Toda película tiene un “asunto”, un “qué”,
que da lugar a que se cuente una “historia”. Su forma correcta
de presentación para permitir convertirlo en un producto reconocible
como película se denomina guión.
Te explicaremos qué es exactamente un guión, cuál
es su función y su utilidad. En sucesivos epígrafes te familiarizaremos
con los elementos que conforman un guión: la estructura, el esquema
o esqueleto racional de los actos del relato; las escenas, secuencias
y planos, o la división funcional del guión, cuyo principal
valor es servir de guía de trabajo para el equipo técnico-artístico;
los personajes, los “quién” del texto, los actores
del relato; y finalmente los diálogos, aquello que los personajes
se comunican.
Toda historia tiene un germen en una idea que se desarrolla en una serie
de pasos hasta llegar a la forma de guión definitiva. Estas historias
pueden ser originales, creadas por el escritor desde su propia imaginación
o adaptadas, convertidas en guiones a partir de textos previamente existentes.
Dado que todo guión se crea para ser convertido en película,
distinguiremos entre guión literario, aquél cuyo valor primordial
es el relato mismo y guión técnico, aquél cuyo valor
esencial es indicar todos los procesos de la puesta en escena.
Concluiremos este bloque con el epígrafe cuyo revelador título
es “Fin”, advirtiendo de la importancia que tiene conocer
cómo termina una historia antes de empezar a escribirla.
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