Hacia mediados de siglo, el panorama teatral da un giro; serán Buero Vallejo y Alfonso Sastre los que marcan este cambio de rumbo al llevar la realidad social y política a sus obras: la injusticia social, la miseria, la explotación de las persoas, la superstición... son temáticas presentes en su teatro, que además hace uso de un lenguaje muy directa. Aparte de los dos mencionados, se inscriben en esta corriente Carlos Muñiz, Lauro Olmo, Andrés Ruiz, etc.



Antonio Buero Vallejo fue el primero en proponer, en la escena del teatro en castellano de la posguerra, obras con un mayor calado social y político, de modo que se considera el iniciador de la recuperación del teatro.

Aunque había escrito alguna obra anterior, fue en 1949 cuando se estrena Historia de una escalera, que constituyó la consagración del autor. A partir de esta fecha, escribió y publicó de manera constante, pese a tener varios problemas con la censura de la época.

A este respecto, se debe mencionar la polémica que mantuvo con otro dramaturgo: Alfonso Sastre, ya que, pese a coincidir ambos en que el teatro debe ser inconformista y comprometido, Buero Vallejo, precisamente por los problemas con la censura, se decidió por un teatro cuya crítica no resultase muy evidente (es el llamado posibilismo), mientras que Sastre entendía que el teatro debía promover la agitación social, por lo que la crítica debía ser directa y el lenguaje y contenidos debían contener una carga de violencia considerable.




Ricardo Asensio, Boceto Antonio Buero Vallejo, CC BY



C