Introducción
La Asociación Internacional de Bibliotecarios Escolares (International Association of School Libraries) convoca anualmente el Día Internacional de la Biblioteca Escolar el cuarto lunes del mes de octubre. Las bibliotecas son espacios mágicos, universos que preservan el conocimiento de la humanidad, mundos de papel que albergan historias, sentimientos, vidas y personajes. Nosotros deseamos rendirles especial tributo y lo haremos con una contribución a nuestra biblioteca escolar.
Esta idea surgió, como las cosas trascendentales de nuestra existencia, de manera fortuita y repentina. Mientras me deleitaba en la degustación de un espumoso café en un local próximo al centro, pensé cuán inspiradores han sido estos lugares para la creación literaria. En Madrid todo aspirante a escritor que se preciara debía frecuentar el Café Gijón. Este acogió a generaciones de escritores desde Galdós, Valle-Inclán, García Lorca, Camilo José Cela hasta algunos internacionales como Truman Capote. En Santiago de Compostela el Derby era frecuentado por Valle-Inclán, Rafael Dieste, Luis Seoane... Allende los mares, la anglosajona J.K. Rowling escribía sus libros de Harry Potter en el Elephant House de Edimburgo. El poeta José Hierro era incapaz de escribir en el sosiego de su hogar y buscaba el bullicioso y efervescente calor de los cafés... Me han venido a la memoria, entonces, las grandezas y miserias de autores harto conocidos. Ensimismada en estas reflexiones, alargué mi mano para alcanzar una servilleta: "¿Por qué no estampar esas singularidades en este utensilio, silencioso y sempiterno testigo de tantos y tantos intelectos? ¿Por qué no conciliar estos dos espacios, fuentes de inspiración y creación? "
Pues bien, aquí entramos nosotros: vamos a confeccionar nuestros servilleteros literarios para la biblioteca.
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