Observa
Antes de comezar con la explicación de nuestro tema, veremos el siguiente vídeo:
Preguntas para la reflexión tras el visionado: ¿Qué otros extranjerismos conoces? ¿Sabes de qué lengua provienen?
Antes de comezar con la explicación de nuestro tema, veremos el siguiente vídeo:
Preguntas para la reflexión tras el visionado: ¿Qué otros extranjerismos conoces? ¿Sabes de qué lengua provienen?
El léxico actual del español es el fruto de un extenso proceso en el que se hace patente la influencia de diferentes pueblos a lo largo de siglos de nuestra historia.
La base de nuestra lengua se encuentra en el latín, que evolucionó desde el latín vulgar hasta el castellano. La gran mayoría de las palabras en español tienen su origen en él: amigo, ancla, bodega, hijo, gato, llave, olivo, retrato, tiempo... son solo algunos ejemplos de los casi 20.000 términos que provienen directamente de la lengua que hablaban los romanos.
Con todo, debemos hacer una diferenciación, ya que las palabras latinas se han transmitido al castellano de dos formas:
Sin embargo, a lo largo de los siglos, la lengua castellana se ha enriquecido con palabras de diversos orígenes. A todas estas palabras que provienen de lenguas distintas al latín y se han incorporado a la lengua castellana se las conoce como préstamos. Este es un procedimiento común en todos los idiomas del mundo, debido a factores como:
Los préstamos que nuestra lengua ha ido adquiriendo a lo largo de su historia reciben una denominación específica según su procedencia. Si bien actualmente la mayoría de nuevos términos provienen del inglés (anglicismos), históricamente tuvieron mucha importancia lenguas como el francés (galicismos), el italiano (italianismos) y, de manera muy especial, el árabe (arabismos). Hay, con todo, muchas otras lenguas que ejercen su influencia.
A continuación, puedes consultar el origen de algunos de los préstamos más comunes:
Provienen del griego y entran en nuestra lengua mediante el latín o el árabe.
Provienen del alemán actual y otras lenguas germánicas. Entran a través del latín, sobre todo en los siglos V, VI y VII.
Ejemplos: guerra, jabón, falda, rico (lenguas germánicas históricas); búnker, níquel, brindis (alemán moderno).
Provienen del árabe, sobre todo debido a su presencia en la península a partir del 711. Se calcula que son alrededor de 1200 palabras.
Ejemplos: álgebra, alcohol, alhelí, aceituna, tambor.
Provienen del francés. Penetran en dos etapas (Edad Media y en los siglos XVIII y XIX).
Ejemplos: Comité, canapé, consomé, parquet.
Provienen del inglés, sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo XX. En la actualidad, es la lengua que más influencia ejerce sobre el castellano.
Ejemplos: escáner, chequeo, rally, sándwich, tenis, fútbol.
Existen préstamos provenientes de otras lenguas o familias lingüísticas. Por ejempo, los catalanismos (del catalán: peseta, butifarra, clavel), vasquismos (del vasco: aquelarre, izquierda, bacalao), galleguismos (del gallego: vieira, carabela, morriña), o americanismos (de las lenguas indígenas de América, a raíz de su descubrimiento: cacao, caimán, tomate, cóndor).
Acabamos de ver que el origen de la lengua castellana es el latín, pero que también tenemos mucha influencia de los préstamos. Con todo, debemos establecer una nueva categorización, en función de cómo se adapten estas palabras provenientes de otras lenguas.
Teniendo este factor en cuenta, hablaremos de 3 tipos distintos:
En algunos casos, todavía podemos estar en proceso de adaptación y la ortografía es cambiante y fluctúa. Por ejemplo, es muy común encontrar varias versiones para la misma palabra:
En estos casos, conviene estar siempre pendientes de las decisiones tomadas por la institución de referencia para las normas ortográficas para el castellano: la Real Academia Española. Por último, tres recordatorios ortográficos:
Obra publicada con Licencia Creative Commons Reconocimiento No comercial Compartir igual 4.0