos cristianos las lenguas romances consolidan su vertiente escrita y algunos intelectuales comienzan a proponer mejoras gramaticales. Hasta el momento no existían estas lenguas más que en la oralidad, por lo que las estructuras gramaticales propiamente romances eran todavía muy pobres. Durante los siglos XIII y XIV, las lenguas medievales evolucionan, ganan en complejidad y en expresividad.
En la corona de Castilla, Alfonso X impulsa la norma alfonsí, pues quería dotar al castellano de suficiente expresividad como para convertirla en la lengua oficial del reino (apta para legislación, ciencia y arte) y del imperio que el monarca quería llegar a gobernar. En la corona de Aragón, destaca la figura de Ramón Llull, un filósofo y poeta, que contribuyó a la fijación y enriquecimiento del catalán escrito. En la corona de Navarra, mientras que los gobernantes se sienten próximos a Francia, desde un punto de vista cultural, el pueblo se relaciona más estrechamente con otros reinos hispánicos.
Modernidad
El comienzo de la Modernidad
Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, los Reyes Católicos, siguen una política imperialista (Castilla hacia el sur y el oeste; Aragón hacia el este). Para Castilla, ello implica, en lo lingüístico, establecer el castellano como lengua oficial y vehicular en todos sus territorios. Así, Antonio de Nebrija escriba su Gramática castellana (1492), que serviría como herramienta de educación para los castellanos y los nuevos pueblos asimilados al reino.
Además, conquistan las últimas ciudades más importantes del reino de Granada (Almería, en 1489, y Granada, en 1492) y no solo derrotan a los gobernantes, sino que también expulsan de sus pueblos a la mayor parte de los habitantes. Con ellos, se va su idioma.
En 1492, también se expulsa a los judíos de los reinos de Castilla y de Aragón; en 1497, de Portugal y en 1498 de Navarra. Junto con sus hablantes, desaparece el hebreo de la península.
En 1512 se culmina la conquista del reino de Navarra y la lengua de la administración es el castellano.
Además, las revueltas irmandiñas (Galicia, 1467-1469), de las germanías (Valencia, 1519-1523) y comuneros (Castilla, 1520-1522) son sofocadas con firmeza. En Galicia y Valencia supuso que la nobleza queda atada al dominio castellano, por lo que van adoptando el castellano como lengua de poder. Por lo tanto, en buena parte de la península, el idioma preferente de poder es el castellano. Hasta el siglo XVII, en Cataluña el catalán es la lengua popular y de poder, pero tras la guerra de los segadores (1640-1659) se prohíbe en la educación y en la administración. Así, las lenguas propias de los territorios las usan de forma mayoritaria sus habitantes, quienes en muchos casos son monolingües, pero el poder emplea la lengua castellana.
¿Y en la literatura?
En Galicia, el gallego vive los llamados Séculos Escuros (ss. XVI-XVIII), un período en el que el gallego es excluido de la escritura administrativa, científica y artística. El catalán vive también una época de decadencia en la literatura.
En Navarra aparece la primera obra escrita totalmente en euskera, en 1545. En el siglo XVII, la literatura lírica y la prosa religiosa en euskera vivió su período más fértil. El castellano y el portugués viven siglos dorados, en los que se desarrollan como lenguas artísticas y científicas. Alcanzan una gran fijación y expresividad.
Los reyes borbones y el castellano
En el siglo XVIII, bajo el domino de los borbones, se prohíben todas las lenguas distintas al castellano. En 1713 se funda la Real Academia Española, en plena corriente ilustrada y, a diferencia de otras academias europeas, con un carácter de servicio público nacional. Esta institución se encarga rápidamente de crear un diccionario y de proponer una norma ortográfica para homogeneizar la lengua escrita.
Revoluciones
En el siglo XIX, con el Romanticismo, un movimiento que exaltaba la identidad nacional, se revalorizaron las lenguas propias de cada territorio. Así, en Galicia se vive el llamado Rexurdimento y en Cataluña, la Renaixença. En ambos casos, escritoras y escritores escogen sus lenguas propias para expresarse, con determinación reivindicativa. Además, distintos intelectuales avanzan en este sentido y se comienza a gestar el reconocimiento oficial de las lenguas propias de todos los territorios de España.
El siglo XIX y las primeras décadas del XX constituyen una época de profunda inestabilidad en España, pero entre guerras y conflictos también se consiguen, por primera vez, avances democráticos. En las primeras décadas del siglo XX, en distintos territorios empiezan a aparecer propuestas de círculos de intelectuales e instituciones para dotar de un estándar a las lenguas minorizadas, que eran mayoritarias entre la población, pero que no gozaban de una normativa. Destacan en este campo la fundación de la Real Academia Galega (1906), el Institut d'Estudis Catalans (1907) y la Real Academia de la Lengua Vasca o Euskaltzaindia (1918).
Dictadura franquista
Con todo, todos los avances en materia cultural se ven truncados por el golpe de estado y posterior dictadura de Franco. Durante los cuarenta años de dictadura, todas las lenguas distintas al castellano y la actividad intelectual y política relacionada con su valorización estuvo prohibida.
Actualidad: oficialidad
Tras la muerte de Franco se abre un período de transición y se elabora una nueva constitución, hoy vigente, la Constitución de 1978. En esta, en su artículo 3, se reconocen además del castellano, el gallego, catalán y euskera como lenguas oficiales en sus respectivas comunidades autónomas. Así reza la Constitución:
Artículo 3
1. El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla.
2. Las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos.
3. La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección.
Además, en este tiempo se retoman los estatutos de autonomía (eliminados por Franco), que se vuelven a redactar, de acuerdo con la nueva constitución. Así, estas lenguas se reconocen como lenguas propias de sus territorios y, algunas de ellas, tienen la categoría de oficiales. A medida que nos acercamos al siglo XXI, se sigue avanzando en el reconocimiento y valoración de lenguas propias, aunque no todas sean todavía oficiales.
Lengua | Comunidad autónoma | Estatus legal (estatutos de autonomía) |
Gallego | Galicia | Propia y oficial |
Euskera | Euskadi y Navarra (solo zonas vascoparlantes) | Propia y oficial en Euskadi, oficial en Navarra |
Catalán | Cataluña e Islas Baleares | Propia y oficial |
Valenciano | Comunidad Valenciana | Propia y oficial |
Aranés (occitano) | Cataluña (solo Arán) | Propia y oficial |
Asturiano | Asturias | Propia |
Lenguas aragonesas | Aragón | Propia |
A pesar de haber logrado reconocimiento legal e institucional, la mayor parte de las lenguas propias de las distintas regiones están perdiendo hablantes, en favor del castellano.
Hoy en día, además de las lenguas propias y oficiales de España, los flujos migratorios, constantes en toda la historia de la península ibérica, en la actualidad tienen un impacto en las lenguas más habladas por habitantes de España, nacidos en el extranjero. Según datos del INE, las lenguas más habladas por estos colectivos es el inglés, seguidos por el árabe, el francés y el italiano.