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2.3 Las prensas de imprimir

Te estarás preguntando ¿qué es una prensa de imprimir? Pues, para situarte, se trata de una máquina que se utiliza para transferir la tinta desde la plancha de impresión a la página impresa. Y las primeras prensas de imprimir que se conocen, allá por el siglo XVI e incluso anteriores, eran de tornillo, y estaban pensadas para transmitir una cierta presión al elemento impresor o molde, que se colocaba hacia arriba sobre una superficie plana. El papel, que se solía humedecer, se presionaba contra los tipos con ayuda de la superficie plana o platina. Así, las partes superiores de la imprenta frecuentemente iban sujetas al techo, y una vez que el molde se había estintado, la platina se iba atornillando hacia abajo contra el mismo. La prensa iba equipada con raíles que permitían expulsar el molde, volviendo a su posición original, de modo que no fuera necesario levantar mucho la platina. Aunque te puede parecer un mecanismo complejo, lo peor era que toda la operación resultaba lenta y trabajosa; estas prensas sólo producían unas 250 impresiones a la hora y, para mayor desesperación, sólo imprimían una cara cada vez.

En las primeras prensas de imprimir, los tipos o letras había que colocarlos de forma manual. Para llevar a cabo este trabajo, el oficial de imprenta o cajista componía las palabras juntando y ordenando las letras, de izquierda a derecha, sobre un soporte denominado componedor. A continuación, cada tipo se sujetaba en un marco metálico creándose la forma o molde que se colocaba en la prensa para su impresión.

A lo largo del siglo XVII se añadieron muelles a la prensa para que se pudiera levantar la platina más deprisa. Durante el siglo XVIII, la calidad de las prensas de impresión y del papel mejoró, lo que hizo posible fundir tipos con detalles impensables hasta entonces.

A principios del XIX surgieron las prensas de hierro y acero, y se sustituyeron los tornillos por palancas que permitían descender a la platina. Las palancas eran muy complicadas, pues primero tenían que hacer bajar la platina lo máximo posible para, al final, conseguir el contacto mediante una presión considerable.

Las mejores prensas manuales de la época producían unas 300 impresiones a la hora, aunque con las prensas de hierro, como permitían utilizar moldes mucho más grandes que los de madera, con cada impresión se conseguían muchas más páginas. Para que te hagas una idea, la impresión de libros realizaba cuatro, ocho, dieciséis y más páginas en cada pliego.

Los avances en el mundo de la impresión tienen como objetivo aumentar la velocidad, y fue durante el siglo XIX cuando se van a producir las mejoras necesarias para el desarrollo de la prensa. Gracias a Friedrich König (1814), que inventó la prensa accionada por vapor que revolucionó toda la industria de la impresión. Una de las consecuencias fue la prensa de cilindro, que utilizaba un rodillo giratorio para prensar el papel contra una superficie plana. Con la rotativa, unos años más tarde, se iba a permitir la impresión simultánea por ambas caras del papel. Cuando en 1829 surgen los estereotipos, que permiten fabricar duplicados de planchas de impresión ya compuestas, se incrementaron las ediciones de las publicaciones. En 1863, el inventor William Bullock patentó la primera prensa de periódicos que se alimentaba por bobinas, que permitía imprimir los periódicos en rollos en lugar de hojas sueltas. Y en 1871, el impresor Richard March Hoe perfeccionó la prensa de bovina o papel continuo, lo que facilitaba la impresión de 18.000 periódicos a la hora.

Con la fotografía, en pleno siglo XX, se desarrollaron, aún más, los modernos procesos de impresión, al surgir la fotomecánica. En los años cincuenta aparecieron las primeras máquinas de fotocomposición, que facilitaban la impresión de imágenes fotográficas de los tipos en lugar de fundirlos en plomo.

Estas imágenes se fotografían con una cámara de artes gráficas para generar unos negativos en película que sirven para obtener las planchas litográficas. Los avances de la tecnología de planchas a partir de la mitad del siglo XX, junto con la fotocomposición, iban a poner fin a los quinientos años de la tipografía como principal proceso de impresión. La composición tipográfica con tipos de fundición, en nuestros días, prácticamente ha desaparecido, aunque el huecograbado se continúa utilizando de forma habitual. La mayoría de las planchas en relieve se fabrican en la actualidad mediante procesos fotomecánicos directos.