TEATRO CATALÁN Y VASCO
En lo que se refiere al teatro catalán, la obra del polifacético Manuel de Pedrolo responde a las características del existencialismo que, por otro lado, según reconoce el propio autor, es una de las corrientes literarias que más admiraba, de hecho, tradujo varias obras de Sartre. Algunas de sus obras son Cruma (1950), Els hereus de la cadira ("Los herederos de la cátedra", 1954), Homes i non (1959), etc. En ellas, el autor reflexiona sobre la existencia humana, el conformismo ante la realidad o la muerte. Generalmente, los personajes habitan un mundo cerrado, aislado del exterior y soportan situaciones angustiosas y claustrofóbicas.
Es necesario mencionar también los intentos de Sagarra, que antes de la década de los 50 escribió La fortuna de Sílvia (1947) e Galatea (1948), con influencias existencialistas, aunque no tuvieron muy buena acogida por parte del público.
Aquí se puede ver un fragmento de la representación de Galatea (en catalán): https://www.youtube.com/watch?v=RXLt_NUibfg
Por lo que se refiere al teatro vasco, destaca aquí la obra de Salvador Garmendia, Istoria Trixte bat (1969).