Fuentes de energía renovables y no renovables
Las fuentes de energía son recursos naturales que utilizamos para obtener energía, en su mayoría transformándola en electricidad, un recurso energético extremadamente útil para el ser humano pero que no se puede recolectar directamente de la naturaleza en su forma utilizable.
Fuentes de energía no renovables
Las fuentes de energía no renovables son aquellas que se consumen a un ritmo más rápido del que se generan naturalmente, por lo que de agotarse no podrían regenerarse a una escala humana o en un corto período de tiempo. Estos recursos provienen de formaciones geológicas que se formaron hace millones de años y, por lo tanto, su extracción y utilización no son sostenibles a largo plazo. Las principales fuentes no renovables de energía son las siguientes.
Carbón
El carbón es un combustible fósil sólido que se obtiene a partir de restos vegetales que han sufrido un proceso de transformación a lo largo de millones de años. Se utiliza principalmente en centrales térmicas para generar electricidad. Es una de las fuentes de energía más contaminantes debido a las emisiones de gases de efecto invernadero que libera al quemarse.
Petróleo
El petróleo es un combustible fósil líquido, formado por la descomposición de materia orgánica (principalmente restos de plantas y animales marinos) bajo condiciones de presión y temperatura extremas durante miles de años. Su destilación permite producir combustibles como la gasolina, el diésel y el queroseno, y algunos derivados, como la nafta, que sirven a su vez de fuentes primarias para la fabricación química de otras sustancias: plásticos, pinturas, ceras y fibras sintéticas.
Gas natural
El gas natural es una mezcla de hidrocarburos gaseosos, principalmente metano, y se extrae de yacimientos subterráneos. Se usa principalmente para la generación de electricidad, calefacción y como combustible para vehículos. Aunque es menos contaminante que el carbón o el petróleo, sigue siendo un recurso no renovable y genera emisiones de CO2 al quemarse.
Energía nuclear
La energía nuclear es una forma de energía que se obtiene a partir de los núcleos atómicos de ciertos elementos, y se libera en reacciones nucleares tanto de fusión como de fisión. Las primeras se producen de forma natural en las estrellas, mientras que las segundas se realizan en reactores nucleares y consiste en la división de átomos de uranio o plutonio, comúnmente. Este proceso libera grandes cantidades de energía, que se utilizan para generar electricidad. Aunque no produce emisiones directas de gases de efecto invernadero, el manejo de residuos radiactivos y los riesgos asociados a posibles accidentes hacen que esta fuente sea controvertida.
Fuentes de energía renovables
Son aquellas fuentes que se regeneran de manera natural y su disponibilidad no disminuye con el uso, por lo que son sostenibles a largo plazo. Estas fuentes son clave para la transición hacia un modelo energético más limpio y respetuoso con el medio ambiente.
Solar
Se obtiene a partir de la radiación del sol, principalmente a través de paneles solares fotovoltaicos para generar electricidad. Es una de las fuentes más abundantes y limpias, ya que no produce emisiones contaminantes.
Eólica
Se genera aprovechando la fuerza del viento para mover aerogeneradores que producen electricidad. Esta fuente de energía es especialmente eficiente en regiones con vientos constantes y es una de las más prometedoras para el futuro debido a su bajo impacto ambiental.
Hidroeléctrica
La energía hidroeléctrica aprovecha la fuerza del agua en movimiento, generalmente a través de presas, para generar electricidad. Aunque es una fuente renovable, la construcción de grandes presas puede tener efectos negativos sobre los ecosistemas acuáticos y las comunidades cercanas.
Biomasa
La biomasa es la materia orgánica de origen vegetal o animal que puede utilizarse como fuente de energía. Se puede quemar para generar calor o transformarse en biocombustibles líquidos o gaseosos. Aunque es renovable, su impacto ambiental depende de cómo se obtienen y utilizan los recursos.
Geotérmica
Se obtiene aprovechando el calor interno de la Tierra. Este calor se utiliza para generar electricidad o para calefacción directa. Es una fuente renovable con un gran potencial en áreas volcánicamente activas.
Mareomotriz
La energía mareomotriz aprovecha el movimiento de las mareas y las olas del mar para generar electricidad. Aunque es una fuente de energía limpia, su desarrollo está limitado por la ubicación geográfica y los altos costes de infraestructura.
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Fuentes de energía tradicionales y alternativas
Se denominan fuentes de energía tradicionales a aquellas que dominan el panorama energético de un país porque han sido utilizadas de manera prolongada y establecida a lo largo de su historia. Generalmente estas fuentes son los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural), aunque en algunas regiones del planeta pueden ser otras fuentes, como por ejemplo la energía geotérmica en Japón. Por el contrario, nos referimos a las fuentes alternativas de energía como aquellas que ofrecen soluciones diferentes a los modelos convencionales de generación de energía y que son de uso minoritario en un país, bien sea porque no están muy establecidas o porque la tecnología está todavía en vías de desarrollo. Las fuentes alternativas incluyen tanto fuentes renovables, como la solar o la biomasa, como algunas tecnologías no renovables, como la energía nuclear o el hidrógeno.
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Impacto ambiental de las fuentes de energía
Las fuentes de energía no renovables son fáciles de obtener y aprovechar, y por lo tanto son normalmente más baratas. Aunque son fundamentales para la producción de energía a nivel global, su utilización está asociada con diversos efectos negativos en el medio ambiente.
▶ Efecto invernadero: La presencia natural de ciertos gases en la atmósfera (CO2, metano o vapor de agua) es esencial para mantener la radiación reflejada por la Tierra en torno a nuestro planeta y evitar que las temperaturas se desplomen durante la noche. Este fenómeno natural se conoce como efecto invernadero, y es necesario para la autorregulación de la temperatura dentro de un rango adecuado que permita la vida en la Tierra. Sin embargo, un exceso de estos gases en la atmósfera, fruto de las actividades humanas, causa la retención de más radiación de la necesaria, incrementando la temperatura global. Esto ocasiona cambios climáticos inusuales, como fenómenos meteorológicos extremos (olas de calor, incendios frecuentes, huracanes, inundaciones, sequías...), alteraciones en los patrones de precipitación, deshielo en los polos (con el consecuente incremento del nivel del mar) y cambios en las estaciones.
La combustión de recursos fósiles para generar electricidad, principalmente el carbón y derivados del petróleo, libera grandes cantidades de gases de efecto invernadero a la atmósfera, especialmente CO₂. El gas natural, aunque genera menores cantidades de dióxido de carbono al ser quemado en comparación con los otros dos combustibles fósiles, presenta el riesgo de fugas a la atmósfera durante su extracción subterránea y transporte. Además, el metano, su principal componente, es un gas de efecto invernadero mucho más potente que el CO₂, lo que agrava su impacto ambiental.

▶ Vertidos accidentales de petróleo: Un riesgo particular de la extracción y transporte del petróleo es que se produzca un derrame en el mar. Estos accidentes tienen efectos devastadores sobre los ecosistemas marinos y costeros. Un sonado caso que afectó a las costas gallegas y del Cantábrico, e incluso también a zonas de Francia y Portugal, fue el vertido provocado por el hundimiento del petrolero Prestige ante la costa de Galicia en el año 2002.
▶ Lluvia ácida: Determinadas sustancias que se liberan durante la combustión del carbón o el petróleo, como los óxidos de azufre (SOx) y óxidos de nitrógeno (NOx), llegan a la atmósfera, donde reaccionan con el vapor de agua presente formando ácidos que retornan a la superficie terrestre por medio de la lluvia. Este fenómeno se conoce como lluvia ácida, y es muy corrosiva hacia materiales de construcción como el acero, el aluminio, la piedra caliza o el hormigón, causando daños en estructuras. Además, provoca la acidificación de suelos y de ecosistemas acuáticos, donde es especialmente perjudicial para la fauna y flora.

▶ Residuos radiactivos: La energía nuclear liberada durante procesos de fisión no produce emisiones directas de gases de efecto invernadero durante su operación, pero los residuos radiactivos generados son uno de los problemas más graves asociados con esta fuente de energía. Estos residuos tienen una vida media extremadamente larga, algunos duran miles de años antes de perder su radiactividad, lo que plantea desafíos en términos de almacenamiento seguro y gestión a largo plazo. Además, aunque los accidentes nucleares son raros, tienen un impacto catastrófico cuando ocurren. El caso más conocido es el del desastre de Chernóbil (1986) y más recientemente Fukushima (2011), en los que grandes áreas quedaron contaminadas por radiación, afectando gravemente a la salud de las personas y a la vida silvestre de la región de forma permanente.
En cambio, las reacciones nucleares de fusión supondrían una fuente energética menos peligrosa y que generaría residuos radiactivos de corta duración, además de que liberaría más energía que la fisión para una misma masa de combustible. Sin embargo, la tecnología de fusión está todavía en vías de desarrollo, ya que requiere de unas condiciones de operación complejas y no viables económicamente en la actualidad.
Los óxidos de azufre, SOx, son principalmente el SO2 y el SO3, que terminan dando lugar al ácido sulfúrico (H2SO4) al combinarse con moléculas de agua.
Los óxidos de nitrógeno, NOx, como el NO y el NO2, terminan dando lugar al ácido nítrico (HNO3) al combinarse con moléculas de agua.
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Por otra parte, las fuentes de energía renovables se consideran energías limpias, ya que en general son mucho menos perjudiciales para el medio ambiente que las no renovables. Sin embargo, también producen un cierto impacto en el medio.
▶ La fabricación de paneles solares requiere el uso de materiales como silicio, metales raros y productos químicos, lo que implica ciertos impactos en términos de extracción de recursos y generación de residuos.
▶ La instalación de campos de aerogeneradores o de paneles solares en grandes extensiones de tierra provocan un impacto paisajístico y desplazan las especies que habitan estos lugares.
▶ La construcción de presas y embalses para las centrales hidroeléctricas tiene uno de los impactos ambientales más significativos entre las fuentes renovables. Estas alteran los flujos de agua de los ríos, causan efectos devastadores en los ecosistemas durante la apertura de la presa, y desplazan a las comunidades humanas que viven en las áreas que serán inundadas durante la apertura de la presa, provocando importantes impactos sociales y ambientales.
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