LITERATURA CASTELLANA: FERNANDO ARRABAL Y FRANCISCO NIEVA

En lo referente a la literatura castellana, también hacia finales de los 60, surge el llamado Nuevo teatro español, que procura una renovación de la escena sin abandonar, como era lo común también en las otras literaturas, la intención crítica. Se trata de un teatro que concede una gran relevancia a la experimentación escénica, a los efectos visuales, sonidos... al tiempo que introduce contenidos alegóricos y simbólicos y refleja las influencias del teatro europeo (Beckett, Ionesco, Brecht...).

Participan de este nuevo teatro Buero Vallejo (La Fundación, 1974), José Rubial, José María Bellido, etc., pero destaca especialmente Fernando Arrabal, escritor en francés y castellano, que cultiva el absurdo, el esperpento y, sobre todo, el teatro pánico, en el que combina lo absurdo, la ironía, la crueldad... con influencias del dadaísmo de Tristan Tzara y de André Breton.

A lo largo de su extensa trayectoria cultivó distintas tendencias; su primer teatro está más vinculado al teatro del absurdo, con obras como Pic-Nic (1952), El triciclo (1955), Fando y Lis (1956)... Hacia 1957 comienza el teatro "prepánico", con Orquestación teatral, Concierto en un huevo (1958), Guernica (1959), etc. hasta que en 1962 crea, con el director de cine chileno Alejandro Jodorowsky y el pintor y actor francés, Roland Topor, el "movemento pánico", que entra de lleno en el teatro experimental (si bien, las obras anteriores, ya apuntaban esta tendencia).

El mismo Arrabal, en 1963, dió una definición del "teatro pánico": "una manera de expresión presidida por la confusión, la memoria, la inteligencia, el humor y el terror".

Se han establecido tres elementos básicos de este tipo de teatro: el terror, el humor y la simultaneidad. Sus autores muestran un mundo caótico, a veces cruel, con elementos oníricos, repleto de elementos opuestos como el amor y el odio, lo sacrílego y lo sagrado...



A

C