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del medio
2.1 Características generales del medio
En relación con otros medios de comunicación, la radio genera
una situación comunicativa muy particular, en la que emisor y receptor
se ven sin ser vistos, en la que se perciben espacios sin ser percibidos,
en la que, sobre la nada, se dibujan mares, ríos, montañas,
animales, rostros, sonrisas, tristezas,... La radio, como muchas veces
se ha dicho, es un medio ciego, pero también es, al mismo tiempo,
un mundo a todo color.
La radio es todo eso porque, en aquel que la escucha, genera constantemente
imágenes mentales que, a diferencia de esas otras imágenes
que ofrecen el cine, la televisión, la prensa, la fotografía
o los videojuegos, por citar algunos ejemplos, no están limitadas
por espacios, ni por pantallas, ni por colores, ni por sonidos. Y tampoco
están limitadas, ni mucho menos, por el lenguaje radiofónico;
un lenguaje que, como luego veremos, presenta una gran riqueza expresiva
y unas extraordinarias posibilidades de explotación.
La capacidad de generar imágenes mentales en los oyentes es, sin
duda, la principal especificidad de la radio como medio de comunicación,
aunque tradicionalmente también se le han atribuido otras propiedades
a las que necesariamente tenemos que referirnos: su inmediatez, la heterogeneidad
de su audiencia, su accesibilidad o la credibilidad de sus mensajes. Además,
la radio, en comparación con la prensa o la televisión,
es barata y técnicamente sencilla. No hace falta disponer de grandes
infraestructuras para emitir, ni trasladar cámaras, ni equipos
de iluminación, ni poner en marcha impresionantes rotativas.
La radio, pese a los avances que han experimentado otros medios gracias
a la incorporación de las nuevas tecnologías de la información
y de la comunicación, sigue siendo, en la actualidad, la más
rápida y la más instantánea, sobre todo a la hora
de transmitir acontecimientos noticiosos de última hora. De la
misma manera, la radio no ha perdido la virtud de llegar a todos los públicos,
porque, entre otras cosas, sus mensajes son sencillos y fáciles
de entender, porque su escucha es compatible con el desarrollo de otras
actividades, porque entretiene, porque no es necesario saber leer, porque
es gratuita, y porque, a diferencia de la prensa, la televisión
o el cine, para algunas personas discapacitadas no interpone barreras.
El medio que nos ocupa ha inspirado tradicionalmente una gran confianza
entre sus seguidores, posiblemente porque la mayoría de los locutores
se dirigen a ellos de tu a tu, les despiertan por la mañana, les
acompañan durante la noche, conversan con ellos, les hablan...,
y casi siempre con un halo de naturalidad y amistad que difícilmente
se aprecia en otros medios audiovisuales. En la confianza que despierta
la radio entre la población española, posiblemente radique
el hecho de que, hoy por hoy, siga suscitando una gran credibilidad. Pocos
ponen en duda, por ejemplo, la veracidad de la información radiofónica.
Pero como podrás intuir, no todo son ventajas. La radio tiene otras
características que conviene no perder de vista, ya que influyen
poderosamente sobre el trabajo diario de sus profesionales y condicionan
gran parte de las tareas productivas más cotidianas, como la redacción
de los textos y la locución. La radio, no lo olvides, es un medio
exclusivamente sonoro y, por tanto, en la percepción de sus mensajes
sólo participa uno de los cinco sentidos: el oído. Además,
la radio es un medio acusmático, ya que, como señala en
su libro La audiovisión Michel Chion, uno los teóricos más
prestigiosos en el campo de la comunicación audiovisual, no aporta
imagen alguna del origen de todos aquellos sonidos que constantemente
emite.
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