En el teatro social de Portugal destaca, sobre todo, el nombre de Bernardo Santareno; si bien, no puede adscribirse a esta tendencia el conjunto de su obra.

De los dos ciclos en los que se acostumbra dividir su trabajo como dramaturgo, es el segundo, que comienza en 1966, lo que se puede calificar como teatro social. El punto de partida de esta etapa está en la obra O Judeu, cuyo protagonista es el dramaturgo António José da Silva, que había sido quemado por la Santa Inquisición. En ella, Santareno usa características propias del teatro épico de Bertolt Brecht, tales como los juegos de luz y sombra, grabaciones, proyecciones, etc. que pretenden producir el efecto de distanciamento que Brecht perseguía en sus obras, de modo que el público sea capaz de reflexionar sobre el mensaje sin implicarse en la trama de la obra.

Además de O Judeu, responden al teatro social otras como O Inferno (1967), A Traiçao do Padre Martinho (1969) o Português, Escritor, 45 Anos de Idade (1974), que no pudieron llevarse a escena hasta el final del régimen de Salazar.

Aquí podemos ver la promoción de la versión cinematográfica de O Judeu:










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