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10.3 Las empresas auxiliares 10.3 Las empresas auxiliares A lo largo de la historia, algunas grandes empresas cinematográficas han intentado abordar entre sus actividades el conjunto del sistema de producción de películas: desde la creación del guión hasta las salas de consumo. Pero lo cierto es que, bien por cortapisas legales antimonopolistas (como en Estados Unidos), bien por limitaciones económicas (como en Europa), lo más frecuente en la actualidad es que la producción de una película sea el resultado combinado de la colaboración de muchas empresas que, por necesidades técnico-administrativas, no forman parte de la propia productora. De esta manera, una productora, salvo excepciones, no posee, entre una lista larga de ejemplos, la cámara, los objetos de decorado o los cocineros para alimentar al equipo; por supuesto carece de las herramientas para desarrollar la postproducción, cada vez más digitalizada, o un archivo de derechos de efectos sonoros. Estos elementos son contratados eventualmente mediante la fórmula de alquiler y a las empresas que los suministran se les denomina Empresas de Servicios de Producción, nombre con el que se definen técnicamente a las empresas auxiliares del mundo del audiovisual Un buen camino para comprender el funcionamiento de las empresas auxiliares consiste en recorrer las partidas que posee el modelo oficial de presupuesto de una película, que el Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales (ICAA) establece para las ayudas públicas del Ministerio de Educación y Cultura (Véase fotografía). Al margen de los tres primeros capítulos centrados en los gastos que se generan a partir del trabajo de los individuos que constituyen la ficha artística y técnica, los servicios ofrecidos por las empresas auxiliares aparecen a partir del capítulo 4. La escenografía se refiere a las partidas económicas de mobiliario, atrezzo, construcciones (ya sea en interiores como en exteriores), vestuario, maquetas, material de efectos especiales, maquillaje y peluquería, semovientes y otros complementos. En este capítulo se contemplan los gastos por compra o arrendamiento, por lo que la primera labor del Director de Producción es la de concienciar a los encargados de cada departamento para que lo que se adquieran sea siempre al mínimo coste o, si se puede, gratuito, con la contrapartida de figurar en los agradecimientos de los títulos de crédito o apareciendo en algún plano de la película (lo que, si genera algún ingreso para la productora, se conoce como product placement; por ejemplo la marca de las gafas negras de Men in Black). En las películas de época es frecuente reutilizar vestuario y fondos en distintos films lo que permite un abaratamiento de los costes. En el pasado, todos los films, con sus calles y sus bosques, se rodaban en estudios y éstos constituían una de las mayores empresas auxiliares. Indicativamente puede decirse que una industria intermedia en el contexto mundial como la española contaba, a mediados de los años cincuenta, con unos quince estudios entre Madrid y Barcelona. Luego las cosas cambiaron; en la actualidad, debido a la proliferación de programas televisivos, han vuelto a aumentar; de esta forma, el capítulo 5 del presupuesto oficial reseña, entre otros, los gastos producidos por el alquiler de los platós, cuyo precio oscilará según las prestaciones, puesto que algunos pueden estar acondicionados con despachos, vestuarios, servicios o las salas de montaje y sonorización. Los capítulos seis y siete hacen referencia a los gastos de maquinaria y los viajes. Aquí se incluye, en el primer caso, el presupuesto de la cámara y todos sus accesorios (travelling, steadycam, camara-car, incluso helicópteros), y el utillaje necesario para la captación del sonido. Una misma empresa puede disponer de algunas de estas necesidades pero es muy usual que se tengan que contratar en distintas compañías. También en este apartado se recogen los gastos del material de iluminación, el fluido eléctrico (generadores o grupos electrógenos) y los camiones para transporte de material. Además incluye los desplazamientos (tren, avión, coche...), alojamiento (hoteles), dietas y alimentación (catering) durante las horas de trabajo del equipo humano del rodaje. Según la normativa legal, cuando se rueda a más de 50 Km. del lugar de origen de la productora, los trabajadores han de hacer noche y ser hospedados y pagárseles dietas para alimentarse en las horas no laborales. Los capítulos ocho y nueve reflejan los costes del negativo (que suele alcanzar los 15000 metros en las producciones modestas), el positivo, las dos primeras copias de la película (no las copias de exhibición), el material de sonido (DAT), el material del foto fija; así como todos los servicios realizados por el laboratorio: revelado, positivado, créditos y los efectos de truca. Finalmente, los capítulos diez,
once y doce que componen el presupuesto oficial, hacen referencia, tanto
a los inevitables seguros que cubran los riesgos de imprevistos: mayor
duración del rodaje mayor, seguros de actores o actrices, etc.,
como los acuerdos que se hagan con otras empresas para las campañas
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