SERAFÍN Y JOAQUÍN ÁLVAREZ QUINTERO: Centran sus obras en un costumbrismo andaluz gracioso y espontáneo: El genio alegre (1906). Su enorme producción está ligada a su concepto del teatro como consumo. Se especializaron así en un teatro risueño y amable, sin pretensiones, que satisfacía los gustos del público y se limitaba a ofrecer variantes de una fórmula de éxito.
Para leer más sobre los hermanos Quintero: http://www.gibralfaro.uma.es/criticalit/pag_1853.htm
PILAR MILLÁN ASTRAY: Fue una prolífica escritora, autora de unas cincuenta obras teatrales, entres las que se encuentran: El rugir del león (1923), El juramento de la Primorosa (1924), El pazo de las hortensias (1924), La tonta del bote (1925), Las ilusiones de la Patro (1925), etc. Algunas de ellas llevadas al cine.
Su producción dramática se dividía, básicamente, en sainetes (piezas breves) y comedias (de mayor duración), en las que solía resaltar los valores tradicionales españoles.