Poeta en Nueva York
Estamos en 1929. EEUU está sumido en un caos financiero por el desplome de la bolsa en Nueva York. Federico García Lorca presenció el pánico que se desató en las calles neoyorkinas. Había viajado hasta allí porque él también sufría una profunda crisis: el desamor, las críticas a su obra y un mal momento personal lo empujaron a realizar aquel viaje para alejarse del ruido.
Luis Buñuel acababa de sacar su película más surrealista, Un perro andaluz, que contó con la colaboración de Salvador Dalí para realizar el guion. Lorca se sintió herido porque entendió que el título se refería a él. Los tres habían entablado una amistad llena de luces y de sombras, y aquella película acabó por distanciar al poeta de los otros dos artistas.
Aquí puedes leer algunos fragmentos de las cartas entre Dalí y Lorca. Si quieres profundizar sobre el cine de Buñuel pulsa aquí. También en este programa de RTVE La mitad invisible puedes revivir los pasos de Lorca en Nueva York.
De este viaje saldrá su poemario más vanguardista, Poeta en Nueva York, en el que el poeta busca una mayor libertad creativa. Abandona la métrica tradicional y se pasa al verso libre, más apropiado para el fluir de imágenes e ideas sin restricciones.