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7.2 Así empezó todo

La necesidad de comunicarse, de conocer respecto al otro, es tan antigua como el propio hombre. En épocas tribales, la comunicación era hablada. Conforme la sociedad fue evolucionando, las formas de comunicación se fueron sofisticando. En la Grecia clásica los oradores daban noticias habladas. En la época romana, la estructura del imperio necesitaba un medio para difundir las noticias que frecuentemente se mezclaban con los bulos. Para evitar informaciones erróneas se ideó colocar en los muros de las ciudades más importantes una plancha en blanco denominada álbum , donde se escribían las noticias más importantes.

En los siglos XIV, XV y XVI existieron en Europa numerosas hojas manuscritas con noticias diversas, enviadas de forma más o menos regular a distintos clientes que pagaban por este servicio. Eran los avvisi, según el nombre dado en Venecia, y están considerados como los antecedentes directos de las revistas y los periódicos que comenzaron a aparecer en Europa a partir del siglo XVII. Como dice Georges Weill en su obra "El periódico": ´Se ha observado varias colecciones de estas hojas manuscritas que son las abuelas de nuestros periódicosª, pero cabe también considerarlas como los antecedentes lejanos de las agencias de información, porque realizaban exactamente la misma función . Así podemos decir que los orígenes de las agencias y de la prensa son los mismos y nacen de la misma necesidad social.

Cita Carlos González Reigosa en su libro "El periodista en su circunstancia " que al director de Havas, Chales Houssave, en la época de entreguerras mundiales, gustaba contar una anécdota que pone de relieve la importancia del nacimiento de las agencias de prensa. El 5 de mayo de 1821 moría en la isla de Santa Elena Napoleón Bonaparte, el hombre más conocido de su tiempo. La noticia de su fallecimiento tardó en llegar al continente dos meses. ´¡Dos meses! -dice González Reigosa— lo que da una idea del estado de las artes de las telecomunicaciones en 1821, hace sólo 181 años. Ayer, como quien dice.ª

´Poco más de un siglo después -añade González Reigosa- el 25 de noviembre de 1934 se inauguraba en la misma isla de Santa Elena el Museo Napoleón, un hecho apenas relevante. Sin embargo, de este suceso tuvo noticia todo el mundo el mismo día que se produjoª.

¿Qué había sucedido en tan corto espacio de tiempo? El nacimiento de las agencias de prensa al amparo de los adelantos tecnológicos.

En 1832 un negociante casi arruinado, Charles-Louis Havas, francés de origen húngaro, instaló en París una oficina de traducciones de periódicos extranjeros, a lo que llamó Corresponsalía Havas. Estas traducciones eran enviadas como servicio fijo —abono- a la prensa, al poder y a particulares -igual que acontece hoy en día, si sustituimos la palabra prensa por medios de comunicación-. Havas tuvo éxito y en 1835, tres años después, cambia el nombre de corresponsalía, por el de agencia, señalando así su creciente importancia. Havas se dio cuenta de que la rapidez era fundamental y por eso instaló su agencia cerca de una oficina de correos, lo que le daba una ventaja inicial sobre sus competidores. Esa rapidez se mostró también en la utilización de medios técnicos, telégrafo óptico y eléctrico posteriormente, para la reproducción de sus despachos.