Algunas de las obras de Arrabal que pertenecen a esta etapa son:
El gran ceremonial (1963), La coronación (El lay de Barrabás) (1963), La juventud ilustrada (1966), ¿Se ha vuelto Dios loco? (1966), Una cabra sobre una nube (1966), El arquitecto y el Emperador de Asiria (1966), El jardín de las delicias (1967).
Esta obra cierra el período pánico y abre el pánico-revolucionario, social y abierto a la colectividad.
Otras obras posteriores al teatro pánico, son: Bestialidad erótica (1968), Una tortuga llamada Dostoievski (1968), La aurora roja y negra (1968), Una naranja sobre el monte de Venus (1968), Y pusieron esposas a las flores (1969).
Otro autor importante dentro de esta línea de experimentación es Franciso Nieva, cuyas obras empiezan a aparecer a partir de los años 70.
El tema fundamental de su teatro es la represión de la sociedad, que degrada al ser humano impidiendo que desarrolle sus necesidades básicas, lo que provoca en el individuo todo tipo de trasgresión. Entre sus obras más célebres se encuentran La carroza de plomo candente, Pelo de tormenta, Malditas sean Coronada y sus hijas o El baile de los ardientes.