El 15 de febrero de 2020, la Organización Mundial de la Salud declaró que su lucha contra la pandemia de COVID-19 incluía esfuerzos contra la información falsa, manipulada o engañosa. Lo que la OMS llamó infodemia describió el conjunto de información donde un conjunto de hechos mezclados con especulaciones y rumores y amplificados aún más a audiencias masivas como resultado de las nuevas tecnologías dañaron desproporcionadamente la salud pública favoreciendo la propagación de la enfermedad y debilitando la respuesta social preventiva y el buen prácticas de salud entre la población.
La OMS señaló que la producción de contenidos que buscan únicamente captar la atención y la máxima difusión como criterio fundamental puede llegar a despreciar y descuidar propósitos fundamentales y causar daños a los bienes comunes.La abundancia de información actual hace que si no existen mecanismos para gestionarlo adecuadamente la población desconfía de los mensajes que le llegan y de los mecanismos legítimos para su gestión. La OMS constata cómo tal desconfianza disuelve la cohesión social necesaria para hacer frente a la enfermedad desde un punto de vista epidemiológico ya que obliga o bien a paralizar la toma de decisiones adecuadas al contexto o bien directamente a tomar decisiones nocivas y contraproducentes. 
Un nuevo virus como el coronavirus que provoca el COVID-19 provoca un momento de incertidumbre que hay que gestionar con confianza y transparencia asumiendo que la obtención de pruebas seguras requiere tiempo y procesos de verificación. Resultó que el avance de la pandemia fue paralelo al avance de un volumen de información con poco rigor o deliberadamente falsa que sumaba aún más confusión en momentos ya de por sí confusos. La infodemia surge cuando la falta de información de calidad impide que los ciudadanos cuenten con instrucciones que orienten su conducta, proporcionen su sentido de la responsabilidad y permitan a los individuos evaluar con lucidez los riesgos. Esta contradicción básica entre información de interés público e información atractiva es la raíz del problema de la desinformación. Se aprecia en el caso específico de los titulares entre los que son informativos y los que solo buscan captar lectores.
El clicbait o ciberanzuelo
El clicbait, blickbait o ciberanzuelo es una forma de presentar los titulares que podemos encontrar habitualmente en las redes sociales y medios digitales en los que la búsqueda de captar la curiosidad del destinatario y hacer clic en un enlace es el objetivo principal. Esta es una práctica común derivada de la búsqueda de mecanismos que mejoren el posicionamiento de un contenido y obliguen a la atención de la audiencia a mantener el tiempo de exposición a la publicidad que va asociada a un determinado contenido. El uso de clicbait está fuertemente influenciado por las estrategias de marketing digital y los procesos de viralización de contenidos. Este tipo de estrategia es más común en los medios que buscan una mezcla de entretenimiento e información, pero también ha influido en los medios con un perfil puramente periodístico.
El titular siempre ha sido un elemento clave en la estructura de un mensaje pero en el caso de los medios digitales su importancia es mayor. El diseño de hipertexto de los sitios web hace que la bondad del diseño de un titular dependa de si se dispara (un clic) o no, es decir, si puede provocar una respuesta suficiente de la audiencia.
La conversión de titulares en ciberanzuelos parte de ser un mecanismo exitoso. Las plataformas de distribución de contenido obtienen información precisa sobre el éxito del contenido que producen, el tiempo de permanencia de los usuarios y la audiencia a la que llegan. El éxito real y comprobable, por tanto, de los titulares elaborados según las técnicas en cyberanzol hacen que se sigan manteniendo como estrategia comercial y de captación de tráfico al entorno. Solo la percepción de que se trata de una técnica molesta y en consecuencia dejar de ser consultada en la práctica por los usuarios puede cambiar su trabajo. De hecho, una de las características clave de clicbait es el desequilibrio entre la promesa que hace al principio y el resultado final. La conciencia de este desequilibrio debería incitar a los consumidores a rechazar tales ofertas.
Las características clave de un buen clicbait están relacionadas con la mezcla de una imagen sugerente y un texto intrigante. El carácter sugerente de la imagen tiene que ver con aspectos clave como su poder simbólico así como su buena factura técnica. En cuanto al texto, acentúa la curiosidad a través de:
- Creación de suspense y llamamiento a la curiosidad. Introduce expresiones con preguntas como "no te lo vas a creer", "asombroso", "inimaginable". etc.
- Apelar a las emociones. Los datos se valoran con adjetivos o verbos que hacen referencia a sentimientos y subjetividad: impresionante, impactante, especial, hermoso, horrible.
- Enfoques exagerados, intensos o poco convencionales.
- Información deliberadamente incompleta. La escritura puede ser ambigua, especulativa o usar técnicas como listas numeradas.
En cuanto a las características en las que se distancia de un titular tradicional, se pueden señalar las siguientes:
- No hay correspondencia entre el titular y el tema y la perspectiva del contenido.
- Los datos de contenido más relevantes no se muestran en función de las preguntas convencionales esperadas (estructura 6w que define las circunstancias de interés periodístico)
- El criterio de noticiabilidad del titular no se refiere a los valores de la noticia
- El titular no aspira a tener un sentido completo y comprensible