3.  Formas autoritarias de gobierno.
     La negación del Estado de Derecho

      El totalitarismo

      Se considera totalitario el régimen político en el que un partido único, habitualmente dirigido por un líder carismático, ejerce un control casi completo sobre la vida pública y privada de los ciudadanos. Mediante el control de los medios de información y de comunicación, los regímenes totalitarios ejercen una fuerte influencia sobre la opinión pública, propiciando la formación de un "pensamiento único", legitimador de las actuaciones del gobierno. La disidencia política es perseguida y reprimida por los cuerpos policiales o por el ejercito, férreamente controlados por el gobierno.

      El término "totalitarismo" empezó a ser utilizado en los años veinte del siglo pasado por los fascistas italianos liderados por Mussolini, pero se ha hecho extensivo a otros regímenes políticos desarrollados por diversos Estados a lo largo del XX, como el nazismo en Alemania, el estalinismo en la URSS, el maoísmo en China o el franquismo en España. Todos ellos se caracterizan por la destrucción o por el sometimiento de todas las instituciones ciudadanas, que pierden completamente su independencia y se convierten en meros vehículos del poder ejercido por el gobierno. Se recortan al máximo las libertades civiles y se fomenta un sentimiento nacionalista y patriótico que da cohesión al conjunto de la población. El totalitarismo uniformiza el modo de ser, de comportarse y de pensar del conjunto de los ciudadanos y somete a éstos a una disciplina ritual y simbólica.



Mao y Stalin

      Otra de las características esenciales del totalitarismo es la eliminación del pluralismo político y el control absoluto del discurso político por parte del partido en el gobierno. La dirección del partido ejerce una estrecha vigilancia sobre todos sus cuadros y una férrea dirección de todas sus actuaciones. Cualquier desviación de la disciplina del partido es corregida y castigada. Los comisarios políticos del partido se encargan de depurar toda discrepancia ideológica surgida entre sus cuadros y, a menudo, recurren al terror para garantizar la adhesión incondicional a los principios del régimen.

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