Alfonso Sastre



Sastre comenzó su obra dramática en los años 40, en el seno del grupo Arte nuevo, con obras de carácter existencialista, como Uranio (1946) ou Cargamento de sueños (1949), que ya suponían una clara ruptura con el teatro burgués heredero del de Benavente.

En los años 50, se fue decantando por una línea más social, aunque una de sus obras más conocidas, Escuadra hacia la muerte (1953), tiene todavía fuertes trazos existencialistas. Posteriormente, publicó La mordaza (1954), Ana Kleiber (1955), Guillermo Tell tiene los ojos tristes (1955), En la red (1959), etc. Muchas de estas y otras obras suyas fueron prohibidas por el régimen franquista, sufriendo siempre este autor muchos problemas con la censura.

Sin abandonar la temática social, a partir de la década de los 60, se aprecia una mayor preocupación por el aspecto formal, se trata de la etapa de Sastre que se denomina Teatro penúltimo, a la que pertenecen obras como La sangre y la ceniza (1965), El banquete (1965), La taberna fantástica (1966), Crónicas romanas (1968), etc. En ellas se deja ver la influencia de Bertolt Brecht y del esperpento de Valle Inclán.



Joxerrazabala, Alfonso Sastre, CC BY SA

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