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Caso 1: "El rayo de luna"

 

25 de julio de 1879

Madrugador, como es su costumbre, el detective Selva se encontraba ya en su oficina de la Rúa da Oliveira leyendo los diarios del día. Todos hablaban del Sacamantecas y su reciente ataque a una mujer en tierras vascas. Mientras bebía su segundo café, recibió un telegrama urgente que lo sacó de sus fabulaciones. Era su amiga y colaboradora, la agente Gloria Buelta, quien contactaba con él. Gloria es la inspectora jefa de la unidad de Santiago.

Aunque los años de trabajo te hacen inmune a la sorpresa ─se dijo Selva─ una desaparición nunca deja de inquietar, y más tratándose de un niño. Tomó su cuaderno de notas y su sombrero, un tanto desconcertado, y acudió raudo a la residencia de la parroquia de Sar, llevado por Genaro, su cochero de confianza. Acostumbrado como estaba al camuflaje, entró sin ser visto.

Eran las 09.45 y en la casa la escena era la siguiente: dos policías tomaban declaración y pisoteaban las pruebas torpemente; Rosalía estaba visiblemente nerviosa y su marido, muy serio; dos amas ─una de mediana edad, más sosegada, y otra joven, con pinta de institutriz─ cuchicheaban entre ellas.

Le llegaron fragmentos de la conversación. Una de las amas decía haber acostado al niño hacia las diez de la noche.

─¡Había una gota de sangre en la almohada del niño!─le espetó turbada el ama a un policía.

Rosalía estaba pálida y se abanicaba sin parar.

─Señora, haga el favor de seguir el orden cronológico de los hechos ─le inquirió el agente.

─Puede que sangrase por la nariz... le ocurre frecuentemente ─musitó Rosalía.

Como nadie reparó en la presencia de Selva, permaneció de pie, en un lateral de la pieza.

─Como le decía, Ovi duerme solo en una habitación contigua a la de sus hermanas, Alejandra, Aura y Gala. Hacia las diez de la noche lo acosté y después bajé a lavar la loza...

─¿Y fue entonces cuando creyó oír ruidos? ─preguntó el otro agente.

─Fui yo la que sentí el golpe, como de una ventana batirse ─interrumpió la joven institutriz.

─Las ventanas baten con el viento, es una casa vieja. ─Murguía intentaba centrar la conversación.

─No sé si han leído la prensa estos días. Un delincuente, conocido como el Sacamantecas… ─ El policía no pudo acabar su intervención.

Rosalía rompió a llorar en ese momento y gritó entre sollozos:

─¡Han sido ellos, ya me lo habían advertido! La sangre... ─ Pero acabó desplomándose sobre su marido antes de terminar.

Entonces irrumpe Gloria Buelta, desde la sala contigua, y camina directamente hacia Selva, que sigue como un fantasma presenciando la lamentable escena.

─Gloria, tus policías se han superado. Ya no se conforman con la inoperancia, sino que disfrutan alterando a la madre y pisoteando las pocas pruebas que tenemos ─le susurra.

Ella sonríe irónica y empieza a hablar:

─La única información de la que disponemos es la siguiente: el niño desaparecido era rubio, fuerte de complexión y ocho años de edad. Los hechos se produjeron entre las diez y las doce de la noche, hora en la que los padres regresan a la casa. Llaman a la policía a las 7.00 de la mañana. Una de las amas de la casa dice haber oído un fuerte golpe, pero no le da importancia. El padre está confuso, pero mantiene la calma. La madre se encuentra en tal estado de nerviosismo que no es posible tomarle declaración. La casa no tiene signos de violencia y no falta nada más que el niño.

─Tenéis algo más ─contestó Selva irritado─. Eso, si uno de tus agentes se digna a levantar el zapato de lo que parece una prueba.

Gloria se sonroja y se arrodilla rápidamente, recogiendo un pequeño papel con notas tachadas.

─Voy a mi despacho, ya sabes que me gusta resolver los casos sin mezclarme con los implicados ni acudir al lugar de los hechos. La pregunta es: ¿En cuántos pasos lo lograrán ustedes?

Pista

¿No sabes por dónde empezar? El despacho del detective Selva siempre aporta información interesante...

No olvides consultar la Guía de Santiago para encontrar el punto del mapa donde se encuentran los sospechosos y a los Informantes, gente puede ayudarte a resolver el caso.

Feito con eXeLearning (Nova ventá)