¡Es lógico!
Muchas veces en nuestra vida decimos de algo que es lógico y utilizamos este concepto para referirnos a su coherencia. Ahora bien, del mismo modo que no es oro todo lo que reluce, tampoco es lógico todo lo que lo parece. Tratemos de determinar en qué condiciones las afirmaciones que hagamos son "lógicas".
La filosofía se caracteriza por el empleo del pensamiento racional como medio para el conocimiento de lo real. Es el razonamiento o la argumentación el medio empleado por los filósofos en la defensa de sus teorías. Pero qué es argumentar o razonar "filosóficamene"
![Marcador Mrcador](marcador_multimedia.jpg)
((Texto))
Lo que ya sabes
Partimos de lo que sabes
Nos adentraremos en el territorio de la lógica, un terreno en el que intuitivamente ya sabes moverte por él, al menos mínimamente. Ahora trataremos de ordenar y profundizar en esos conocimientos que ya tienes. En temas anteriores ya hemos desarrollado conceptos como los de Argumentar, Inducción, Deducción, Verdad como coherencia, Corrección, Verdad como adecuación, Ciencia formal, Contingencia, Necesidad... y algunos más. Ahora emplearemos estos conceptos, y otros, para adentrarnos y movernos por el territorio de la lógica.
Inferir
Cuando razonamos llevamos a cabo inferencias; una inferencia consiste en establecer una relación entre proposiciones para derivar una consecuencia desde ellas, por ejemplo:
Si compro una tarrina de veinticinco CD y al intentar grabar en ellos compruebo que el primero de ellos falla, a continuación el segundo, luego el tercero, y así sucesivamente, no necesitaré seguir probando hasta llegar al último, antes de esto infiero o llego a la conclusión de que todos los CD de la tarrina están en mal estado, o, cuando menos, que muy probablemente el siguiente CD que intente grabar fallará.
Las inferencias forman parte de nuestra actividad mental cotidiana, permiten anticipar situaciones a partir de los datos previos de los que partimos, tanto ideas generales como experiencias particulares: inferimos al hacer un ejercicio de matemáticas, al hacer zapping con el mando del televisor, al conducir un automóvil, etc.
Pero hay inferencias que son correctas y otras que no lo son. Por ello tendremos que aprender a diferenciarlas. Se puede decir que, en cierto sentido, aprender filosofía es aprender a razonar correctamente.
Existen dos tipos de inferencia: la Deducción y la Inducción, recordémoslas por la importancia que tienen.
Deducir
La deducción es aquel modo de razonamiento que, partiendo de una premisa general o universal, extrae conclusiones de ella. O bien podemos decir, de manera más general, que consiste en derivar lógicamente una conclusión a partir de un enunciado inicial o un conjunto de enunciados, que denominamos premisas.
- todos los planetas de nuestro sistema giran alrededor del Sol, y
- conozco que la Tierra es un planeta,
- entonces puedo deducir sin problemas que la Tierra tiene que girar alrededor del Sol.
- Premisa: Todos los mamíferos tienen mamas.
- Premisa: Los murciélagos son mamíferos.
- Conclusión: los murciélagos tienen mamas
- Si llueve las calles se mojan.
- Ahora está lloviendo.
- Puedo deducir que las calles tienen que estar necesariamente mojadas.
Este modo, en cambio, establece relaciones entre "cosas que pasan". Es lo que se llamaría un condicional: Llover es condición suficiente, aunque no necesaria, para que se mojen las calles.
Pero de esto hablaremos después. Sigamos recordando ahora otros conceptos que ya conoces.
Inducir
Un ejemplo concreto: veo un cuervo y es negro, veo dos y son negros, veo tres y...
Cuando me canse de contar cuervos negros podré llegar a la conclusión evidente: todos los cuervos son negros. Esto es un ejemplo clásico de razonamiento inductivo.