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efectos sonoros
2.2.3 Los efectos sonoros
La primacía de la voz y la música en la radio de nuestros
días enmascara el importante papel que para la producción
radiofónica juegan igualmente los efectos sonoros. Se trata, como
ahora veremos, de una materia prima esencial para un medio ciego,
ya que, entre otras cosas, también ayudan a describir ambientes,
lugares y atmósferas, es decir, paisajes sonoros.
El efecto lo podemos definir, de manera muy ortodoxa, como aquel sonido,
natural o artificial, que sustituye objetiva o subjetivamente la realidad,
desencadenando en el oyente la percepción de una imagen auditiva,
es decir, del referente al cual restituye. Las formas sonoras de un efecto
se reconocen y se interpretan porque están asociadas al mundo que
nos rodea: objetos, animales, fenómenos meteorológicos,
etc., aunque en ciertas ocasiones dichas formas pueden no tener un referente
real, como por ejemplo las señales horarias radiofónicas
o el sonido de una nave extraterrestre.
Si consultas algunos textos sobre producción radiofónica
observarás que, al referirse a los efectos sonoros, algunos autores
hablan de ruidos. Para nosotros, el ruido no es un efecto sonoro,
sino que es una señal aleatoria e indeseable que, por cualquier
circunstancia ajena a nuestra voluntad puede presentarse en el transcurso
de la comunicación radiofónica. Así, por ejemplo,
se produce un ruido cuando, sin querer, se le da un golpe al micrófono,
cuando un disco de vinilo está muy desgastado, cuando una tormenta
afecta a los equipos, etcétera.
Lo que acabamos de decir no significa, ni mucho menos, que un ruido radiofónico
no pueda transformarse en un efecto sonoro. De hecho, si nuestra pretensión
es recrear las típicas interferencias, será una buena opción
convertir en efecto lo que en el terreno de la radiofonía suele
ser un ruido.
A la hora de definir los efectos, hablábamos de sonidos naturales
o artificiales. Esto significa que en radio, al igual que en otros medios
audiovisuales, existe la posibilidad de trabajar con sonidos recogidos
directamente del paisaje sonoro real que se pretende describir (por ejemplo,
tenemos la opción de grabar los sonidos de una estación
de tren, o de un rincón de la naturaleza plagado de distintas aves),
o bien con sonidos creados por el hombre que evocan otro sonido y que,
por tanto, pueden ser percibidos como reales. Este es el caso, por ejemplo,
del sonido del fuego, que puede ser representado con papel de celofán,
o del sonido de caballos, que puede ser recreado con golpes en el estómago
o con las cáscaras de coco partidas por la mitad.
Simulación del sonido del trote de
caballos
En relación con la creación de efectos, en su libro Técnicas
de creación y realización en radio, el británico
Robert McLeish, teórico del medio y destacado profesional de la
British Broadcasting Corporation (BBC), cita algunos "remedios"
que, asegura, han ahorrado mucho tiempo y muchas preocupaciones. Destacamos
aquí los siguientes:
-Echar líquido en un vaso: se debe poner con anterioridad
un poco de agua en el vaso, para que cuando se empiece a echar el líquido
se produzca inmediatamente el sonido.
-Incendio de un edificio: frotar contra el micrófono el
celofán de un paquete de cigarrillos, y partir pequeños
palillos de madera.
-Marcha de tropas: se utiliza una cajita de cartón, con
unas dimensiones de aproximadamente 20 x 10 x 5 cm., que contenga una
pequeña cantidad de grava. Sostenida entre las manos y agitada
con precisión, puede ejecutar cualquier movimiento de tropas que
se desee.
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