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1.8. España hasta el siglo XX
Como en el resto de los países europeos, los inicios de la prensa
en España están en el noticierismo manuscrito (epígrafe
1.1.) y relaciones que aparecen en distintas ciudades con la imprenta
(epígrafe 1.1.) y que hablaban sobre la
Reconquista, el descubrimiento de América, actos religiosos y profanos,
etc.
En 1697, la Gazeta de Madrid se convierte en el primer periódico
semanal español. Tenía dos secciones: una internacional
y otra con información nacional que incluía noticias de
la Corte, el Rey, los nombramientos, etc. Muchas ciudades españolas
editarían sus propias gacetas a imitación de la madrileña:
Sevilla, Zaragoza, Valencia, etc.
A lo largo del siglo XVIII aparecen distintas publicaciones periódicas,
algunas de carácter erudito o cultural, con contenidos enciclopédicos
como el Diario de los literatos de España. Otras de carácter
satírico, orígenes de lo que sería el periodismo
crítico, cuyo mejor ejemplo es El Duende Crítico
que se atrevió a cuestionar la política de la Corona Española
hasta que desapareció al ser arrestado su redactor. El 1 de febrero
de 1758 apareció el primer periódico diario de nuestra historia,
el Diario de Madrid. España fue uno de los primeros países
europeos en disponer de un diario gracias al que se considera el primer
periodista profesional español: Mariano Nipho.
A finales del siglo XVIII se editan periódicos en los que comienzan
a introducirse en España las ideas ilustradas que habían
aparecido en Francia. Destacan El Pensador y El Censor.
Muchos de ellos sufrirían la represión de los tribunales
de la temida Inquisición a causa de sus críticas a la Iglesia
o la Corona, y se llegarán a prohibir todas las publicaciones periódicas
con excepción de la Gaceta de Madrid y el Diario de Madrid.
En cuanto a otras ciudades, las más activas fueron las del este
y el sur de la península. Se comenzaron a editar el Diario de
Barcelona (1792), el Diario histórico y político
de Sevilla (1792), el Diario de Zaragoza, el Diario Pinciano
de Valladolid y hasta dieciséis cabeceras distintas que se
publicaban en Cádiz.
Con la invasión napoleónica (1808) y la consiguiente Guerra
de la Independencia, la prensa española vivirá uno de sus
periodos de mayor esplendor. Las Cortes de Cádiz establecen la
libertad de imprenta eliminando cualquier censura previa, algo que confirmaría
la Constitución de Cádiz de 1812. Supondría el nacimiento
de la prensa política y aparecerían periódicos liberales
como el Semanario Patriótico o El Robespierre Español,
y serviles: El Censor general o El Sol de Cádiz.
A partir de ese momento, la historia de nuestro periodismo del siglo XIX
e incluso de gran parte del siglo XX hasta la Guerra Civil estaría
marcada por la prensa política o por lo que también se conoce
como "periódicos de partido". Periódicos que buscaban
la difusión de unas ideas políticas determinadas, generalmente
de corta vida y escasa difusión por la escasez de recursos económicos.
Con el regreso de Fernando VII se perseguirá todo lo relacionado
con el liberalismo y estos periódicos serán prohibidos.
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