Alguien en vuestro equipo probablemente recuerde el término dinamómetro. Su etimología es de una palabra griega y es un instrumento para medir la fuerza.
La palabra fuerza también se usa en argumentación para indicar cómo una idea ayuda a defender o no una opinión o tesis. El término tesis es propio del léxico argumentativo y se refiere a la idea que va a sostener una persona que está argumentando.
El dinamómetro se refiere a estas ideas: sesgos, falacias, argumentos y alcance.
Dentro de las dinámicas argumentativas tradicionales el objetivo principal es que la idea que se defiende (o tesis) esté adecuadamente sustentada a través de argumentos basados en evidencias (o basado en evidencias). En el dinamómetro argumentativo, la capacidad de prueba de la tesis es análoga a su fuerza: cuanto más fuerza alcanzan los argumentos y mejor defendida la tesis, más fuerte es la tesis. Por el contrario, si el razonamiento argumentativo no está bien resuelto o la información proporcionada para dar consistencia a los argumentos no es cierta, la idea defendida es débil argumentativamente.
El término sesgo se refiere a que la obtención de información es nuestra forma de procesarla. Este es un concepto relativamente actual que se ha trabajado mucho desde la psicología ya que muestra nuestra tendencia a seleccionar la información y los datos de forma no objetiva, realista o neutra provocando que la información que manejamos sea sesgada, es decir, inexacta o inexacta. . El término falacia es un término tradicional en retórica y argumentación e indica un razonamiento falso pero que pretende aparentar rigor. Si los sesgos responden a la mecánica cognitiva al tratar con información real, las falacias exponen una falta de lógica al argumentar. Con la idea de alcance nos referimos a dos aspectos importantes cuando defendemos una idea: las posibles excepciones y las condiciones limitadas en las que se cumple.
Desarrollamos estos términos brevemente,
Sesgo
El pensamiento humano ha evolucionado para actuar en contextos de poca información y para tomar decisiones ágiles y dirigidas que aseguren la propia supervivencia, la obtención de alimentos o el mantenimiento de la cohesión del grupo; esto significa que nuestros procesos cognitivos muchas veces toman atajos, proponen conclusiones y evitan procedimientos que requieren mucha atención, tiempo y rigor. Siendo una tendencia sistemática en nuestra conducta, la psicología a través de diversos experimentos ha establecido una serie de pautas que hacen que la información que manejamos y las decisiones que tomamos sean menos racionales y consistentes de lo que nos gusta imaginar. Los sesgos, por tanto, reducen la información sobre la cual se toman decisiones, ya que a partir de mecanismos intuitivos seleccionan y simplifican erróneamente datos, aspectos, características de una situación para manejarla con mayor facilidad. Entre los más comunes:
- Anclaje: tendencia a confiar demasiado en la primera información obtenida; este sesgo implica la existencia de una fuerte inercia e impide la valoración de información alternativa o contraria a los supuestos creados en situaciones de poca información.
- Sesgo de confirmación: Tendencia a prestar más atención y sobrestimar los datos que confirman los propios prejuicios e ideas.
- Ilusión de control: tendencia a sobrestimar la capacidad de controlar los acontecimientos o al menos influir en ellos.
- Sesgo de disponibilidad: Evaluar la posibilidad de que ocurra un fenómeno debido a nuestra capacidad de recordar fenómenos similares o por el momento en que nos sucedió, no por sus características o criterios probabilísticos.
- Efecto Halo: extiende las propiedades de un solo aspecto o un elemento específico a un conjunto de características a una imagen general.
- Error de atribución fundamental: tendencia a sobrestimar nuestras capacidades personales para evaluar los éxitos y atribuir el fracaso a circunstancias externas.
Falacia
As falacias implican demostracións sen fundamento ou que non respectan as normas dedutivas racionais pero que se utilizan habitualmente para establecer conclusións ou defender ideas. Entre os habituais:
Las falacias implican demostraciones infundadas que no siguen reglas deductivas racionales pero que se usan comúnmente para sacar conclusiones o defender ideas. Entre los habituales:
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- Ad hoc : deducción no generalizable que sólo se aplica a un caso concreto.
- Post hoc ergo propter hoc / Cum hoc ergo propter hoc : basar la causalidad en la coincidencia espacial o secuencia temporal sin mostrar correlación.
- Non sequitur : Deducir una conclusión a partir de premisas no relacionadas.
- Tu quoque : defender una conclusión apelando a la práctica de otras personas.
- Petitio principii : Establecer una conclusión que se ha introducido sin prueba en premisas anteriores.
- Ad hominem : defender la validez de una idea o conclusión de quien la defiende o la ataca.
Pruebas
La evidencia implica desarrollar el argumento. La evidencia puede apoyar argumentos basados en ambos
El concepto de prueba es importante porque ayuda a desarrollar el argumento.
La evidencia es más sólida cuando su base y el razonamiento detrás de ella pueden ser respaldados.
Ámbito
Con la idea de ámbito se hace referencia a dos aspectos importantes de la defensa de una idea: el hecho de que pueda tener excepciones o reservas, y el hecho de que su aplicación pueda estar limitada a ciertas condiciones específicas. El uso del término ámbito indica que cualquier referencia argumentativa necesita una situación de validez concreta que puede ser de alcance muy general (como las demostraciones científicas) pero que puede tener una aplicación más concreta (como una medida específica para un ayuntamiento). El ámbito de la defensa de una idea es importante para situar el argumento que se está realizando y calibrar su fuerza, ya que delimita el contexto, el tiempo, los casos y el espacio físico o cultural donde su aplicación es válida. Dentro de la explicación de la idea de alcance, es necesario hacer un par de distinciones: reservas y calificativos.
El término reserva o excepción indica que un argumento en particular no debe ser mal utilizado. Desde un punto de vista retórico, también avanza los posibles ataques que puede generar una posición.
Con el temor a los calificativos se indica que la validez de una defensa puede basarse en un rango de posibilidades (muy probable, improbable) o horizontes temporales (corto plazo, largo plazo) entre otros.
Finalmente nuestro dinamómetro tendría el siguiente aspecto: