Al tratarse de un texto subjetivo y personal, podemos encontrar estructuras muy variadas para exponer y defender una opinión. En general, encontraremos las tres partes habituales:
1. Introducción
Se presenta el tema del que se va a hablar, normalmente de forma llamativa y con recursos que despierten la curiosidad de los lectores y que los inviten a seguir leyendo. Puede incluir una anécdota, una pregunta o una declaración impactante, por ejemplo.
2. Desarrollo
Es la parte más extensa del artículo. En ella, se presentan los argumentos que soportan la opinión del autor o de la autora. Es habitual que cada argumento se desarrolle en párrafos separados. Recuerda: existen diferentes tipos de argumentos y es recomendable emplear más de un tipo para crear un texto solvente.
3. Conclusión
Se trata del cierre del artículo, en el que se recogen de forma sintética sus puntos más relevantes y se refuerza la opinión central. Además, puede incluir una llamada a la acción o una reflexión final sobre el tema.
Además de su estructura, podemos reconocer algunas de sus características distintivas:
1. Expresa siempre una opinión personal sobre un tema relevante
Este tema suele tener una relevancia especial para los lectores, ya sea por su conexión con eventos de actualidad o por su centralidad en un campo concreto. Por ejemplo, en un periódico algunos artículos de opinión versan sobre las noticias del momento; en una revista de cine, por su parte, un artículo de opinión podría ofrecer una perspectiva personal sobre el sistema de votación en los Goya. Sin embargo, no sería muy adecuado que en un periódico financiero se incluyese un artículo de opinión sobre cuál es el sabor de regaliz favorito del autor.
2. Los artículos de opinión deben respaldar la opinión del autor con argumentos sólidos
Los artículos de opinión pretenden persuadir, por lo que es recomendable emplear gran variedad de argumentos. Si queremos convencer a nuestros lectores de que Hércules es el mejor héroe de todos los tiempos, deberemos ofrecer distintas razones, es decir, argumentos. Estos pueden ser de distinto tipo, como razonamientos lógicos, experiencias personales, ejemplos, analogías, datos…
3. Se debe crear un título atractivo
El título debe reflejar el tema del artículo, pero también debe ser llamativo y captar la atención del lector.
4. Se debe escribir con un estilo claro y ordenado
Para convencer a alguien, primero nos debe entender. Por lo tanto, es recomendable emplear un lenguaje claro y estructurar el contenido en párrafos. Estos se pueden ordenar con marcadores discursivos, como “en primer lugar”, “ por otro lado”, “además”, sin embargo”, etc.