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De la tipografía al offset
2.5 De la tipografía al offset
"Una imagen vale más que mil palabras", habrás
oído muchas veces. Y resulta que con el desarrollo del cine y,
sobre todo, desde el nacimiento de la televisión, la imagen iba
adquiriendo una mayor importancia informativa. Mientras tanto, ¿qué
le pasaba a la prensa diaria? Que ofrecía unos niveles de calidad
gráfica muy bajos, limitada por la capacidad reproductora del sistema
de impresión tipográfica. Cuando a mediados del siglo XX
una serie de periódicos americanos comenzaron a utilizar el procedimiento
offset, se dieron cuenta que ganaron en la calidad final, tanto
en los tonos fotográficos en blanco y negro como en las reproducciones
en color. Se va a producir una dura batalla por parte de los defensores
de las rotativas tipográficas, sobre todo a raíz de los
primeros problemas que ocasionaron las primeras máquinas de offset:
problemas de secado, pérdidas de papel, limitada vida de las planchas
o la menor velocidad de las primeras impresoras, planteaban muchos problemas
para su aplicación en diarios de gran tirada.
Ante la incertidumbre, Estados Unidos apuesta en 1961 por la producción
industrial de periódicos impresos en offset, adelantándose
a Europa y erigiéndose en el principal defensor del cambio tecnológico.
Los editores norteamericanos buscan dos objetivos: reducción del
tiempo de producción y de los costes industriales. Años
más tarde, la transformación tuvo reflejo en Europa. Los
primeros fueron los diarios británicos a finales de los años
sesenta. Pero fueron los países escandinavos y ciertas empresas
informativas europeas quienes iniciaron la primera oleada de transformación
industrial del sector prensa.
La penetración del offset, tanto en Estados Unidos como
en Europa se inició por los pequeños diarios, con tiradas
inferiores a los 50.000 ejemplares. En 1969, se imprimían en tipografía
1.066 diarios norteamericanos y en offset 494 (el 30%). Entre este
año y 1985 se realizará la mayor implantación del
sistema offset en los diarios estadounidenses, alcanzando el 84%
de los periódicos, entre los que se cuentan diarios con tiradas
intermedias y las ediciones descentralizadas de los principales rotativos
del país.
Los sistemas de composición en frío que ayudaron a la implantación
y consolidación del offset fueron mejor aceptados y su expansión
fue mayor, a pesar de que la tipografía, composición en
caliente, evolucionó también con una cierta automatización,
mediante el empleo de cintas perforadas en la alimentación de las
linotipias, lo que facilitó una mayor rapidez en la producción.
Incluso se buscaron soluciones como aplicar sistemas de telecomposición
o composición remota mediante la transmisión telegráfica.
De estos intentos surgieron dos ideas que fueron claves para la industria
periodística actual: la descentralización de la producción
y el concepto de composición por "primer impulso", por
el que no era necesaria la reescritura de un artículo para conseguir
su representación en caracteres tipográficos. Para que puedas
entenderlo mejor, significa que un periodista puede picar su artículo
en un teclado similar al de una máquina de escribir y así
obtener la cinta perforada, que lleva a la linotipia y, sin intervención
humana, se produce la composición mecánica del trabajo.
La fotocomposición supuso un enorme progreso, no sólo por
la mayor velocidad, sino por la racionalización general del proceso
de pre-impresión, que incluía la redacción, el diseño
gráfico, la composición, la fotografía creativa,
la reproducción gráfica, la puesta en página, el
montaje y la elaboración de las formas impresoras.
La composición mecánica que se basaba en el sistema de tipos
en relieve que ideó Gutemberg tenía los días contados.
El offset aportaba ventajas en el producto final, sobre todo en
la reproducción fotográfica y en la adaptación natural
de la fotocomposición a la grabación de planchas. Las ventajas
de la fotocomposición en frío permitieron que la reconversión
girase en torno a la pre-impresión, con una clara y progresiva
tendencia a la utilización del offset en los periódicos.
Los diarios de gran difusión eran los más necesitados en
reducir los tiempos de producción, por lo que apostaron por las
ventajas de la fotocomposición. ¿Qué hicieron? Reciclaron
sus impresoras tipográficas y adaptaron la obtención de
las formas en relieve a los procedimientos de composición en frío.
Cuando se empezaron a utilizar los ordenadores para ciertas tareas como
el procesado de textos (para justificar anchos de columna y una partición
silábica correcta) en las unidades óptico-mecánicas,
que se basaban en el mismo sistema productivo de la linotipia, las ventajas
de la electrónica aceleraban la velocidad de la composición,
que pasó de cien a mil líneas de periódico al minuto,
además de disminuir el coste del mantenimiento del sistema. En
poco tiempo, se imponía la configuración óptico-electrónica,
o composición de los tipos mediante la pantalla (tubos de rayos
catódicos de alta precisión) que se proyectaban sobre la
superficie de papel fotosensible.
En Europa no se comercializaron las fotocomponedoras hasta los años
setenta, de tipo electrónico, muy perfeccionadas y más baratas
que las primeras, lo que revolucionó el mercado de las imprentas,
constituyéndose en el centro de la reconversión de los talleres
de prensa.
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