Caso 2: "El corazón del sueño"

 

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21 de agosto 1932

    Cuando la agente Gloria Buelta entró al despacho del detective Selva, este se encontraba tumbado en su diván, boca arriba, en un estado meditativo. Tenía la chimenea encendida y en el suelo esparcidos varios diarios llenos de anotaciones. Selva no se giró para mirarla, y como si llevase horas aguardando aquel momento dijo:

    ─Gloria, querida, ¿por qué has tardado tanto?

    ─¿Tardado, dices? Si ni siquiera he anunciado que venía, ¿cómo he podido retrasarme?

    Selva se había sacado su sombrero y lo lanzaba con aire divertido, todavía de espaldas a Gloria.

    ─Bueno, lo primero que me hizo pensar que eras tú fue el sonido de la puerta y de tus zapatos. Unos tacones bajos pero elegantes, que suenan con determinación. ¡Es un andar inconfundible!

    ─En realidad, Selva... ─Gloria trataba de centrar el tema de su visita y evitar los largos parlamentos de su amigo, a los que ya estaba acostumbrada.

    ─Lo que me confirmó, si deseas saberlo, que se trataba de tu grata visita, fue el olor a tu perfume de jazmín. Muy atractivo, sin duda, pero una mala elección si deseas investigar sin ser percibido, ¿no te parece?

    ─Selva, no sé si has leído los diarios, pero...

    ─¡Los diarios! ─Selva giró sobre sí mismo y, retorciendo la cabeza por encima del diván, miró a Gloria por primera vez ─Pero, mi queridísima Gloria, si lo que hizo que supiese de tu llegada fueron, precisamente, los diarios. He leído sobre el crimen que tiene paralizada a toda Compostela.

    Gloria toma asiento frente a Selva y mira la portada del periódico.

    ─Con todo este revuelo va a ser imposible investigar. Como ya sabrás, el crítico literario Anacleto García fue asesinado de un disparo por la espalda.

    ─Ya sabes el procedimiento: interrogar a su círculo de amigos, esposas o amantes, enemigos...

    Selva se acercó hasta su mesa, lleno un vaso de licor y se lo bebió de un trago. Encendió su pipa y se quedó de pie, mirando a Gloria fijamente. A pesar del temperamento firme de nuestra agente, le resultaba difícil por momentos mantener la vista fija. Gloria lanzó un largo suspiro.

    ─Es muy extraño. El hombre en cuestión no parecía tener enemigos aparentes. No estaba casado, aunque no pueda descartarse todavía el crimen pasional o una posible venganza. Era un hombre apacible, amante de la literatura y de la música. Nunca había tenido problemas.

    ─¿Cómo se produjeron los hechos del crimen?

    ─Fue justo antes de que comenzase el concierto de Regino Sainz de la Maza en el Hotel Compostela. Le pegaron un tiro por detrás en el salón y desparecieron entre el bullicio. Con tanta confusión y gente, nadie vio más que hombres con gabanes grises. Imposible tener un retrato.

    Selva se mueve pensativo y camina en círculos

    ─Eso descarta la venganza. Alguien que quiere vengarse te mira directamente a los ojos para que mueras sabiendo quién te ha matado. Suena a un encargo...

    ─No estaba metido en nada turbio. No tenía enemigos.

    Durante unos momentos Selva permaneció con la vista fija en el suelo, como si acabase de ver un fantasma. Acto seguido se levantó y dijo:

    ─Hay que actuar rápido, y más con la prensa metiendo las narices. Dile a tu equipo que se divida. Unos irán a visitar al forense, siempre puede aportar pistas. Otros irán a investigar al Hotel Compostela donde se produjeron los hechos.

    ─¿Crees relevante que fuese precisamente el día del recital de don Regino?

    ─No me parece una coincidencia que fuese asesinado justo el día en que se celebra un acto público de esas dimensiones. Se han arriesgado mucho, ¿no crees?

    ─Pudo ser una casualidad. Estar en el lugar equivocado y en el momento equivocado.

    ─Ya sabes que no creo en las casualidades.

Pista

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¿No sabes por dónde empezar? Puedes seguir las sugerencias de Selva y visitar al forense o ir al Hotel Compostela. Para saber en qué punto se encuentran del mapa consulta la Guía de Santiago y el apartado de Informantes, donde localizarás a gente que puede ayudarte a resolver el caso.